Bankia ganó el año pasado un beneficio de 541 millones de euros, un 23% inferior al obtenido en 2018 debido al menor resultado logrado con la rotación de carteras de renta fija (ROF), así como por las mayores provisiones asociadas al coste de la venta de activos improductivos.
La entidad destaca, sin embargo, que "ha sido el mejor año en términos comerciales desde su creación", debido a "la confianza de nuestros clientes y al gran esfuerzo realizado por los profesionales del banco, gracias a los cuales hemos marcado un nuevo máximo en satisfacción de los clientes y logrado un incremento generalizado en nuestras cuotas de mercado".
El banco nacionalizado, con estos números, se queda lejos de las previsiones del mercado, que apuntaban a unas ganancias superiores a los 600 millones y a la mitad del objetivo de alcanzar los 1.200 millones a finales de 2020. Aún así, la entidad ya admitió que no cumpliría con la meta de beneficios de su plan trienal debido a la situación de tipos negativos. Es más, en el último trimestre de 2019 ha registrado pérdidas, de 34 millones, tras la devolución de Hacienda de 2 millones por Sociedades.
En 2019, el margen de intereses de Bankia sumó 2.023 millones, un 1,3% menos. De esta manera, sostiene que esta rúbrica se "ha conseguido prácticamente estabilizar", ya que en el cuarto trimestre registró un alza del 0,2% sobre el trimestre precedente.
Los ingresos por comisiones alcanzaron 1.081 millones de euros, un 1,5% más que en 2018 gracias a la evolución interanual de los ingresos en medios de pago (un 9,9%) y en activos bajo gestión (un 4,7%). En el último trimestre del año, las comisiones lograron avanzar a su nivel más del ejercicio, tras crecer un 8% en tasa intertrimestral.
Estos mayores ingresos por comisiones se han visto compensados con unas menores plusvalías por venta de cartera de deuda y por un aumento de las dotaciones, hasta los 673 millones para elevar las coberturas en los lotes de préstamos morosos e inmuebles adjudicados en venta, con el objetivo de acelerar la limpieza del balance.
Bankia ha podido mitigar el impacto de los tipos negativos con un incremento de la actividad. El crédito sano se impulsó por la nueva producción de operaciones en un 0,2%, hasta los 106.700 millones. Así, en préstamos al consumo el stock creció un 12,5%, mientras que la concesión de hipotecas llegó al entorno de los 2.900 millones, un tercio de las cuales se suscribieron con nuevos clientes.
Dividendo
Tras aprobar estas cuentas el consejo de administración ha acordado mantener el dividendo en 11,57 céntimos por acción, lo que supone una cuantía total de 355 millones de euros, de los que el 62% irán a parar a las arcas de la matriz BFA -100% del Estado-. Eso sí, el reparto supone un pay out del 65%, muy por encima del fijado en torno a la mitad de las ganancias en ejercicios anteriores.
BFA, por tanto, recibirá 220 millones, con lo que la cifra total retornada al holding ascenderá a 3.303 millones incluyendo las ventas de las participaciones en el capital, aunque todavía el Estado, a través del Frob, no ha podido recuperar nada debido a que este dinero se ha destinado a indemnizaciones a accionistas, clientes e inversores, además de a saneamientos.
Aunque el mercado duda sobre el compromiso adquirido por la entidad de alcanzar en tres años un dividendo de 2.500 millones, incluyendo una partida extraordinaria con el exceso de capital, el presidente de la entidad ha remarcado que tal promesa permanece inalterada. Sólo en el supuesto de que haya un fallo desfavorable sobre las hipotecas IRPH podría variar, pero este aspecto es un asunto extraordinario.
A Bankia le faltarían algo más de 900 millones para poder cumplir con este objetivo, para lo que espera obtener 500 millones de superávit de solvencia solo en 2020 y situar el montante en 1.300 millones. Además, confía en poder mejorar su resultados y así elevar la retribución a los accionistas con el fin de proseguir en la devolución de ayudas. "Es factible", ha indicado el consejero delegado José Sevilla.
Además, para hacer realidad el compromiso el banco podría contar con la palanca de una venta de filiales o parte del negocio, aunque por el momento esta vía no se contempla y "no hay ninguna operación en marcha".
"No hay operaciones de fusión ni en la mesa ni en el cajón"
Goirigolzarri, además de dejar clara la intención de la entidad sobre el dividendo, también quiso poner de manifiesto su postura ante la presión del mercado para que Bankia emprenda una fusión y las especulaciones ante las últimas declaraciones de su homólogo del Sabadell, Josep Oliu, que hace unos días volvía a insistir en la necesidad del sector de integraciones por la situación de tipos bajos. Hay que tener en cuenta, además, que ambos grupos mantuvieron negociaciones hace un año, pero se paralizaron por la convocatoria de elecciones.
El presidente de Bankia ha manifestado que "no hay ninguna operación ni sobre ni debajo de la mesa, ni tampoco en el cajón" y que el plan seguir en solitario para enfocarse en el plan estratégico que finaliza este año "sin distracciones". Mantendremos el proyecto de crecer de manera orgánica para alcanzar nuestras metas, sin cambios en el perímetro, ha sostenido.