
Deutsche Lufthansa ya respira tranquila. Tras varias semanas de intensas negociaciones y dudas, la compañía aérea más grande de Europa ha logrado blindar el rescate gubernamental de 9.000 millones de euros al obtener el visto bueno de los accionistas y de la Unión Europea (UE). Así, la aerolínea aleja el fantasma de la insolvencia y se garantiza la liquidez suficiente para afrontar la lenta recuperación del tráfico de pasajeros, reestructurarse y devolver los más de 2.500 millones de euros que debe en billetes cancelados. Tras varios días a la baja, las acciones de la cotizada cerraron ayer jueves con un alza del 7% gracias a que su futuro se ha despejado.
En los últimos días había aumentado el temor a que la compañía no lograra el apoyo suficiente de los inversores debido a que su principal accionista, el empresario milmillonario Heinz Hermann Thiele, criticó públicamente las condiciones del rescate alemán y dejara en el aire su respaldo al mismo.
Hasta el miércoles por la noche no había visibilidad sobre la postura final de Thiele, que se llegó a reunir con representantes del gobierno germano, pero finalmente, horas antes de la decisiva junta extraordinaria, hizo público su respaldo llevando a las acciones a subir hasta un 20% durante la jornada.
"No se ve una recuperación rápida en ninguna parte (...). Nuestros propios fondos no podrán cubrir nuestra necesidad de liquidez (...) La insolvencia legal se avecina si no estamos de acuerdo con este paquete de estabilización", alertó Carsten Spohr, consejero delegado de Lufthansa, durante la junta para convencer a los accionistas de la importancia de respaldar el rescate pese a que se iban a diluir.
El mayor punto de fricción radicaba en que el Gobierno pasará a tener el 20% del capital de la empresa, o lo que es lo mismo, a ser su mayor accionista. Algo que no convencía a Thiele. Pero las negociaciones de los últimos días parecen haber llegado a buen puerto horas antes de la votación clave.
Para la junta solo se registraron el 39% de las acciones, con lo que el capital de Thiele (el 15,5%) pasó realmente a representar el 41% de los votos. Así, tras asegurar en una entrevista con el Frankfurter Allgemeine que "votaría a favor", ya sóoo hacía falta que la mitad del resto de los votos representados lo aprobase. Finalmente, el plan de rescate ha logrado el respaldo del 98% de los votos representados (182 millones de títulos a favor frente a 3,6 millones en contra).
Ahora, Lufthansa tiene que activar la ampliación de capital, que Alemania suscribirá íntegramente a 2,56 euros por acción, lo que implica un descuento del 75%. Hasta 6.000 millones entran vía compra de acciones y deuda convertible y el resto en forma de préstamos avalado al 90%. La compañía también ha logrado el respaldo económico de Austria y de Suiza mientras está repensado el futuro de Brussels Airlines, que no sabe si vender o llevar a quiebra.
Bruselas también da el 'visto bueno'
La Comisión Europea también ha dado 'luz verde' a la ayuda pública alemana, una decisión que Ryanair quiere recurrir. "Esta ayuda llega con condiciones, incluido asegurar que el Estado será remunerado, y otras medidas para limitar las distorsiones en el mercado", avisó ayer la vicepresidenta del Ejecutivo comunitario responsable de Competencia, Margrethe Vestager, tras defender en un comunicado que este apoyo permitirá a la compañía superar las dificultades durante la crisis del coronavirus.
La medida no podrá exceder el mínimo necesario para garantizar la viabilidad del grupo alemán y no irá más allá de recuperar el nivel que tenía antes de la pandemia, avisa la Comisión Europea en el comunicado recogido por Europa Press.
Entre las condiciones exigidas por Bruselas para dar su 'visto bueno' al rescate del gigante alemán figura la cesión de varias franjas de derechos de despegue y aterrizaje (slots) en los aeropuertos de Frankfurt y Munich, donde Lufthansa cuenta con un "significativo poder de mercado". Una exigencia que ya abrió un cisma en el seno de la compañía y que supuso una renegociación a la baja de los derechos que se iban a perder.
Así, en un primer momento, el Consejo de Supervisión se mostró "incapaz" de aceptar el salvavidas lanzado por Merkel por las renuncias exigidas por Bruselas y retrasó su voto sine die. El consejo argumentó entonces que debía estudiar "de forma intensa" los efectos económicos que las condiciones.
En la última semana las negociaciones entre las partes se aceleraron hasta llegar a un nuevo pacto que ahora se limita a obligar a Lufthansa a ceder a nuevos competidores 24 slots (12 de despegue y 12 de aterrizaje) en los dos grandes aeropuertos alemanes durante un año y medio.