
La segunda ola del coronavirus y el auge de las restricciones a la movilidad adelantan una nueva oleada de recortes y búsqueda de liquidez para poder sobrevivir a la pandemia. En concreto, el sector aéreo tendrá que reducir casi un tercio sus costes unitarios para dejar de quemar caja en 2021 y aspirar a alcanzar el punto de equilibrio en los resultados, tal y como apunta la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) en un estudio en el que reconoce "la incapacidad de las aerolíneas de preservar el empleo y evitar la quiebra" en pleno desplome de los ingresos. Así, la asociación calcula que los costes laborales tendrían que bajar un 40% más entre despidos y reducciones salariales para salvaguardar la caja (ver gráfico).
"Para mantener el nivel de productividad laboral del año pasado hay que reducir los costes laborales unitarios al nivel más bajo de los últimos años (un 52% respecto al dato del tercer trimestre en 2020), lo que implica la reducción de empleo o recortes salariales", explica IATA. No en vano, es la partida que menos se ha reducido junto con los alquileres de los aviones, que apenas se han recortado un 10% desde marzo. La que más ha bajado es el combustible.
Los ingresos de la industria caerán un 46% en 2021 frente a 2019 y seguirán quemando caja sin recortes
Y es que, lejos de arrancar la recuperación en el cuarto trimestre, tal y como se preveía en junio, las reservas llevan cayendo desde finales de agosto obligando a las compañías a reducir de nuevo su capacidad de cara a la temporada de invierno. Así, Vueling opera en noviembre al 25% de su capacidad, frente al 34% de octubre, y Ryanair ha anunciado que volará un 40% de sus plazas hasta Semana Santa frente al 60% previsto.
Según calcula IATA, las aerolíneas cerrarán el año con un descenso del tráfico aéreo del 66% tras un cuarto trimestre "muy duro" y no espera que "la primera mitad de 2021 sea significativamente mejor". Así, prevé que los ingresos del sector caigan un 46% el año que viene respecto a los 838.000 millones de dólares de 2019. El análisis anterior preveía una reducción del 29%.
"La importante caída de la capacidad no se vio acompañada en su totalidad por los correspondientes recortes de costes", apunta Lufthansa
El ajuste de la capacidad unido a que el mercado de largo radio no termina de reactivarse y a que los gastos se han reducido a un ritmo mucho más lento que los ingresos, han llevado a las compañías aéreas a registrar una fuerte presión en los costes por asiento ofertado en verano ya que el total de los mismos se distribuye entre un menor número de plazas y kilómetro. Un estudio preliminar señala que los costes por asiento ofertado han subido un 40% en el tercer trimestre, mientras que los ingresos por plaza disponible se han desplomado más de un 25% de media. Se prevé que sigan a la baja en 2021, lo que obliga a las compañías a reducir un 30% de media los gastos unitarios respecto a 2020 para lograr el break even, señala IATA.
Por ejemplo, Lufthansa, excluyendo Eurowings, ha visto como sus gastos unitarios (sin combustible) se más que duplicaban en los meses de verano a los 11,6 céntimos de euro por asiento, mientras que los ingresos unitarios caían un 21% a los 6,4 céntimos. "La importante caída de la capacidad no se vio acompañada en su totalidad por los correspondientes recortes de costes", señala Lufthansa, que redujo su oferta un 77% en el tercer trimestre y ha terminado septiembre con 124.534 empleados, 13.816 menos que un año antes (ver gráfico).
En este punto, el gigante alemán, que ha recibido un rescate de 9.000 millones, aprobó en septiembre un tercer plan de reestructuración que ahora implica la reducción de la flota en 150 aviones hasta 2025, el retraso a 2023 de la recepción de 80 aeronaves nuevas y la eliminación de hasta 27.000 empleados para ajustarse a la menor oferta. Además, en el primer trimestre de 2021 tiene previsto reducir un 20% los puestos de gestión y recortar un 30% el espacio en las oficinas.
En esta línea, IAG, que ya ha pactado la salida de 10.000 trabajadores en British Airways y Aer Lingus, sigue adelante con los ajustes ya que es "necesario adaptar el tamaño y los costes fijos a un mercado mucho más pequeño", incluyendo las plantillas. Así, alerta de que habrá ajustes de personal en Vueling e Iberia si los Erte por fuerza mayor decaen o si no son rentables.
Los tres grupos alertan de más ajustes y de un deterioro del negocio en la recta final de año
El fuerte desequilibrio entre los ingresos y los gastos unitarios registrado este verano, que es más pronunciado en las aerolíneas que explotan una red de largo radio, se explica también por la baja ocupación media que han registrado los pocos aviones operativos y el mayor peso del corto radio, que necesita más aeronaves para cubrir las rutas. Así, la dueña de Iberia ha volado este verano con sus aviones al 48,9%, Lufthansa ha registrado una ocupación media de 53% y Air France-KLM apenas los ha llenado un 42,8%, unos datos que alejan a los tres gigantes europeos de la rentabilidad y que les han llevado a perder este verano 5.393 millones de euros en su conjunto.
Las cuentas de julio, agosto y septiembre, los meses más rentables del sector, muestran como los ingresos han caído mucho más deprisa que los gastos, llevando a los tres grupos a tener un resultado operativo negativo. Así, mientras la facturación cae más de un 70%, los gastos apenas se recortan a la mitad. Incluso Ryanair, que no se ha visto penalizada por el largo radio, ha cerrado el verano con unas pérdidas de 225 millones. Ha sido de las pocas de con un resultado operativo positivo por su reducida estructura de costes fijos.
"Aun consiguiendo reducir los gastos al máximo, la industria no alcanzaría la sostenibilidad financiera en 2021", alerta IATA
"No tenemos capacidad para recortar los costes con la rapidez necesaria para acomodarnos a los ingresos actuales. El panorama no es bueno en relación con los costes de cara a 2021. Aun consiguiendo reducir los gastos al máximo, la industria no alcanzaría la sostenibilidad financiera en 2021", alerta Alexandre de Juniac, consejero delegado de IATA, que insta a los gobiernos a seguir respaldando financieramente al sector para evitar quiebras y despidos masivos. "A menos que los gobiernos sigan proporcionando alivio financiero, a las aerolíneas medianas les quedan solo 8,5 meses de liquidez al ritmo actual de gasto", ahondó.
Así, el sector ya ha empezado a señalar necesitan más liquidez y reducir la presión sobre los costes. Por ejemplo, Norwegian fue la primera compañía en solicitar más ayudas a su gobierno ante un verano mucho peor de lo esperado mientras que IAG ha abierto la puerta a buscar liquidez extra en el futuro ya que la visibilidad es tan baja que es posible que se superen los escenarios pesimistas planteados.