
En un intento por preservar el valor de sus ahorros, amenazados por las sanciones impuestas a Rusia y un rublo en caída libre, los ricos rusos se han lanzado a la compra de joyas y relojes de lujo.
Gigantes de un amplio abanico de sectores -entre ellos el tecnológico (Apple), retail (Nike) e incluso el del petróleo (BP, Shell y Exxon Mobil)- han pausado la venta de sus productos o su retirada de Rusia. Por su parte, las principales marcas de lujo europeas han tardado un poco más en posicionarse, y a ellas han recurrido los ricos rusos mientras han podido.
Bulgari ha sido una de las firmas de lujo que ha visto aumentar sus ventas en los últimos días por ser una "inversión segura", afirma Jean-Christophe Babin, CEO del joyero italiano, en declaraciones a Bloomberg. En un principio, la firma tenía previsto mantener abiertas sus tiendas y, en todo caso, adaptar sus precios para compensar el desplome del rublo. Sin embargo, sus planes han cambiado. El grupo LVMH, al que pertenece Bulgari, ha decidido cerrar sus 124 boutiques en Rusia a partir del domingo 6 de marzo.
Junto a las joyas, los relojes de lujo también se han convertido en depósito de valor para los ricos rusos. Omega (Swatch Group) y Rolex, han sido las casas de relojes de alta gama a las que han recurrido los ricos rusos. Cartier también era una de ellas, pero ha suspendido temporalmente sus operaciones en Rusia alegando dificultades operativas y preocupación por el personal.
El cierre de las operaciones se suma a los problemas, desde el punto de vista logístico, en el suministro de artículos de lujo. Estos problemas se deben a la exclusión de determinadas entidades rusas del sistema bancario internacional SWIFT, la suspensión de los envíos de contenedores a Rusia por parte de las mayores navieras del mundo y la decisión de muchos países de cerrar sus espacios aéreos a Rusia.
Las grandes firmas de lujo son conscientes del coste que supone para ellas el cierre de sus tiendas en el país. Sin embargo, este coste es "relativamente" pequeño, dado que el mercado ruso representan menos del 2% de los ingresos totales de LVMH y Swatch Group y menos del 3% de Richemont, según analistas de Morgan Stanley y Edouard Aubin. Por su parte, Luca Solca, analista de Bernstein, sostiene que esta decisión tendrá un impacto positivo en su imagen de cara a otros mercados.
El sector del lujo se posiciona
Rusia representa alrededor del 5% del mercado mundial del lujo, según Vogue Business, citando datos de Bernstein Research. Desde que comenzó la invasión de Ucrania, las principales casas se han posicionado a su favor, unas enviando declaraciones de apoyo y otras anunciando el cierre de sus tiendas.
La marca francesa Hermès ha sido la primera en actuar. Con tres tiendas en Rusia y cerca de 60 empleados, la firma ha anunciado el cierre temporalmente de todos sus establecimientos en el país y ha suspendido todas sus actividades comerciales. El fabricante de los bolsos Birkin no dio ninguna razón para esta decisión.
Balenciaga, propiedad del Grupo Kering, ha eliminado todas las publicaciones de cuenta de Instagram para sustituirlas por la bandera de Ucrania y ha hecho un llamamiento a donar al Programa Mundial de Alimentos. LVMH, por su parte, ha donado 5 millones de euros al Comité Internacional de la Cruz Roja para ayudar a las víctimas de la guerra, además de proporcionar ayuda financiera y operativa a sus 150 empleados en Ucrania.
Nanushka, parte del grupo Vanguards, ha ido más allá al anunciar que deja de vender a Rusia. La firma húngara está destinando sus recursos humanos y financieros a apoyar a los refugiados y creativos ucranianos.
La británica Burberry, que cuenta con dos tiendas y una concesión en Rusia, ha detenido todos los envíos al país hasta nuevo aviso debido a los "desafíos operativos". Asimismo, ha realizado una donación a la British Red Cross Ukraine Crisis Appeal para proporcionar ayuda urgente. El Grupo OTB, propietario de marcas como Maison Margiela y Diesel, también ha donado una suma no revelada a ACNUR.