
Mikhail Fridman, el inversor ruso que se ha hecho con el control de Dia, cuenta con el respaldo de la CNMV frente al último auto del Tribunal Supremo, en el que ve indicios de delito en la toma de control en Dia, habiendo tratado, presuntamente, de hundir la compañía para quedársela después a precio de saldo.
Después de que el Supremo haya pedido a la Audiencia Nacional la apertura de una investigación, la Fiscalía va a solicitar un informe por parte del supervisor sobre la gestión de Fridman.
Albella no vio irregularidades
Resultará complicado que el organismo que preside Sebastián Albella vaya a emitir un informe desfavorable para L1 Retail –parte de LetterOne que lanzó la opa sobre la compañía en febrero– considerando que nunca hasta la fecha ha reconocido haber visto una sola irregularidad en la actuación de Fridman, desde que entrara en el capital en julio de 2017.
Desde el organismo regulador aseguran que todavía "no han recibido ningún requerimiento" de la Audiencia Nacional y, aunque aseguran que "todo dependerá de los informes que se les pida", recuerdan que las declaraciones de Albella siempre han ido en la misma línea.
Albella ha sido foco de las críticas de muchos pequeños accionistas –llegaron incluso a interponer una denuncia ante la CNMV contra LetterOne– que consideran que no se ha vigilado correctamente las prácticas de Fridman. Antes de la opa, fuentes de mercado apuntaban a que Fridman colaboró con Goldman Sachs para ponerse en corto sobre el capital de la compañía, con el objetivo de tumbar el precio de sus acciones; punto que la CNMV nunca confirmó.
Fridman llegó a tener sobre su participación del 29%, hasta un 14% vía instrumentos financieros. Además, el organismo regulador dio luz verde a una opa que se lanzó a 67 céntimos, cuando el último paquete adquirido por Fridman, menos de un año atrás, se había comprado a 3,73 euros. Al tratarse de una opa voluntaria –cuando el que compra tiene menos del 30% del capital–, el precio ofertado no se regía por este criterio. Solo requería lograr el respaldo del 50% del capital al que se dirigía la oferta. No iba a lograrlo y para mayo Fridman solicitó a la CNMV prescindir de este criterio y Albellá accedió. ¿El motivo? Esta justificado siempre y cuando la situación financiera de la compañía sea crítica, por lo que consideró el precio de la opa como equitativo.
Ampliación de capital
La firma aprobó ayer en Junta Extraordinaria de Accionistas la reducción del capital social y la ampliación de 605 millones de euros –2,2 veces su capitalización actual–, fuertemente dilutiva para el inversor que decida no acudir. La avalancha de papel podría llegar antes de la primera semana de diciembre.
En el mercado, los inversores siguen huyendo de la deuda de Dia. A los bonos se le exige una rentabilidad superior al 20%, máximos de mayo, cuando la firma estuvo al borde de la quiebra. Más exigentes son aún con los bonos a 2023, cuya rentabilidad está en máximos históricos, en el 25%.