El acceso a la vivienda se está convirtiendo en un problema social en España ya que a las dificultades existentes para adquirir una casa por la falta de ahorro, se suman ahora los problemas para pagar un alquiler debido a los elevados precios.
Según los datos de Sociedad de Tasación, el esfuerzo medio que deben realizar las familias en nuestro país para comprar una vivienda se sitúa en 7,3 años de sueldo, mientras que "el consenso del mercado apunta a los cinco años como un periodo sano y razonable", explica César Hernández, director Análisis Mercado y Explotación BDI de la tasadora.
En Barcelona la situación es más preocupante, ya que la tasa está en 8,3 años, mientras que en Madrid asciende hasta los 7,9 años de sueldo. La situación de empleo precario durante la crisis, así como la falta de ahorro de los jóvenes y los cambios socioculturales han trasladado una parte de la demanda al alquiler, sin embargo, la situación de este mercado es todavía más insostenible, especialmente en las grandes urbes. Según los datos de Century21, tanto en la capital como en la Ciudad Condal, la tasa de esfuerzo que deben realizar las familias para pagar la renta de un vivienda supera la línea roja fijada por los expertos, que recomiendan no destinar más de un 33% del sueldo al alquiler. Concretamente, en Barcelona, para a un piso de 90 metros cuadrados se debe destinar un 44% del salario, siendo la tasa "más elevada del país, seguida de Madrid (40%), y Palma de Mallorca".

Según la inmobiliaria, por lo general, alquilar una vivienda en Barcelona, donde la renta media de las familias es de 3.377 euros al mes, es una opción que no está a su alcance, ya que sólo en el municipio de Saint Boi de Llobregat la tasa de esfuerzo queda por debajo de lo recomendado, en el 31%.
Con esta situación de tensión en los precios en ambas ciudades, la compra se posiciona como la opción más accesible frente al alquiler, existiendo un gap entre ambas fórmulas del 29 y el 32% en Madrid y Barcelona, respectivamente. Sin embargo, el encarecimiento de las viviendas a la venta también preocupa a los expertos ya que la capacidad de las familias de absorber nuevas subidas es cada vez más limitada.
"Habrá un momento en el que si los salarios no suben a la misma velocidad que los precios la gente dejará de comprar, provocando que se congelen o incluso bajen los precios", apunta Hernández, que cree que los fondos tendrán un papel fundamental en este futuro escenario. "El gran riesgo estará en que los grandes inversores sigan comprando a pesar de los altos precios, lo que podría llevarnos a un problema mayor. Si bien, en estos momentos hay países como Luxemburgo, Rumanía o Hungría que empiezan a ofrecer tasas de rentabilidad en las inversiones inmobiliarias superiores a las españolas, por lo que parte del capital se está desplazando", explica el directivo, que apunta que "a pesar del enfriamiento de la economía, no vamos a un situación de crisis. Es normal que los precios empiecen a estancarse e incluso a registrar caídas como las que se dan ya en Barcelona".
Plan de acción
Según explica Ricardo Sousa, CEO de Century 21, es urgente que el mercado del alquiler reciba una inyección de oferta, si bien, esta debe estar adaptada a las necesidades actuales. "Es fundamental que tanto los operadores privados, como la Administración, entiendan que la gran demanda que existe en el alquiler se debe a una solución temporal, por lo que el mercado debe ser flexible", apunta el directivo, que cree que a la hora de incorporarse nuevas viviendas deben "adaptarse a un público medio y ser más pequeñas y prácticas para dar respuesta a necesidades temporales, ya que claramente la mayoría de los españoles tienen la aspiración de convertirse en propietarios".
Poco a poco "empezamos a registrar una llegada de oferta al mercado, pero aún es insuficiente", explica Sousa, que señala que "este incremento no va a suponer, de momento, un ajuste de los precios debido a que la incertidumbre reglamentaria, legal y política no permite que los propietarios se arriesguen a soluciones de más bajo coste".
El directivo cree que "es fundamental hacer un análisis intenso del mercado de la vivienda, que necesita unas medidas más estratégicas y de largo plazo para potenciar la oferta. Sobre todo, no deberían tomar decisiones a nivel central basándose únicamente en una problemática de algunas zonas como Madrid, Barcelona o la costa. España es mucho más".