La Superliga se ha 'desangrado' en apenas 24 horas. El anuncio anoche de que los seis clubes ingleses involucrados en el proyecto daban marcha atrás ha provocado una catara de reacciones que ha derivado en la decisión del Atlético de Madrid, del Inter de Milán y del AC Milan este miércoles de revertir su adhesión a la nueva competición. La Juventus, por su parte, uno de sus máximos impulsores, se ha 'bajado del carro' con un ambiguo comunicado en el que deja de considerar viable la propuesta. Estos posicionamientos han dejado solos a Real Madrid y Barcelona. El presidente de los madridistas, Florentino Pérez, también presidente de la Superliga, es quien más se ha expuesto a la hora de defender la nueva competición. Los clubes cotizados en bolsa están pagando este caos en los mercados.
"El Consejo de Administración del Atlético de Madrid, reunido este miércoles por la mañana, ha decidido comunicar formalmente a la Superliga y al resto de clubes fundadores su decisión de no formalizar finalmente su adhesión al proyecto. El Atlético de Madrid tomó la decisión el pasado lunes de sumarse a este proyecto atendiendo a unas circunstancias que a día de hoy ya no se dan. Para el club es esencial la concordia entre todos los colectivos que integran la familia rojiblanca, especialmente nuestros aficionados", reza el comunicado emitido por el Atlético, similar al lanzado por el Inter y al que ha hecho público el Milan.
"En este contexto, mientras que la Juventus sigue convencida sobre la solidez del proyecto deportivo, comercial y legal, cree que hay pocas posibilidades de que el proyecto se complete en la forma concebida originalmente", recoge el ambiguo comunicado del equipo de Turín. Horas antes, su presidente, Andrea Agnelli, había reconocido a Reuters que sin los ingleses la Superliga no era viable.
Esta oleada de deserciones se produce pese a que esta madrugada, los todavía integrantes del proyecto se conjuraban para continuar pese a la salida de los ingleses Arsenal, Chelsea, Liverpool, Manchester City, Manchester United y Tottenham Hotspur. La Superliga emitía un comunicado a la conclusión de una reunión telemática en el que anunciaba la continuidad de la nueva competición con una reconfiguración del proyecto y denunciaba que los ingleses hubieran sucumbido a las "presiones".
"Nuestra propuesta tiene como objetivo permitir que el deporte evolucione al mismo tiempo que genera recursos y estabilidad para toda la pirámide del fútbol, incluyendo la ayuda para superar las dificultades financieras experimentadas por toda la comunidad del fútbol como resultado de la pandemia. También proporcionaría pagos solidarios materialmente mejorados a todas las partes interesadas en el fútbol", decía el comunicado.
La Superliga aseguraba que el abandono en masa de los clubes ingleses se ha producido "obligados" por la "presión ejercida" sobre ellos. "Estamos convencidos de que nuestra propuesta se ajusta plenamente a la legislación y la normativa europeas, como ha demostrado la decisión judicial de proteger a la Superliga de las acciones de terceros", señalaban.
Los acontecimientos hacen que se realice una reconfiguración del proyecto antes de dar los próximos pasos. "Dadas las circunstancias actuales, reconsideraremos los pasos más apropiados para reconfigurar el proyecto, teniendo siempre en mente nuestros objetivos de ofrecer a los aficionados la mejor experiencia posible al tiempo que potenciamos los pagos solidarios para toda la comunidad futbolística", sentenciaba el comunicado.
Revuelta popular en Inglaterra
El aficionado inglés y su profundo arraigo por la competición y el fútbol doméstico mató a la Superliga. Fue el hombre de a pie el que se alzó en las murallas de Stamford Bridge contra la competición faraónica y el que consiguió que los seis equipos ingleses, miembros fundadores del club de los doce, anunciaran su abandono del proyecto y pidieran perdón.
Todo comenzó a media tarde en las cercanías del barrio londinense de Fulham, donde lo que iba a ser un partido más entre el Chelsea y el Brighton, con la cuarta plaza y el descenso en juego, se convirtió en la imagen que derrotó a la Superliga. Unos mil aficionados del Chelsea se manifestaron contra la decisión de su club de unirse al faraónico proyecto, lo que desencadenó la filtración de que el equipo londinense iba a dar marcha atrás.
Los 'Blues' iniciaban los procedimientos legales para apartarse de la iniciativa y desataban la alegría de los aficionados, que pasaban de dirigir cánticos contra Florentino Pérez y los dueños del Chelsea a abrazarse por una buena razón.
Mientras tanto, en el norte de Inglaterra, Kevin de Bruyne, como ya había hecho unas horas antes Pep Guardiola, criticaba el proyecto, rememorando el fútbol de antes y pidiendo competición y mérito por encima de monopolios. No tardó en responder el Manchester City, que viendo el clamor popular, se unía a la filtración del Chelsea.
Además daba un paso más y con un escueto comunicado anunciaba su adiós a la Superliga. "El Manchester City puede confirmar que ha iniciado formalmente los procedimientos para abandonar el grupo que está desarrollando los planes para la Superliga europea".
Era el pistoletazo de salida que daba alas al resto. Los jugadores del Liverpool respondían rápidamente. Mediante una nota difundida por los pesos pesados del vestuario mostraban su rechazo. "No nos gusta y esperamos que no salga adelante. 'You'll Never Walk Alone'", dijo el colectivo 'Red'.
Kenny Dalglish, leyenda del Liverpool, apuntaba: "Espero que hagan lo correcto". Hasta el Gobierno británico aplaudía la decisión de City y Chelsea. "Es la correcta y les felicito por ello. Espero que el resto de equipos involucrados en esta Superliga sigan sus pasos".
Era cuestión de tiempo que todos se unieran y la catarata de comunicados confirmó el derrumbe de la Superliga. "El Liverpool puede confirmar que nuestra participación en la propuesta para formar una Superliga Europea no continuará". "Como resultado de haber escuchado a la comunicado del fútbol, abandonamos la Superliga. Hemos cometido un error y nos disculpamos por eso", dijo el Arsenal.
"Nos arrepentimos de la ansiedad y la tristeza que hemos provocado. Creíamos que era importante que nuestro club participara en el desarrollo de una nueva estructura que asegurara el futuro financiero de la pirámide del fútbol. Creemos que el deporte debería revisar constantemente sus competiciones y que los organismo deberían asegurarse de que el deporte que todos amamos evoluciona. Gracias a los aficionados por dar su opinión", dijo Daniel Levy, dueño del Tottenham.
"No participaremos en la Superliga europea. Hemos escuchado cuidadosamente la reacción de nuestros aficionados, del Gobierno del Reino Unido y de otros entes", apuntó el Manchester United.
El país que se encargó de crear el fútbol, cuando apenas una pelota de cuero contentaba a una serie de chavales y no a 4.000 millones de personas, fue también el país que salvó al balompié de caer en las garras del dinero y el poder. Gary Neville brindó por ello.
Qué dice ahora la UEFA
El Presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, dio la bienvenida a la noticia de que más clubes se han retirado del proyecto de escisión de la Superliga, después de que lo hayan hecho todos los ingleses, y aseguró que "lo importante ahora es reconstruir la unidad de que gozaba el juego antes de esto".
"Dije ayer que es admirable admitir un error y estos clubes cometieron un gran error. Pero ahora han vuelto al redil y sé que tienen mucho que ofrecer, no sólo a nuestras competiciones, sino a todo el fútbol europeo", señaló tras aplaudir la retirada de los seis equipos ingleses.
Ceferin aseguró que "lo importante ahora es que sigamos adelante, reconstruyamos la unidad de la que gozaba el juego antes de esto y avancemos juntos", en una declaración remitida por la UEFA.