Empresas y finanzas

Endesa subirá las inversiones sin tocar la política de dividendos

  • Los bajos precios del gas disparan sus márgenes eléctricos
  • Cobrará 550 millones menos entre 2020 y 2025 por el ajuste de la CNMC
José Bogas, consejero delegado de Endesa. Foto: EFE

Endesa espera subir el ritmo inversor, superando sus anteriores objetivos, gracias a los bajos precios del gas, pero no tocará la política de dividendos: reducirá el pay out desde el 100% de los beneficios de 2020 -con cargo a 2019 pagará 1,475 euros por título- hasta el 70% en 2022. Así lo anunció a los analistas su consejero delegado, José Bogas, durante la presentación de resultados de 2019.

El pasado 2019 invirtió 1.887 millones de euros, un 48% más que en 2018, y el 70% lo destinó a incrementar su parque de renovables, instalando unos 900 MW verdes durante el pasado ejercicio. La compañía genera menos energía de la que vende a sus clientes y tiene prisa por incrementar su parque de instalaciones, para reducir su exposición a los precios del mercado mayorista.

Por este motivo, el Plan estratégico de Endesa ya prevé subir la inversión progresivamente entre 2020 y 2022, desde los 1.600 millones asignados a este ejercicio hasta los 2.200 millones el último año del trienio. Pero la empresa quiere acelerar este ritmo "tanto como sea posible", de acuerdo con la expresión de su consejero delegado, José Bogas.

Y parece ser que lo va a conseguir, gracias a la coyuntura del mercado, ya que el precio del gas al contado ronda los 10 euros por MWh, la mitad de los 20 euros por MWh considerados por la eléctrica en las previsiones de su Plan Estratégico. Por eso ha cancelado recientemente dos envíos de GNL desde EEUU: le sale más rentable comprar gas en el mercado spot que pagar la penalización por cancelación del encargo.

Los márgenes se disparan

Estos bajos precios del gas están impulsando los márgenes de la compañía en el mercado eléctrico: en 2019 obtuvo un ingreso unitario de 67,8 euros por MWh -un 7% más elevado que en 2018-, en 2020 espera subirlo hasta los 73 euros por MWh, y para 2021 más del 60% de las ventas le proporcionarán 75 euros por MWh.

Aunque estos márgenes es muy probable que sufran alguna revisión a la baja, por revisiones contractuales, y que el mercado de gas debería recuperar los precios en los próximos años, el pasado 2019 la empresa ya obtuvo un flujo de caja récord de 3.181 millones -Bogas presumía de ello ante la prensa- y espera que el volumen de ingresos crezca, "así que habrá una aceleración del gasto de capital previsto" según Luca Passa, director financiero.

Eso sí, no se alterará la senda de dividendos fijada por el Plan; se mantendrá en unos 1,6 euros por título en 2020, que bajan a 1,4 euros en 2021 y a 1,3 euros en 2022. "Lo compensaremos aportando más valor en el futuro", puntualizó Bogas. 

Endesa ya tiene 19,1 GW de renovables en proyecto, de los que conectará 3,7 GW entre 2020 y 2022, sin contar el posible crecimiento inorgánico -siempre está dispuesta a estudiar oportunidades que tengan encaje estratégico y aporten valor-, como los 1.000 MW comprados a Prodiel en diciembre, a un precio de 90.000 euros por MW.

Bogas se ratificó en rechazar las subastas de renovables que plantea el Gobierno -quiere lanzar concursos por unos 3.000 MW al año, aproximadamente la mitad de la potencia prevista por ejercicio- porque considera que son los responsables de la especulación desatada con la compraventa de permisos de acceso a la red.

A su juicio, lo mejor es que haya "libertad total" y que el que no esté integrado y carezca de una bolsa relevante de clientes que el permita minimiza el riesgo del mercado, firme contratos de compraventa a largo plazo, algo que la propia empresa no descarta hacer.

Unos 550 millones menos entre 2020 y 2025 por el ajuste de la CNMC

Bogas calculó que la revisión de la regulación de las redes de distribución de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia mermará los ingresos de la compañía en este ámbito en unos 550 millones entre 2020 y 2025.

El ejecutivo igualmente explicó la decisión de la empresa de no ajustar la amortización de las centrales nucleares de Ascó y Vandellós al calendario de cierre acordado con el Gobierno y el resto de compañías, que fija el límite en 2035: "en quince años pueden ocurrir muchísimas cosas". Passa añadió que la empresa sí ha ajustado la fecha de cierre de Almaraz, en 2027, restándose 10 millones este 2019, y que al no hacerlo con las plantas catalanas evita un ajuste contable de 40 millones anuales.

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