
Los especialistas coinciden en que el año recién iniciado será más complicado para México en materia económica en comparación con 2017, debido a retos que generarán gran incertidumbre y volatilidad en la actividad productiva del país.
Los principales desafíos que afronta el país y que van a mantener inquietos a los mercados son la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el impacto de la reforma fiscal aprobada en EEUU, así como el proceso electoral que se llevará a cabo a mediados de año.
Después de un 2017 complicado, este año habrá gran volatilidad porque muchos procesos se van a concretar. "Va a ser un año de desenlaces, para saber qué va a pasar con el TLCAN, qué va a pasar con la sucesión presidencial, ver cómo va a impactar la reforma fiscal en EEUU y qué va a pasar con la política monetaria", comentó Adrián Muñiz, analista económico de Vector CB.
En opinión de los especialistas, uno de los factores que generará mayor incertidumbre durante 2018 será el proceso de renegociación del TLCAN.
El riesgo de una ruptura del acuerdo sigue presente, y si bien su impacto en la economía real se verá reflejado hasta 2019, puede tener consecuencias inmediatas en los mercados financieros, específicamente en el tipo de cambio, y ello a su vez en otras variables económicas como la inflación, explicó James Salazar, analista económico de CI Banco.
La posible conclusión del acuerdo comercial trilateral puede ser un choque muy importante para la economía; sería un cambio estructural en las relaciones comerciales que hay entre México y EEUU, un choque donde la economía se ajustará, pero la transición del ajuste puede ser un tanto costosa, coincidieron los expertos.
"Este es uno de los retos más importantes: cómo enfrentar una eventual salida de Estados Unidos del TLCAN, y cómo ayudar a la economía a transitar a un nuevo equilibrio, para minimizar los costos", advirtió Muñiz.
Mientras que para Muñiz la posibilidad de que ocurra una ruptura del acuerdo comercial es de hasta 50 por ciento, para Salazar la probabilidad de este hecho es de apenas 10 por ciento, y considera que al final de las negociaciones habrá un acuerdo satisfactorio para los tres países.
El segundo reto del próximo año para la economía mexicana es la reforma fiscal en EEUU, porque puede implicar un impacto sobre los flujos de Inversión Extranjera Directa (IED) en el país.
Ajuste tributario
La economía también tiene que transitar hacia un nuevo equilibrio, en donde algunas de las nuevas inversiones planeadas para México por parte de capital estadounidense probablemente no se concreten, y eso una vez más puede ser un choque que asimilará el tipo de cambio, igual que el tema comercial, afirmó Muñiz.
Sin embargo, la tasa de impuestos es solamente un elemento de muchos que toma en cuenta el inversionista, e incluso en EEUU ninguna empresa paga 35 por ciento, que era la tasa vigente, pues con todas las deducciones la mayoría paga entre 20 y 25 por ciento, un nivel muy similar al que se aprobó, comentó Salazar.
Normalización monetaria
En todo caso, a ambos especialistas les preocupa más el proceso que tiene que ver con el alza de tasas de interés en EEUU, lo que conlleva el riesgo de que el Banco de México (Banxico) se vea en la necesidad de volver a entrar en una espiral alcista de tasas de interés.
Ese es otro riesgo, al que no se le ven muchas probabilidades pero es factible que se presente, agregó. Si la Reserva Federal (Fed) de EEUU comienza a subir tasas en forma acelerada, Banco de México probablemente lo tenga que hacer, y si la autoridad mexicana las sube a niveles superiores a 8 u 8,5 por ciento, podría tener incidencia significativa en el consumo y la inversión, así como pegarle directamente a la actividad económica, afirmó Salazar.
"Hay que ver cómo puede hacer México para desligar su política monetaria de la estadounidense, porque nosotros ya estamos en niveles muy altos y no tenemos mucho margen para seguir subiendo las tasas; además del hecho de que haya mayores tasas de interés, EEUU es un incentivo para que haya un movimiento de capitales hacia allá y eso también afectará al tipo de cambio", dijo Muñiz.
Otro tema a tomar en cuenta es el proceso electoral en México, en el sentido de que alguna de las opciones políticas que resulte triunfadora llevaría a cabo un viraje significativo en las políticas económicas del país, incluyendo una revocación de la agenda de reformas estructurales. Eso no sólo va a generar inestabilidad en los mercados financieros, sino también implicaciones en materia de inversión, sobre todo en infraestructura, construcción y en general en el crecimiento económico, explicó Salazar.
"Todo proceso electoral, y en este caso de elección presidencial, está definiendo la posibilidad de darle continuidad o cambiar el rumbo en muchas de las decisiones de política económica. Aquí el riesgo es que las posiciones de los tres principales candidatos están muy polarizadas, en particular de quién ha venido aventajando en las encuestas (Andrés Manuel López Obrador, de Morena), que trae un planteamiento de un cambio radical".