
La inflación pasa factura al sector financiero a nivel de costes. Los seis principales bancos del país han incrementado los gastos hasta los 10.600 millones de euros a cierre de marzo, lo que supone un 4,5% más que en el mismo periodo del año anterior, la mitad de la inflación que en España se situó a cierre de marzo en el 9,8%, aunque bajó en abril al 8,4%.
El Banco Santander fue la primera entidad en advertir de los efectos de la inflación en los costes. El grupo financiero cerró el primer trimestre del año con unos gastos de explotación de 5.535 millones de euros, subiendo un 8% respecto al primer trimestre. "Este ascenso se debe al alto repunte de la inflación. En términos reales, es decir, si no tuviéramos en cuenta el aumento de la inflación media, los costes bajarían un 3%", informó la entidad financiera la semana pasada. No obstante, el banco aseguró que su disciplina en gestión de costes les permitía seguir teniendo una de las mejores ratios de eficiencia del sector, en el 45%.
El consejero delegado de la entidad, José Antonio Álvarez, incidió en varias ocasiones en el problema de los costes durante la rueda de prensa de presentación de resultados del primer trimestre. "Nos enfrentamos a un panorama de menor crecimiento que puede afectar a la actividad, también de tipos más altos que tendrá impacto en los resultados y a un escenario de costes más exigentes por la inflación" dijo. De hecho, Álvarez hizo hincapié en la necesidad de gestionar los costes a nivel conjunto. "Esto aplica a todo: a las empresas, al Gobierno, a las pensiones", recalcó.
BBVA cerró el trimestre con unos gastos de explotación de 2.455 millones, un 6,5% más que un año antes, motivado, según el grupo, por "un entorno inflacionista en todos los países en los que BBVA desarrolla su actividad".
Tanto Santander como BBVA pusieron en marcha planes de ajustes de plantilla en España a finales de 2020 y en 2021, respectivamente, aunque la inflación y el peso de su negocio internacional han tapado el ahorro por esta vía.
Por su parte, Bankinter, único de los grandes bancos que no ha realizado ajustes de personal durante la crisis sanitaria ni en los últimos años, cerró los tres primeros meses del ejercicio con un incremento de los costes del 3%, hasta situarlos en los 208 millones de euros.
Efecto de los ERE
CaixaBank, Sabadell y Unicaja sí reflejaron un descenso de la base de costes a raíz de los ajustes de plantilla aprobados entre finales de 2020 y en 2021. CaixaBank, que selló un ERE este verano para reducir el 14% del personal tras la fusión con Bankia, con más de 4.542 salidas, redujo un 4,3% los gastos de explotación hasta los 1.523 millones de euros, "reflejando la captura de sinergias de costes, esencialmente, por los ahorros derivados del acuerdo laboral", según el grupo.
El Sabadell, que aprobó un ajustes de 1.800 empleados a finales de 2020 y de otros 1.400 el pasado octubre, rebajó los gastos un 5,6%, hasta los 726 millones. La previsión de la entidad es lograr un ahorro estimado de 110 millones en 2022 y de 130 millones a partir de 2023. Finalmente, Unicaja rebajó en un 8,4% los costes, hasta los 196 millones.
La gran banca, a excepción de Bankinter, ha aprobado distintos Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) desde el estallido de la pandemia que se han saldado con la reducción de 17.442 empleados. De forma paralela, desde el inicio de la crisis sanitaria y hasta cierre de 2021, el conjunto del sector financiero también aceleró el cierre de las oficinas, echando al ventanilla al 20%, hasta situarlas en 19.104.