
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, señala un nuevo rumbo para el organismo que encabeza con la puesta en marcha del primer plan estratégico de la institución. La hoja de ruta del organismo supervisor para 2020-2024 llega en un momento en el que la crisis económica y financiera ya está totalmente superada, pero que dejó estragos en la reputación y confianza de las entidades y del propio Banco de España aún no superados.
De hecho, una de las conclusiones del informe sobre la crisis económica y financiera española que elaboró el Congreso a finales de 2018 tras más de año y medio de comisión de investigación fue que el Banco de España no supo anticipar la crisis económica de 2009, no pudo adelantar la virulencia de la segunda recesión de 2012 ni tenía mecanismos macroprudenciales para amortiguar sus golpes.
Con este nuevo plan estratégico, la institución busca desarrollar mejor sus funciones y, con ello, mejorar la confianza en el organismo.
Cinco objetivos
Así, el Banco de España se ha marcado cinco objetivos a conseguir en 2024. El primero de ellos es mejorar la capacidad de identificación y de reacción temprana ante los riesgos para la estabilidad financiera y económica. Para ello, el organismo desarrollará un marco analítico de identificación de riesgos y tratamiento de los mismos que incorpore nuevos riesgos para la economía y el sector financiero como el cambio climático, la ciberseguridad y la aplicación de las nuevas tecnologías en las actividades financieras, puesto que la entrada de nuevos jugadores en el mercado puede aparejar contingencias.
El segundo objetivo es modernizar la institución para que sea más eficiente, flexible e innovador, para los que se revisarán los procedimientos y organización interna para eliminar duplicidades o se impulsará la innovación tecnológica a través de la transformación digital. Otro objetivo es impulsar la excelencia dentro del organismo a través de la gestión del talento y del compromiso de los empleados para lo que se fomentará los incentivos, la movilidad interna y externa, la formación, el desarrollo de la carrera la diversidad o la conciliación.

El cuarto objetivo es aumentar la capacidad de influencia del organismo y su ámbito de actuación generando posicionamientos institucionales claros y actuando en consecuencia o reforzando la presencia de empleados y directivos en instituciones internacionales. Finalmente, la última meta es generar mayor confianza en el Banco de España y dar más valor a la sociedad para lo que se potenciará la mejor conducta de la banca con sus clientes o se aumentará la transparencia y rendición de cuentas. El organismo revisará en 2022 el plan para analizar la consecución del mismo.
Con la finalización del plan estratégico, en 2024, el Banco de España aspira a convertirse en un referente internacional en varias áreas. Entre ellas destaca la supervisión prudencial de todos los riesgos asociados a la actividad bancaria o el desarrollo de un marco analítico que permita identificar los riesgos y vulnerabilidades de la economía y la estabilidad financiera y aplicar la política macroprudencial adecuada. También, quiere ser la institución española más fiable en el análisis económico y financiero y el análisis prospectivo.