Lidl ha conseguido ser la primera cadena de supermercados en alcanzar los objetivos marcados por el plan NAOS de nutrición, mostrando un firme compromiso con la alimentación saludable. En enero de 2019, la empresa se unió al "plan de colaboración para la mejora de la composición de los alimentos y bebidas y otras medidas" promovido por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social a través de la Aesan. Dicho plan recoge los compromisos de reformulación de los sectores de la fabricación y de la distribución, para varios tipos de alimentos y bebidas de consumo habitual en los jóvenes y familias, centrándose en la reducción de azúcares añadidos, sal y grasas saturadas.
Lidl ha analizado los 13 grupos de productos establecidos en el plan, reformulando así un 10% sobre el total de su surtido envasado de marca propia. De este modo, ha logrado reducir hasta 425 toneladas de azúcar y sal anuales, lo que equivaldría a más de un millón de terrones de azúcar o lo que es lo mismo, más de 21.200 tazas de cafés llenas de azúcar o sal. Un terrón de azúcar contiene 4 gramos y una taza de café tiene una capacidad de 200.
Las categorías analizadas por la compañía han sido aperitivos salados, bebidas refrescantes, bollería y pastelería, cereales de desayuno, cremas de verduras, derivados cárnicos, galletas, helados, néctares de frutas, pan envasado, platos preparados, productos lácteos y salsas.
Cabe destacar que la mejora de los productos reduciendo azúcares, sal y grasas saturadas se realiza sin perder de vista las calorías totales. Así se evita por ejemplo, que en un alimento se reduzca el azúcar a costa de aumentar la grasa, de modo que al final el producto acabe teniendo las mismas o incluso más calorías La cantidad de calorías diarias recomendadas para adultos según la OMS son 2.000 calorías. En este sentido, gracias a la colaboración que Lidl mantiene con sus proveedores, ha cumplido con los objetivos del Plan NAOS e incluso, ha conseguido reducir en su gran mayoría de artículos, un porcentaje superior de azúcar, sal y grasas saturadas a los preestablecidos.
Objetivo ambicioso
La OMS recomienda reducir la ingesta de azúcares a menos del 10% de la ingesta calórica total. Sin embargo hay estudios que indican que el 53,9% de niños, niñas y adolescentes en España superan dicho límite. En este contexto, Lidl no cesa en su compromiso de seguir trabajando en diferentes proyectos que fomenten y potencien una alimentación cada vez más saludable. Uno de los elementos determinantes de su política de compra de alimentos es la optimización de sus marcas propias en cuanto al contenido de azúcar y sal.
Por ello, desde hace cinco años y con el objetivo puesto en 2025, Lidl trabaja en un ambicioso plan, basado principalmente en reducir al menos un 20% la cantidad de sal y azúcares añadidos del surtido de marcas propias con la implementación de diversas medidas. En el marco de este objetivo, por ejemplo, logró en 2017 eliminar 1.000 toneladas de azúcar en sus refrescos.
Miguel Paradela: "Tenemos que promover activamente una alimentación consciente"
"Nuestro compromiso con la alimentación saludable nos exige contribuir y seguir trabajando de forma muy estrecha con todos nuestros proveedores, de forma que podamos promover activamente una alimentación consciente, ofreciendo a nuestros clientes un surtido amplio de alimentos de alta calidad que les permita llevar una dieta saludable y responsable" afirma Miguel Paradela, director general de compras de Lidl España.
Hay que recordar que, desde 2013 la cadena está adherida al código PAOS -el código de autorregulación de la publicidad de alimentos- con el fin de fomentar la información, educación y promoción de la salud en el ámbito de la nutrición y en especial la prevención de la obesidad.