
BBVA ha decidido relanzar el negocio de banca de inversión en EEUU tras completar la venta de su filial de particulares a PNC Financial Services por 9.600 millones. El grupo español, que mantendrá en Norteamérica, sus operaciones en los segmentos corporativo, de mercados, y de fintech, ha lanzado un nuevo plan de crecimiento para sus negocios al otro lado del Atlántico.
Así, el proyecto se centra en reforzar las capacidades actuales del banco y, de forma simultánea, desarrollar iniciativas específicas de producto, aprovechando las oportunidades que presenta el mercado norteamericano. Entre ellas, destaca el mercado de financiación sostenible, en el que la entidad lleva impulsando desde hace un tiempo. BBVA quiere poner a disposición de sus clientes en EEUU los productos y servicios "con los que ayudarles y acompañarles a realizar una transición necesaria hacia modelos de negocio más sostenibles".
El grupo español se ha marcado también como objetivo crecer en el segmento de project finance, financiación a largo plazo de proyectos en los sectores de infraestructuras y energía; y, por la parte de mercados globales, en el negocio de derivados de equity.
La banca de inversión de BBVA en EEUU estará liderado por Víctor Martínez, recientemente nombrado responsable de este departamento. Martínez destaca que "nuestro objetivo es crecer a través de la diversificación de ingresos, llevando soluciones innovadoras a una base de clientes más amplia y mejorando nuestra posición como un socio estratégico para clientes con intereses en América Latina". "Este crecimiento, sin duda, generará valor para nuestros accionistas y para nuestros clientes globales", señala. EEUU dispone de una parte muy relevante de los fondos de liquidez para invertir en los mercados emergentes.
El cliente mayorista americano es el eje central del plan de BBVA al otro lado del Atlántico, donde operará desde Nueva York, donde tiene una oficina de banca mayorista desde hace más de 45 años, un centro para cubrir las necesidades de inversión y de financiación de los clientes con intereses en otros mercados.
El pasado martes, el grupo cerró la desinversión de su franquicia para particulares, una operación que le genera un exceso de capital superior a los 8.000 millones. Con este dinero, la entidad va a recomprar un 10% de las acciones para repartir un dividendo extraordinario a sus accionistas a partir de octubre, un programa que en todo caso estará vinculado a la evolución de la cotización en bolsa. Además, explorará distintas oportunidades de crecimiento inorgánico en los países donde está presente, como ya hizo en España con la fallida adquisición del Sabadell.
BBVA, tras la venta de la filial tiene en EEUU un volumen de activos de 36.000 millones, que recoge en su área Resto de Negocios, en el que también se incluyen las operaciones de Asia, otro de las regiones donde el banco quiere acelerar el crecimiento.