El nuevo campeón financiero español lucirá únicamente la marca de CaixaBank. Esta es la decisión que se ha adoptado en el marco de la fusión del banco catalán con Bankia. De esta manera se han descartado otros nombres que están encima de la mesa, como CaixaBankia, lo que pone de manifiesto el grupo que es dominante en la operación.
La elección de su denominación comercial ha sido un punto esencial de las conversaciones y tiene importancia, porque es como se conocerá a partir de ahora al nuevo conglomerado. Pero, además, una modificación implicaría costes operativos que se pueden ahorrar si se mantiene alguna de las marcas ya existentes, al no tener que sustituir los letreros y toda la cartelería de la mayor parte de las oficinas. CaixaBank cuenta con 4.200, mientras que Bankia con 2.400.
Otro aspecto que se ha tenido en cuenta a la hora de tomar esta decisión es la mala imagen de Bankia, una entidad que tuvo que ser rescatada y que ha estado afectada en los últimos años por distintos escándalos judiciales, como la salida a bolsa y la venta de preferentes en el pasado, además de las tarjetas opacas. Próximamente se conocerá la sentencia penal por su debut bursátil, que se llevó a cabo con la anterior dirección y por la que el exvicepresidente Rodrigo Rato, se enfrenta a más años de prisión. Ya fue condenado por el uso de las visas black.
De esta manera, también, desparecerá del imaginario colectivo el uso de Bankia, ya que no se incorporará a la marca, como sucedió en el pasado con otras integraciones de gran calado en nuestro país. A día de hoy BBVA es el resultado de las siglas de la unión de 2001 de los bancos Bilbao Vizcaya y Argentaria. Y, por aquel entonces, el Santander también agregó a su denominación Central Hispano bajo el paraguas del BSCH.
Bankia se presentó en 2011, meses antes de su salida a bolsa, tras desgajarse el negocio financiero de todos los activos más problemáticos del conglomerado que crearon sus cajas fundadoras y liderada por Caja Madrid, conocido como BFA, hoy holding de la entidad participada en su totalidad por el Estado.