El expresidente del Banco Popular Emilio Saracho ha defendido hoy ante el juez la política de comunicación que llevó a cabo durante su gestión que, presuntamente, tumbó el precio de la acción y provocó una masiva fuga de capitales. "Hice lo que tenía que hacer", dijo ante el magistrado José Luis Calama, según informan fuentes judiciales.
El juez preguntó a Saracho por las comunicaciones llevadas a cabo por el banco los meses previos a su caída que desestabilizaron la entidad provocando una fuga de capitales y tirando su valor en bolsa. El exbanquero aseguró que la situación de la entidad era tan mala que hizo lo correcto.
Cabe recordar que el banco celebró una junta de accionistas el 10 de abril de 2017 en la que Emilio Saracho advirtió de que la entidad podía requerir un aumento de capital o incluso ser vendida, palabras que aumentaron la inestabilidad sobre el grupo e intensificaron la fuga de depósitos que arrastraba el Popular desde inicios de año, según señalaron los peritos judiciales en su informe. Preguntado al respecto por el juez, el expresidente aseguró que hizo lo que tenía que hacer aconsejado por el bufete de abogados Uría. Asimismo, añadió que tenía pocas noticias buenas que dar y las dio como pudo.
Emilio Saracho está imputado en la causa que investiga la caída del Popular por el delito de manipulación de mercado. El juez le acusa de tratar de bajar el precio de la acción para obtener grandes beneficios. El objetivo del exbanquero era lograr vender la entidad de forma rápida o realizar una ampliación de capital. Según ha dicho hoy, ambas opciones eran difíciles pero debía de intentarlo. Otros de los temas centrales de la causa es la investigación sobre si hubo filtraciones interesadas desde el banco a los medios de comunicación para desestabilizar más la situación de la entidad entonces y conseguir abaratar su valor. Saracho ha reconocido ante la Audiencia Nacional que hubo alguna filtración desde su consejo de administración, pero desconoce de qué miembro en concreto.
Por otro lado, aseguró que cuando en febrero de 2017 entró a presidir el Popular sabía donde se metía, siempre según fuentes judiciales. No obstante, ha cargado contra la gestión de la cúpula anterior del banco porque fue mala y hubo "desvíos" importantes. A su juicio, el dinero captado en la ampliación de capital (2.500 millones de euros) de mayo de 2016 se utilizó para cubrir deuda.
Reconoce que cuando llegó a la entidad sabía que hacían falta provisiones, pero no cuántas, así que pidió nuevas tasaciones de los activos de la entidad para conocerlas, aunque este estudio nunca se acabó. Pese a esto, Saracho calcula que la necesidad de dotaciones del banco podía oscilar en los 8.000 millones de euros.
Finalmente, sobre los problemas de liquidez que vivió el banco en el segundo trimestre de 2017 -lo que provocó la resolución del Popular y la venta al Santander por un euro- destacó que, a pesar de conocerlos, él siguió trabajando en intentar vender la entidad y, si no lo lograba, realizar una ampliación de capital.
El magistrado terminó ayer de realizar sus preguntas a Emilio Saracho después de cinco horas y cuarto de comparecencia con un receso de media hora. El investigado continuará mañana contestando a las cuestiones de la Fiscalía Anticorrupción, de sus abogados y de las defensas de las acusaciones particulares y populares.
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