
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, echa el freno a cuenta de la desescalada laboral en la que trabajaba su departamento. Tras anunciar la semana pasada que se haría en dos fases, una en verano y otra a finales de año, dejando a sectores estratégicos como el turismo o la hostelería en último termino a la hora de abrir, la ministra asegura ahora que harán lo que digan las autoridades sanitarias. En concreto, "el ritmo de la actividad la van a determinar las autoridades sanitarias".
En una entrevista a Radio Galega, la titular de Trabajo, que aseguró que su Ministerio trabajaba sobre esos dos tiempos, deja ahora en manos de los científicos la incorporación de los servicios a la vida laboral. "Estamos en la fase más delicada (...) podría haber un cierto desánimo si no se cumplen las medidas y se produce un brote de los contagios", justifica.
Tras levantar ampollas en el sector del turismo y la hostelería, Díaz intenta calmarlos al asegurar que trabaja para darles protección. En este sentido, se refiere a los ERTE, que según la misma, planea permitir una extensión tras el período de Estado de Alarma y recuerda que ambos sectores empleaban a más de cinco millones de personas antes de la pandemia.
"Estamos pautando en materia de trabajo una serie de recursos para los sectores más afectados", subraya y añade que es probable que otras medidas vayan a continuar durante meses como el teletrabajo. A la espera de una mayor concreción, que están siendo tratada con sindicatos y patronal, la ministra vuelve a poner el valor el papel de Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), que, si bien reconoce una sobrecarga, aunque no embudo, para tramitar los ERTE, el pasado sábado resolvió "154.000 expedientes en prestaciones públicas de desempleo", lo que tilda de histórico. "El aplauso colectivo de las ocho de la tarde también debería ir para estos funcionarios".
En cuanto al paro del mes de abril, Díaz asegura que parece que "lo peor ya lo hemos pasado", aunque llama a la prudencia porque "vendrán semanas muy duras y tenemos que prepararnos". La titular de Trabajo anticipa que algunos sectores están reflejando una menor caída en la última semana, e incluso, incremento de contrataciones citando el caso del sector agrícola.
Teniendo sobre la mesa las previsiones del FMI, que espera que la tasa de paro escale por encima del 20%, la ministra dice que la posibilidad de que este oscuro panorama se cumpla o no dependerá de las medidas que se tomen en esta fase, que a su juicio, es de transición. En este caso, las divide en tres líneas: lo que haga la Unión Europea, donde "el presidente es muy contundente sobre lo que necesitamos", el trabajo que se hace desde el Gobierno y el que se está realizando en las comunidades autónomas.
El ingreso mínimo vital vuelve a ser una de las preguntas casi obligatorias. En este sentido, la titular de Trabajo habla de la complejidad de su diseño y confía en que esté listo de cara al mes que viene. "A ver si somos capaces de hacerlo en mayo", indica. "Va a quedar como una renta más", apunta y descarta el factor temporal.