
La patronal mundial del Turismo constata la práctica desaparición de los viajeros internacionales tras la primera oleada del virus. En concreto, refleja un descenso del 98% en mayo respecto al mismo periodo de 2019, lo que originó pérdidas de 320.000 millones en el sector a nivel mundial, el triple que en la crisis de 2009.
Los datos reflejan con claridad la imposibilidad que el turismo español tuvo de explotar Semana Santa y primavera. De ahí que todas sus esperanzas estuvieran puestas en la temporada de verano. Ante este escenario resulta aún más inconcebible el grave error que la Diplomacia española cometió cuando no tomó medidas para prevenir los vetos y restricciones que los países extranjeros finalmente han impuesto a nuestro país por los rebrotes.