
Mapfre va a imprimir mayor velocidad en sus compromisos como aseguradora e inversor para contribuir a la descarbonización de las economías. A partir de este año no asegurará a empresas que obtengan más del 20% de sus ingresos de energía producida a partir del carbón térmico o por la extracción o producción anual de ese carbón en cuantías superiores a las 20 toneladas al año.
Tampoco dará cobertura a aquellas con planes de expansión en producción de esa 'energía marrón' superiores a los 300 megavatios.
Supone una vuelta de tuerca al objetivo que tenía hasta ahora de no dar aseguramiento cuando dichos ingresos excedían el 30% del total o los 2 gigawatts (GW).
Mantiene además la intención de no asegurar la construcción de nuevas plantas de generación eléctrica que funcionen con dicho carbón ni la explotación de nuevas minas ni proyectos relacionados con la extracción o el transporte de arenas de alquitrán y en proyectos nuevos offshore y onshore individuales que se desarrollen en el Ártico, para la extracción de gas o petróleo y su transporte.
En su afán por empujar, desde su actividad, la transición hacia una economía verde acelera además la ambición fijando 2030 como fecha tope para no tener ya en cartera programas de seguros relacionados con plantas de generación eléctrica a partir del carbón o la explotación de minas de carbón térmico en OCDE de empresas que no hayan puesto en marcha compromisos con la transición energética. Hasta ahora, su intención era alcanzar tal hito solo para Europa y extenderlo al resto del mundo a partir del 2040.
Límite a las inversiones
Y el esfuerzo no se agota en la cobertura, sino que se ha autoimpuesto umbrales más exigentes también como inversor en una línea casi espejo: no invertirá en compañías donde el 20% o más de sus ingresos provengan de energía producida a partir del carbón (antes era el 30%), con planes de expansión de energía de más 300 MW a base del carbón (eran 2 GW) ni aquellas que superen dicha facturación de la extracción o producción anual de carbón térmico superior a 20 millones de toneladas (también era un 30%).
"No es algo fortuito, sino que hicimos un proceso completo de entrar dentro de la estrategia de lo que significan para Mapfre los compromisos internacionales en términos ambientales, sociales y de gobierno para fijar los objetivos", explica a elEconomista la directora corporativa de Sostenibilidad de Mapfre, Mónica Zuleta.
"Es un proceso que se revisa todos los años" para ver "qué acciones adicionales podemos hacer", asegura Zuleta.
El grupo asegurador, que es firmante del Acuerdo de París y está adherido a los diez principios del Pacto Mundial, lanzó en 2014 el Plan de Eficiencia Energética y Cambio Climático para contribuir a mantener el techo del calentamiento global en 1,5 grados a fin de luchar contra el cambio climático. Subió el reto con el Plan de Sostenibilidad 2019 y 2021 y volverá a hacerlo en la próxima junta con el nuevo programa. "Es un proceso que se revisa todos los años" para ver "qué acciones adicionales podemos hacer", asegura Zuleta.
Bajo este prisma, Mapfre realizó en mayo un estudio de materialidad donde analizó tendencias, las estrategias de grandes aseguradoras mundiales, qué novedades traerá la normativa y se pulsó el interés general. "Vimos que los grupos de interés estaban enfocados nuevamente en todo lo que tiene que ver con el cambio climático, que las tendencias y lo que el World Economic Forum sacó estaba centrado en cambio climático".
La siguiente fase fue revisar "uno a uno los compromisos con el área de suscripción, con el área de riesgos globales y con el área de reaseguro para verificar hasta dónde podíamos llegar sin perder de vista el proceso de una transición justa donde Mapfre no solo está mirando en la parte ambiental sino que también está mirando las consecuencias e impacto social que tiene el comprometernos con cada uno de estos temas". Con ese diagnóstico se redibujó el plan y se elevó a los órganos de decisión.
Aquí Zuleta precisó que resulta crucial el compromiso de Mapfre con las distintas geografías, ya que no en todas pueden imponerse los criterios al mismo ritmo: "Por el footprint que tenemos en los países donde estamos tenemos una gran responsabilidad social de lo que está detrás de cada uno de todos estos negocios", subrayando que "en los países en vías de desarrollo hay que ayudar".
Precisamente por eso desveló que se ha incluido un compromiso nuevo de "contribuir a reducir la brecha de protección incrementando nuestro apoyo vía reaseguro en catástrofes naturales y buscando oportunidades de colaboración público-privadas".
Para fijar la estrategia el grupo ha analizado en un 94% la cartera de suscripción de riesgos globales bajo criterios ESG y por completo la de inversión, donde el 87% de los activos en un portfolio de 22.932 millones ya están calificados bajo esos criterios y el 95% de ellos cuenta con una calificación elevada.
Certificado Residuo O para su sede
El grupo ha logrado el certificado 'Residuo Cero' de Aenor en su sede social, en el madrileño barrio de Majadahonda, tras reciclar 351 toneladas de residuos en un año.
Ha reciclado papel, envases, cartón y residuos tecnológicos; ha generado energía con desechos orgánicos y evitado la emisión de 7,8 toneladas de CO2 a la atmósfera.
En 2022, quiere reducir los residuos un 5% y aumentará las medidas para ello en más oficinas y países, como, por ejemplo, en México, Brasil y Puerto Rico.
Relacionados
- El Santander y Mapfre entran juntos en la hipoteca inversa a través de una nueva filial
- El 54% de empresas del Ibex cuenta con bonus ligados a la sostenibilidad
- Las gestoras de Mapfre y Caixabank, las que más rendimiento ofrecen a sus clientes a medio plazo
- Mapfre cerrará la reestructuración de negocios con la salida de Florida y Asia