El reparto de sillas, como en todas las fusiones, es clave en las negociaciones. Y en las conversaciones de CaixaBank y Bankia se han convertido en un pieza más que fundamental a la hora de cerrar un acuerdo definitivo. La entidad dominante, CaixaBank, está exigiendo una mayoría amplia de sus representante en la cúpula directiva, no solo porque será quien tome el control del nuevo grupo sino porque, según fuentes cercanas a la operación, en la entidad catalana se considera que sus ejecutivos cuentan "con un mejor talento" para llevar a cabo el proyecto.
Todo parece indicar, y así ya se ha acordado, que la gestión estará liderada por el actual consejero delegado del banco de origen catalán, Gonzalo Gortázar, lo que relegará al presidente de Bankia, José Ignacio Goirigozarri, a ostentar funciones institucionales.
Ahora, el meollo de las discusiones se encuentran en el diseño de los siguientes cargos del organigrama, con especial énfasis en la alta dirección. Esta está compuesta en la actualidad por 11 miembros en cada una de ellas y sus responsabilidades se solapan en la mayoría de los casos. No se descarta que la nueva CaixaBank, una vez absorba la firma nacionalizada, tenga que ampliar la estructura de sus áreas para dar cabida algunos directivos de Bankia, pero los más probable es que todos no puedan tener acomodo.
El encaje más relevante es el del consejero delegado de Bankia, José Sevilla, un hombre que cuenta con una amplia experiencia en el sector. Procede las filas de BBVA y ha comandado junto a Goirigolzarri el banco nacionalizado desde 2012, cuando se produjo su rescate de 24.000 millones.
Indemnizaciones
Bankia, en la negociaciones, defiende también una buena posición para sus hombres en el staff y que no pierdan mucha categoría en su paso al campeón bancario nacional que se creará en España. Pero, lo que nadie duda y, así lo aseguran fuentes del sector, es que habrá salida de directivos que afectarán en gran medida a Bankia. Además, hay que tener en cuenta que las indemnizaciones que se tengan que realizar por el cese son menos elevadas en el grupo nacionalizado al tener topados los salarios por las imposiciones legales derivadas de las ayudas.
Para los ejecutivos de Bankia mantenerse en el nuevo conglomerado financiero es una oportunidad, no solo porque pertenecerán al mayor banco español, sino porque sus salarios se verán incrementados ya que las restricciones de salarios se eliminarán tras la transacción, ya que el Estado sólo contará con un 14-15% del capital. Sin embargo, su rango, para la inmensa mayoría será inferior al actual, si finalmente las exigencias de CaixaBank se plasman en el pacto que se sellará previsiblemente en los próximos días.
Está previsto que los consejos de administración analicen el proyecto para su aprobación. Aunque inicialmente se baraja este domingo, día 13, como fecha orientativa para la celebración de las reuniones de los órganos rectores, todo parece indicar que se pospondrá varios debido a la complejidad del plan y todos los trámites administrativos que conlleva. Hay que tener en cuenta que previamente, el Estado a través del Frob tendrá que hacer una valoración previa.
Bankia tiene limitadas las remuneraciones en 800.000 euros anuales, de los que 500.000 euros corresponden al salario y el resto, hasta un máximo de 300.000 euros, en concepto de retribución variable. La indemnización por su salida es, de manera general, suma dos veces esta retribución.
Estructura
Además de Goirigolzarri y Sevilla, la cúpula de Bankia está compuesta por el consejero director de Medios y Tecnología, Antonio Parra; el director financiero, Leopoldo Alvear; de Riesgos; Manuel Galarza; el secretario, Miguel Crespo, el de Personas y Cultura; David López; de Estrategia Digital y Transformación, Carlos Torres; de Banca de Particulares, Eugenio Solla; de Gestión de Activos, Fernando Sobrini; de Comunicación y Relaciones Externas, Amalia Blanco; y de Banca de Negocios, Gonzalo Alcubilla.
Por su parte, el equipo de CaixaBank está conformado, además de por Gortázar, por el director de Negocio, Juan Antonio Alcaraz; el de Recursos Humanos, Xavier Coll; de Riesgos, Jordi Mondéjar; de Banca de Inversión, Iñaki Badiola; de Medios, Luis Javier Blas; de Intervención y Control, Mathias Bulach; de Comuniación y Relaciones Institucionales, María Luisa Martínez; de Finanzas, Javier Pano; de Auditoría; Marisa Retamosa; de Seguros, Javier Valle; y de Secretaría General, Óscar Calderón.
Algunos de estos hombres parecen intocables para La Caixa, entre ellos Alcaraz, que es uno de los pesos pesados del grupo catalán. Los cambios en la estructura también afectarán a los consejeros, ya que el órgano rector del nuevo grupo tendrá que incorporar a los miembros de ambas entidades. Además el Frob se sentará él, con dos vocales (a lo sumo tres).