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El Banco de España avisa que el envejecimiento de la población complica la vida de los bancos centrales

  • Esgrime que es uno de los factores que dificulta conseguir inflaciones más altas
Óscar Arce, director general de Economía y Estadística del Banco de España

El envejecimiento de la población no solo afecta a las pensiones, también lo hará a muchas otras dimensiones del funcionamiento de la economía: "en la capacidad de innovación y producción, en la forma en que ahorramos y en cómo invertimos y gastamos, y esto último afectará a aspectos básicos de nuestras políticas fiscales y económicas", ha apuntado Óscar Arce, director general de Economía y Estadística del Banco de España en el marco de unas jornadas organizadas por E&Y, con la colaboración de Mapfre. "Empieza a haber un cierto consenso entre los expertos en política monetaria que viene a decir que el envejecimiento de la población es uno de los factores que dificulta, en mayor medida, la consecución de tasas de inflación más elevadas que las actuales, y que complica la vida de los bancos centrales", señaló.

La razón es que en la medida en que cada vez hay más personas mayores y sube la tasa de ahorro para sostener el consumo en la edad de jubilación tiende a reducir los tipos de interés naturales de la economía y "los bancos centrales, previsiblemente, nos vamos a topar con más frecuencia con el límite inferior de los tipos de interés. Esto genera dificultades añadidas a efectos de instrumentar la política monetaria adecuada".

En lo que concierne a las pensiones, Arce señaló que se debe aspirar a garantizar la sostenibilidad a corto, medio y largo plazo del sistema garantizando su sostenibilidad financiera y social. "El reto poblacional es importante y requerirá medidas de calado en el ámbito de la pensiones. Es probable que sea necesario modificar varias palancas del sistema", dijo.

El director general de Economía y Estadísticas del BdE plasmó ese reto, "estructural", en números, y culpó a la demografía del desfase en las cuentas del sector público, donde se ha visto un aumento del gasto derivado de un aumento de la tasa de dependencia y de un aumento de la pensión media sobre el salario medio. "Podemos tener más o menos habitantes en 2050, pero la proporción entre mayores y en edad de trabajar realmente no varía mucho: hoy tenemos una persona en edad de jubilación por cada tres en edad de trabajar, en 2050 la proporción será un jubilado por cada dos personas, lo cual supone una fuerte presión sobre el sistema".

Además de la demografía, otro aspecto fundamental a la hora de analizar qué pasa con el sistema de pensiones tiene que ver con la dinámica del mercado de trabajo. Aunque recalcó que son loables los esfuerzos por mejorarlo, apuntó que no serán suficientes para mejorar el desequilibrio entre los ingresos y los gastos ya que, en el hipotético caso de que la tasa de empleo creciese del 60% al 80%, solo se conseguiría mitigar la mitad del impacto que tiene el envejecimiento sobre el gasto en pensiones.

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