
El fútbol no es de los aficionados. La gran industria que supone el deporte rey está protagonizada por empresas, cuyos dueños tienen la legitimidad de llevar a cabo las operaciones y tomar las decisiones que cada uno considere. Sin embargo, hay excepciones en España (también algunas fuera), que no son menores, en Madrid y Barcelona (también en Bilbao y Pamplona), cuyos dueños sí son los socios, al no haberse tenido que reconvertir en Sociedades Anónimas a partir de 1999 a través de una ley del año 1990.
Esta semana hemos visto cómo los dos grandes del fútbol español pasaban por encima de sus socios, que son los dueños de los clubs, al anunciar su participación en la Superliga Europea, competición ideada por los grandes equipos del Viejo Continente para crear una liga cerrada y, sobre todo, dejar de pagar tributo a la UEFA con una parte de los ingresos por los derechos televisivos. El resultado de esta propuesta, que parecía unilateral y sin marcha atrás, ha sido las protestas de los fans (sobre todo los ingleses) en las puertas de sus estadios, provocando que el big six de la Premier, los italianos y el Atlético de Madrid renunciasen a la Superliga, quedando solos Barcelona y Real Madrid, Laporta y Florentino, en este pulso.
Más allá de lo visto durante los últimos días, estos hechos traen de vuelta un viejo debate en el seno de los dos grandes clubs españoles y es precisamente el relativo a su propiedad. Si usted fuera uno de los casi 100.000 socios del Real Madrid y algún inversor le ofreciese 21.021 euros por su acción (manteniendo el asiento en el campo si también es abonado), ¿lo vendería? Esta cifra es la resultante de dividir el valor estimado del club merengue entre sus socios. En el caso de su gran rival, los socios culés recibirían una cantidad significativamente menor (12.260 euros) ya que, a cierre de la temporada pasada, el número de posibles accionistas del FC Barcelona superaba los 171.000. El amor a unos colores puede exigir una prima importante, lo que encarecería a buen seguro el precio de la operación.
"La Superliga traía consigo ingresos mayores para estos equipos, que podrían llegar a multiplicar por cuatro los actuales de la Champions", apunta Luis García Álvarez, gestor del Mapfre AM Behavioral Fund, que incluye clubs de fútbol dentro de su cartera. "Como Disney o Netflix, es una actividad económica basada en la generación de contenido, con un alto apalancamiento, por lo que mayores ingresos tendrían un efecto aún mayor en los márgenes y, por lo tanto, en las valoraciones", añade García. "Estos ingresos serían muchos más rentables ya que los clubs no tendrían que poner en riesgo su participación cada año; a los inversores les encanta la estabilidad y estarían dispuestos a pagar más por huir de la incertidumbre", arguye el experto. "Por último, también habría un mayor control financiero, con lo que los márgenes quedarían muy protegidos. Todo esto forma una combinación atractiva, que disparó el interés de los inversores y provocó las subidas que vimos en bolsa de Juventus o Manchester United, entre otros", concluye.
Mínimo de 2.100 millones
La valoración por encima de los 2.100 millones de euros, tanto del Real Madrid como del Barcelona salen de los datos de ingresos recopilados la semana pasada por la revista Forbes, con respecto a la temporada 2019-2020, en la que facturaron 792 millones de dólares. Utilizando como referencia el multiplicador de ventas actual de la Juventus, probablemente la cotizada más parecida a los españoles, que es de 2,65 veces su ventas (capitaliza cerca de 1.170 millones de euros), salen valoraciones que rozan los 2.100 millones de euros (superarían a Pharma Mar, Meliá e Indra en el Ibex 35).
Por detrás de los dos colosos, y con una diferencia de casi 400 millones, se situaría el Manchester United, que utilizando este multiplicador debería valer en torno a 1800 millones de euros. Sin embargo, capitaliza en la bolsa de Nueva York 2.191 millones. El siguiente más valioso sería el Bayern y, por detrás se encontrarían el resto de equipos ingleses: Liverpool, City, Chelsea, Arsenal y Tottenham. El Atlético de Madrid tendría un valor bursátil de 974 millones de euros, inferior ya a todos los valores del Ibex 35.
En abril de 2018, Javier Tebas aseguró en una entrevista para la revista Actualidad Económica, que veríamos a clubes españoles cotizando en bolsa pronto y que ya estaban asesorando a algunos de ellos. Tres años después no hay noticias de que esto vaya a ocurrir pero, por supuesto, tampoco se puede descartar. La primera condición que tendrían que cumplir los dos grandes del fútbol español es cambiar su forma jurídica y convertirse en Sociedades Anónimas Deportivas. Y "tendrían que cumplir con ciertos estándares de transparencia financiera, por lo que tendrían que mejorar mucho en este aspecto", explica Ángel Pérez, analista de Renta 4.
"Sería normal que el deporte, y el fútbol en concreto, se articulase y se racionalizase de esta forma, aunque sería necesario, primero, un reparto más justo entre los distintos clubes, porque ahora hay muchas diferencias", añade Cándido Muñoz, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad Complutense.
"Cotizarían y estarían valoradas, sobre todo, por la capacidad que tengan de generar ingresos en el corto o medio plazo", explica Muñoz, que reconoce que "la deuda, obviamente, pesará en su valoración y deberían de dejar de estar financiados y soportados por organismos públicos como sucede ahora en muchos casos".