
Son innumerables los datos que reflejan la dramática situación que está sufriendo el turismo, el principal motor de la economía española. Esta semana se conocía que la llegada de extranjeros en junio cayó un 97% y los rebrotes en regiones como Cataluña o Aragón están haciendo peligrar la entrada de agosto, pero también el movimiento de los turistas nacionales. Prácticamente todos los países del mundo han establecido algún tipo de control para los viajeros procedentes de España, con cuarentenas obligatorias (para el conjunto del país o para ciertas regiones) o test PCR, entre otras medidas. Incluso un centenar de países han llegado a la prohibición, según recoge el Ministerio de Asuntos Exteriores.
Aunque el dato más clarificador de la situación que está pasando el sector lo aportó el Ministerio de Seguridad Social a principios de la semana pasada: de media, el 7,8% de los afiliados (1,18 millones de personas) seguían cobrando de un Erte. Sin embargo, el porcentaje se dispara al 62% de los afiliados al sector de agencias de viajes, al 52% al transporte aéreo y al 47% en hoteles y otros alojamientos.
En medio de esta situación, las grandes voces del sector, Exceltur y la Mesa del Turismo, han saltado a la palestra para denunciar, con gran enfado, declaraciones de miembros del Gobierno, o cercanos, que poco ayudan al sector. Todo lo contrario, contribuyen, en su opinión, a desincentivar a que los turistas extranjeros y, también los nacionales, viajen. Pero igualmente, declaraciones que en su opinión denigran a la principal actividad económica. El descontento en el sector en estos meses ha llegado a tal punto que en varias ocasiones han pedido la dimisión de los autores de estas declaraciones.
Bienvenidas las cuarentenas
El último exabrupto ha sido el 27 de julio de Fernando Simón, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, que dio la bienvenida a que Gobiernos como el belga o el británico hayan establecido cuarentenas obligatorias a aquellas personas (incluyendo sus nacionales) que proceda del conjunto de España o de alguna región. "Agradezco que los belgas decidan no recomendar venir a España. Es un problema que nos quitan. Menos riesgo de importación de casos", dijo el virólogo.
En plena desesperación del sector por las medidas de estos países, las declaraciones de Simón fueron demoledoras. La Mesa del Turismo (reúne a 50 empresas y profesionales del sector turístico) pidió su dimisión y ese mismo día el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tuvo que echarle un capote: "Tenemos que incorporar las medidas económicas y empresariales a las medidas que podemos tomar", dijo, y el miércoles remarcó que se sentía "profundamente orgulloso" de Simón. Igualmente salió en su defensa la ministra de Hacienda y Portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, que recordó que Simón es un técnico que "ha trasladado una obviedad".
Para el sector, el despropósito de Simón es uno más de los muchos que se han producido desde el 14 de marzo. Quizá el más sonado, y la que supuso una mayor reacción del sector -junto a la de Simón-, la protagonizó el ministro de Consumo, Alberto Garzón, que el 13 de mayo dijo, en sede parlamentaria, que el turismo era un sector "estacional, precario y de bajo valor añadido". Poco tardaron en exigir desde el sector, también por la Mesa del Turismo, la dimisión del ministro de Podemos. El presidente de esta asociación, Juan Molas, lamentó que "que el ministro de España se pronuncie con tanto desprecio sobre un sector que lidera el ranking mundial de competitividad turística según el Foro Económico Mundial". El turismo supone el 13% del PIB español (unos 150.000 millones de euros) y da empleo a 12 de cada cien personas en España.
El tercer gran jarro de agua fría al sector proviene de la ministra de Trabajo, también de Podemos, Yolanda Díaz, que el 17 de abril, declaró que el turismo no podría reactivarse hasta final de año, lo que para la Mesa del Turismo era una "barbaridad" y una "temeridad". Sin embargo, esta tesis no la mantuvo Díaz en solitario. José Luis Zoreda, vicepresidente de la patronal Exceltur (que agrupa todos los sectores relacionados con el turismo), fue contundente días más tarde: "Empezó el ministro de Consumo, le siguió la de Trabajo, después la de Hacienda, tras ella el presidente del Gobierno y terminó la de Turismo, Reyes Maroto. Todos ellos han dejado caer que el turismo no va a poder volver a la actividad hasta final de año. Y eso sería letal para el sector", dijo Zoreda.
Pero los "disgustos" del Gobierno al turismo no sólo han venido de declaraciones; también del propio BOE. El Ministerio de Sanidad, que pilota Salvador Illa, con una Orden Ministerial de 14 de mayo, impuso la cuarentena a todos los extranjeros que llegasen a España. Zoreda, esa vez, manifestó su "perplejidad y desconcierto".
También ha generado malestar en el turismo el vicepresidente segundo y secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, que, aunque con mayor suavidad, sustentó el 18 abril las mismas tesis que Garzón al decir que "España no puede depender de sectores como el turismo y el inmobiliario". Zoreda lo calificó de "nada alentador".