Empresas y finanzas

El mayor fondo soberano del mundo desembarca en el capital de Repsol

  • Se convierte en el tercer accionista de la compañía, junto con Sacyr y Blackrock

El mayor fondo soberano del mundo, Norges Bank, afloró el miércoles en la Comisión Nacional del Mercado de Valores una participación del 3% en Repsol, lo que supone un desembolso al precio actual del mercado de alrededor de 650 millones.

Esta inversión supone un claro respaldo a la estrategia de descarbonización lanzada por la petrolera a finales del año pasado y convierte al Gobierno noruego en el tercer mayor accionista de la compañía, justo a las puertas de la presentación de su nuevo plan estratégico 2021-2025 y en pleno conflicto en Oriente Medio que ha provocado un importante incremento en los precios del petróleo.

El mayor fondo soberano del mundo duplica con esta última operación su presencia en la petrolera española, ya que, según los datos de la entidad en el ejercicio de 2018, la participación ascendía a un 1,5%.

Norges Bank generalmente es uno de los inversores a largo plazo más reconocido y además uno de los que mayores controles mantiene sobre el gobierno corporativo de las compañías. Según informa la propia entidad, Norges Bank es uno de los mayores inversores en la bolsa española. De hecho, según los datos del año 2018, el fondo soberano tenía participación en 84 compañías del mercado bursátil.

La entidad ha conseguido desde 1998 generar un retorno del 5,9% y tiene presencia en un total de 9.158 compañías, repartidas en 73 países.

Estrategia renovable

La inversión en Repsol se produce justo después de que Standard & Poor's (S&P) haya valorado la estrategia de sostenibilidad "entre las más avanzadas" en el sector, por factores como su mayor asignación de gastos a tecnologías de bajas emisiones de carbono o la inclusión de los objetivos medioambientales en la remuneración de sus ejecutivos y gerencia.

Repsol decidió adoptar el compromiso de convertirse en una empresa neutra en emisiones de carbono en 2050 a principios de diciembre. La medida le ha obligado a asumir un impacto contable de 4.800 millones de euros durante 2019, por el cambio de la estimación del valor de sus reservas de petróleo y de gas.

La compañía tiene asignado en la actualidad el 16% de sus inversiones totales, unos 15.000 millones, a los negocios con bajas emisiones de carbono -desde generación eléctrica con renovables hasta la movilidad sostenible o el ahorro y la eficiencia energética- y en el próximo período, esperan que ascienda a una cuarta parte del total.

Además, para reforzar el compromiso con sus nuevas metas climáticas, al menos el 40% de la retribución variable de los directivos, incluido el consejero delegado, Josu Jon Imaz, estará ligado a objetivos que dirijan la empresa a cumplir las metas del Acuerdo de París.

A corto plazo, la petrolera ha anunciado un incremento de su parque de renovables y tecnologías bajas en carbono, con la construcción de dos proyectos fotovoltaicos y uno eólico -con 1.600 MW entre los tres-, que le permitirán alcanzar los 7.500 MW en 2025, una potencia un 55% más elevada de lo previsto en la actualidad; además duplicará su producción de biocombustibles procedentes de aceites vegetales, hasta las 600.000 toneladas anuales y profundizará en el vehículo eléctrico, la infraestructura de recarga y el uso de hidrógeno.

La empresa ha actualizado también sus metas de reducción de emisiones de CO2 y el precio que asigna a la tonelada de este gas de efecto invernadero durante las próximas décadas. Sobre la base del año 2016, ahora plantea reducirlas un 10% en 2025, un 20% en 2030, un 40% en 2040 y alcanzar las emisiones cero en 2050.

La empresa ha comenzado ya esta estrategia con el lanzamiento de Solify para autoconsumo, la compra a Ibil de más puntos de recarga de vehículos eléctricos o el lanzamiento de la primera tarifa plana de electricidad y gas. Los títulos de la petrolera cerraron el miércoles con una subida del 0,8%, hasta los 14,36 euros.

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