Empresas y finanzas

El jefe de Airbus prevé reunirse este mes con Sánchez para acelerar las ayudas

  • Faury y el presidente tienen previsto encontrarse en Madrid el jueves 30 de julio
Los trabajadores de la planta de Getafe se han manifestado en contra de los despidos. Reuters (Sergio Pérez)

El consejero delegado de Airbus, Guillaume Faury, tiene previsto reunirse el próximo 30 julio con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para acelerar el plan de ayudas que llevan semanas negociando con el objetivo de preservar la industria aeronáutica en nuestro país, uno de los sectores más afectados por la paralización del transporte aéreo (las aerolíneas están retrasando las entregas de los pedidos hundiendo la producción y los ingresos de la compañía).

No en vano, tras el anuncio de los 900 despidos en España por el coronavirus, Sánchez aseguró que "ya" estaban trabajando internamente y con el fabricante aeronáutico para ver de qué manera se pueden crear líneas para sostener el empleo de la compañía. En esta línea, el presidente de Airbus España, Alberto Gutiérrez, reconoció en un encuentro con periodistas que el fabricante europeo ya está en negociaciones con el Ejecutivo para poner en marcha un plan de ayudas que permita sobrevivir al sector, del que dependen cientos de proveedores, y a principios de julio, la delegada del Gobierno en Andalucía, Sandra García, aseguró que el plan específico en el que el Ejecutivo trabaja "al más alto nivel incluirá medidas importantes para el sector y la empresa".

Analizarán los retos de la industria y de la firma y limarán asperezas tras el fiasco del FCAS

Aunque Sánchez y Faury ya han mantenido algún contacto telefónico a finales de junio y fuentes de la compañía insisten en que la relación es "buena", lo cierto es que el encuentro en Madrid persigue un triple objetivo: acelerar el plan de ayudas tras aprobarse el fondo europeo de reconstrucción, limar asperezas tras el fiasco del futuro avión de combate (FCAS) y avanzar en la posible compra de 50 aviones entrenadores por parte de Defensa. Ni Airbus ni la Secretaría de Estado de Comunicación han querido confirmar o desmentir oficialmente el encuentro alegando que las agendas pueden cambiar mucho.

En cuanto al FCAS, fuentes no oficiales del fabricante aseguran que la decisión de España de dar a Indra el papel de Coordinador Nacional del programa y dejar a Airbus fuera en un primer momento sentó muy mal entre los directivos y la relación con el Gobierno se enrareció. Faury se mostró muy sorprendido y no dudó en tildar de "error mayúsculo" el movimiento.

"No se nos ha facilitado ningún razonamiento ni criterio seguido para tomar esa decisión, que muestra que España ya no considera a Airbus como el líder para su participación en programas de colaboración europea", llegó a escribir Gutiérrez en una carta.

Además de limar asperezas, Airbus busca aprovechar el encuentro para alcanzar algún tipo de acuerdo que implique inversión en I+D+i para impulsar la descarbonización y digitalización del sector, que son los grandes retos del futuro de la aviación. En este punto, Gutiérrez también apuntó a que los distintos países de la UE promovieran ayudas a las aerolíneas para avanzar en sus planes de renovación de flota. Una medida que tendría un doble beneficio: mantener los ritmos de producción y reducir las emisiones de CO2.

En Francia, por ejemplo, el Go-bierno ha aprobado una inversión de 1.500 millones para impulsar el desarrollo del sucesor al Airbus A320. Un avión que deberá ser neutro en emisiones de carbono y que use biocombustibles o hidrógeno. El plan de Ejecutivo galo sería adelantar la entrada en servicio de este nuevo avión de 2050 a 2035.

Sector estratégico

En esta línea, sindicatos como Sipa o UGT, que este jueves se manifestaron y paralizaron todas las plantas en contra de los despidos, han planteado al Gobierno y al PSOE que las ayudas a la industria se traduzcan en una mayor inversión en los programas militares por parte del Ejecutivo, en el desarrollo de un plan industrial a largo plazo para Airbus en España, que se declare a la aeronáutica como sector estratégico, y que se lleve a cabo un reparto más equitativo de las cargas de trabajo de los distintos programas civiles puesto que, según denuncia, Alemania y Francia concentran el grueso de la actividad comercial, que era la división que tiraba de los resultados de la compañía hasta el Covid. Por su parte, UGT defiende que el Gobierno gane peso en el accionariado de Airbus a través de Sepi, lo que implicaría una inyección de liquidez a la firma, que sufrió una salida de caja de 8.000 millones en el primer trimestre.

En cuanto a la inversión en los programas militares, fuentes sindicales informan a este diario que Defensa ya habría mostrado interés en comprar 50 aviones entrenadores a Airbus pero que la firma del contrato y el inicio de la producción depende de un acuerdo con Francia, que también estudia comprar otros 50 si la motorización del avión se hace en el país vecino. Algo que rechazan desde Sipa, ya que reclaman que el proyecto sea cien por cien español para evitar que se externalice. 

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