
La última jornada de la semana comenzó con fuertes descensos tras el último dato de ventas minoristas que, sin embargo, se fueron relajando hasta cerrar en positivo para finalizar una semana en la que, eso sí, Wall Street ha cerrado a la baja.
Así, finalmente el S&P 500 acabó ascendiendo un 0,39% hasta los 2.863,7 puntos mientras que el Dow Jones se quedó en los 23.685,42 enteros tras anotarse un 0,25%. Por su parte, el Nasdaq 100 repuntó un 0,64% hasta cotizar en los 9.152,64 puntos. En el balance semanal, el Dow Jones ha perdido un 2,65%, el S&P 500 un 2,26% y el Nasdaq 100 un 0,73%.
La clave del día, según Joan Cabrero, asesor de Ecotrader, "estaba en ver si Wall Street resistía sobre el soporte de los 2.790 puntos del S&P 500, algo que finalmente consiguió, y gracias a lo cual mantiene con vida la continuidad del rebote que nació en los mínimos de marzo".
"Con el techo en los máximos recientes y el suelo establecido en los mínimos del año, de momento, la ecuación rentabilidad-riesgo no es atractiva para buscar una entrada", añade el experto.
Sin en Europa fue el dato de PIB del primer trimestre, en Estados Unidos ha sido el de ventas minoristas que se desplomaron un 16,4% en abril, el que ha devuelto las dudas después del optimismo que había provocado la referencia china en actividad industrial. Los datos de actividad han sido muy negativos.
Apenas un 64,9% de la capacidad industrial del país está en uso, y las ventas minoristas han caído con fuerza. Los subsidios por desempleo también dejaron casi 3 millones nuevos de solicitudes, con lo que ya son 36 los millones de americanos que están sin empleo.
Esto, para culminar una semana en la que se ha reavivado de nuevo la tensión entre EEUU y China, esta vez, con la tecnología como excusa y Huawei, de nuevo, puesta en el foco de Donald Trump.
Mientras el brote de coronavirus en EEUU no termina de estabilizarse, la Fed ha mandado dos señales claras al mercado: la situación es muy delicada y la pelota está en el tejado del gobierno, que debe accionar la política fiscal ante el poco recorrido que le queda a la monetaria, cuyo siguiente paso ya es situar los tipos de interés en terreno negativo.
Por su parte, el petróleo también ascendió con fuerza ante nuevos recortes, no esperados, en la producción de algunos países ajenos a la OPEP, según explicaba la agencia Internacional de la Energía.