Empresas y finanzas

Globalvia ultima la compra a SVP de las autopistas lusas del Douro Litoral

  • Presenta la mejor oferta por este activo para consolidar su posición en Portugal
Javier Pérez Fortea, consejero delegado de Globalvia

Globalvia ultima la compra de Autoestradas do Douro Litoral (AEDL), la concesionaria que explota varios tramos de autopista de peaje de la A41, A43 y A32 en la periferia de Oporto, al norte de Portugal. La compañía española ha presentado la mejor oferta para tomar el control de la sociedad, propiedad de Strategic Value Partners (SVP) y otros fondos de deuda, según indican fuentes del mercado al tanto del proceso. Desde el grupo que dirige Javier Pérez Fortea declinaron hacer comentarios.

La operación aún tiene que recibir las autorizaciones pertinentes. De consumarse, Globalvia ahondará en su apuesta por Portugal, un mercado estratégico para la firma y donde ya tiene una presencia consolidada.

En 2016, la compañía que controlan los fondos de pensiones OPTrust, PGGM y USS subió su participación hasta asumir la mayoría del accionariado en las dos autopistas que gestiona en el país. Así, en la actualidad controla el 96% de la autopista de peaje mixto Transmontana A4, entre Vila Real y Bragança, con una longitud 194 kilómetros y un plazo de concesión hasta 2038, y el 100% de la A-23 Beira Interior, una autovía de peaje en sombra entre Abrantes y Guarda, con 198 kilómetros y vencimiento en 2029.

En la actualidad, Globalvia está detrás del proceso de venta que el mercado prevé que salga próximamente de Ascendi

El año pasado, además, Globalvia llegó a un acuerdo con Líneas Concessões de Transportes, un vehículo propiedad de la constructora lusa Mota-Engil (60%) y la entidad financiera Novo Banco (40%), para adquirir el 80,75% de la concesionaria del Douro Interior, que explota dos autovías al nordeste del país con una longitud total de 242 kilómetros. La concesión del Douro Interior abarca varios tramos de la IP2 entre Macedo de Cavaleiro y Celorico da Beira, de 110 kilómetros, y de la IC5, entre Murça y Miranda do Douro, de 131 kilómetros. El plazo de operación se prolonga hasta 2038. La transacción, no obstante, todavía está pendiente de concluir todos los trámites para culminar su cierre.

Globalvia, que cuenta con el potente respaldo financiero que le confieren sus fondos propietarios, también intentó el año pasado hacerse con la mayor concesionaria de autopistas lusa, Brisa, finalmente adquirida por APG, NPS y Swiss Life AM, y en la actualidad está detrás del proceso de venta que el mercado prevé que salga próximamente de Ascendi, la segunda mayor operadora del país propiedad del fondo francés Ardian.

Competidores

Precisamente Brisa y Ascendi fueron invitadas por SVP, junto con Globalvia y la también española Roadis para participar en la operación de AEDL, que cuenta con Rothschild como asesor financiero, con VTM como asesor de tráfico y con PLMJ como asesor legal, como adelantó este diario en octubre pasado.

Durante el proceso también se ha sumado el fondo francés Vauban, que ha llegado hasta la fase final frente a Globalvia. Esta firma, vinculada a Natixis, adquirió en 2020 el 100% de la concesionaria SPER (Sociedade Portuguesa para a Construção e Exploração Rodoviária ) y de la operadora Planestrada a ACS y sus socios, Tecnovia, Conduril Engenharia, Novo Banco y Banco Comercial Portugués (BCP).

Elevado endeudamiento

Autoestradas do Douro Litoral (AEDL) es la concesionaria que explota los peajes de varios tramos de autopista (A41, A43 y A32) con una longitud de 73 kilómetros y que dan servicio al área metropolitana de Oporto. Brisa se adjudicó la concesión de la autopista en 2008 por un periodo de 27 años y con una inversión asociada de 1.000 millones de euros. La operadora portuguesa se endeudó entonces con 833 millones de euros para desarrollar el proyecto.

Con la última crisis financiera, SVP y otros fondos adquirieron la deuda con descuentos agresivos

Con la última crisis financiera, SVP y otros fondos adquirieron la deuda con descuentos agresivos. A comienzos de 2019, tras fracasar las negociaciones para refinanciar el pasivo, situado entonces en el entorno de los 700 millones, los fondos de deuda decidieron ejecutarlo y hacerse así con la propiedad de la concesionaria, alegando que Brisa había incumplido sus obligaciones. Aunque la gestora impugnó la acción, el Gobierno luso la aceptó.

Ahora, casi tres años después, SVP, también presente en la deuda de las autopistas quebradas en España y que en los últimos años ha litigado con Ferrovial por la SH-130 de Texas, y sus socios encaran la recta final para la venta el activo, que sigue en todo caso siendo explotado por Brisa, el mayor operador de autopistas de Portugal.

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