Miguel Temboury, director territorial de Endesa en la zona Noroeste.
Endesa ha informado de la "inviabilidad ambiental, técnica y económica" de la transformación a biomasa de la central de carbón de As Pontes (La Coruña): costaría un 30% más que la generación con gas -perdería 625 millones en diez años- y las cenizas resultantes tendrían que acabar en vertederos de residuos peligrosos.
La compañía dirigida por José Bogas ha conocido hoy las conclusiones de las últimas pruebas para reconvertir la mayor central térmica de carbón de España a biomasa. Realizadas bajo la supervisión del Ministerio de Transición Ecológica, la Xunta de Galicia y el Ayuntamiento de As Pontes, no han resultado satisfactorias, tanto desde un punto de vista medioambiental y técnico, como económico.
Desde una perspectiva ambiental, la combustión causa la emisión de mercurio en valores próximos al límite legal permitido. También hay mucha generación de cenizas, que crecen entre un 187% y un 276%, lo que supone producir una tonelada de cenizas por cada tres o cuatro toneladas de CO2 evitadas.
Como resultado, operando a media carga durante 3.000 horas, se acumularían cada año entre 76.000 y 106.000 toneladas de un subproducto que no sería admitido en los vertederos de residuos no peligrosos, por superar los valores límite de selenio, sulfatos y carbono orgánico disuelto, con un elevado incremento de metales y metaloides generados en la combustión.
Deterioro técnico de la instalación
Desde el punto de vista técnico, se ha verificado la pérdida de potencia de cada grupo de generación, que de los 350 MW actuales bajaría a 245/260 MW, con bruscas y repentinas oscilaciones de carga de hasta 35 MW, lo que impide a la central operar en los mercados secundarios.
También se ha comprobado que el combustible causará la corrosión de los tubos de la caldera, y ello incrementa el costo de mantenimiento de la instalación. Además, la mezcla probada se degrada durante el tiempo que permanece almacenada, ocasionando una onerosa pérdida operativa y económica.
Inviable económicamente
Y económicamente, el MWh generado costaría alrededor de 65 euros, con lo que resultaría 15 euros más caro que el producido en una central de ciclo combinado de gas natural. Con este coste de operación, la térmica quedaría fuera del mercado eléctrico.
La adaptación de la instalación requeriría asimismo una elevada inversión y unos altos costes fijos, con lo que la destrucción de caja estimada ascendería a 625 millones de euros en diez años de actividad.
Alternativas para la zona
En previsión de un resultado adverso de las pruebas, Endesa había avanzado en el diseño de actuaciones para atenuar el impacto de la disminución de actividad de la central y ha firmado un acuerdo con la representación de los trabajadores por el cual garantiza que ninguno de los 81 empleados será despedido. El desmantelamiento de la instalación se prolongará durante cuatro años y requerirá también del apoyo de alrededor de 130 trabajadores de empresas contratistas.
El Plan de Endesa para la central (Futur-e de As Pontes) contempla la búsqueda de alternativas empresariales a la instalación que se cierra. Mediante un concurso internacional de ideas, promoverá alternativas viables, a través de un proceso participativo, transparente y abierto, para atraer inversión y creación de empleo en el emplazamiento de la central.
Es el mismo modelo que se está siguiendo para generar oportunidades empresariales en otras centrales térmicas de Endesa en proceso de cierre como Compostilla (León) o Carboneras (Almería).
El Plan Futur-e incluye también elevadas inversiones en nuevos proyectos de energías renovables. Concretamente, Endesa se propone desarrollar hasta 1.505 MW de nueva capacidad eólica en Galicia entre 2021 y 2026, con una inversión estimada de 1.581 millones de euros y una generación de más de 1.250 empleos directos de media anual durante los seis años de la fase de construcción y 125 para la de operación y mantenimiento durante los siguientes 25 años. De esta capacidad, ya está confirmada la conexión de 1.493 MW.