Agosto, vacaciones y parálisis administrativa. La clásica escena que se repite año a año con la llegada del periodo estival es este ejercicio un quebradero de cabeza para muchas de las empresas que solicitaron al fondo de rescate para compañías estratégicas que gestiona la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y que meses después no han recibido respuesta. Una cuarentena de empresas solicitaron ayuda por valor de unos 4.500 millones de euros y la mayor parte de ellas siguen sin resolverse.
En concreto, solo se han aprobado cinco rescates por un importe total de alrededor de 1.100 millones de euros. Las vacaciones administrativas han irrumpido con una treintena de rescates sin resolver por más de 3.000 millones de euros.
Air Europa (475 millones), Duro Felguera (120 millones), Ávoris (320 millones), Plus Ultra (53 millones) y Tubos Reunidos (112,8 millones). Estos son las cinco solicitudes de ayuda que Sepi primero, y el Consejo de Ministros después, han aprobado desde que se lanzase el fondo de rescate hace más de un año. En total, 1.080 millones de euros de los 10.000 con los que se dotó inicialmente el fondo.
En la cola para recibir el visto bueno del consejo del antiguo INI se encuentran compañías de todos los sectores, pero el turístico es el más numeroso. Nombres como Hesperia (55 millones), Room Mate (52 millones), Hotusa (320 millones), entre las hoteleras, o Air Nostrum (103 millones), Wamos Air (75 millones) o AlbaStar (25 millones) entre las aerolíneas, son solo algunos de los más conocidos que, meses después de haber presentado las solicitudes y tras varios requerimientos de información, siguen esperando que el consejo asesor del fondo de rescate para empresas estratégicas les dé una respuesta.
Pero no solo empresas del sector turístico, también han cursado una solicitud otras compañías de lo más polémico. Es el caso de Abengoa, que el pasado mes de marzo, después de que la matriz se declarase en concurso voluntario de acreedores, pidió 249 millones a través de este instrumento. Esta cifra no es casualidad, ya que las ayudas que superen los 250 millones deben pasar la lupa de Bruselas, pero si están por debajo es suficiente con la autorización del Consejo Rector y el Consejo de Ministros. Sobre este expediente planea, además, otra sombra: la posibilidad de que sea uno de los denominados fondos buitre, Terramar, el que se quede con la compañía y los fondos públicos.
También en liza por un trozo del pastel de los 10.000 millones está el Grupo Mediapro, en manos de Jaume Roures. La compañía pidió 230 millones de euros a Sepi pero la operación, al igual que el resto, se encuentra por ahora en stand-by.
Más de un año después del lanzamiento del fondo y tras nueve meses desde el primer rescate, el de Air Europa, una treintena de compañías aguardan con desespero el desbloqueo de la situación.