Empresas y finanzas

Las grandes tecnológicas caen en las redes de los reguladores por la privacidad de los usuarios

  • El poder de Alphabet, Amazon, Apple, Facebook y Microsoft
Foto: Archivo
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El usuario de a pie se ha convertido en un esclavo de las grandes tecnológicas. Que tire la primera piedra quien no tenga un iPhone, mande mensajes de WhatsApp, realice búsquedas en Google, compre en Amazon o utilice documentos de Word o Excel en su vida diaria. Y quién no ha incurrido en los impulsos pecaminosos de revisar incesantemente su cuenta de Facebook, Instagram o cargar contra la red a golpe de tuit.

El poder acumulado por un quinteto de compañías, véanse Alphabet, Amazon, Apple, Facebook y Microsoft, supera los límites del raciocinio. A día de hoy, la capitalización bursátil de estos lobos con piel de cordero alcanza los 4,2 billones de dólares. Ríase usted del PIB alemán. Sólo entre los meses de abril y junio, estas cinco empresas ingresaron un total de 206.760 millones de dólares, es decir, el equivalente al PIB de países como Nueva Zelanda.

La de Cupertino genera ya alrededor de 2,4 millones de empleos en suelo estadounidense y reconocía a comienzos de este año que existen más de 1.400 millones de dispositivos activos de la compañía en todo el mundo. Mientras tanto, Menlo Park es el epicentro que controla los 2.410 millones de usuarios de Facebook y en Seattle, Amazon orquesta la estrategia para seguir aumentando su base de más de 300 millones de clientes en todo el planeta. Alphabet controla más de 1.500 millones de cuentas de correo electrónico a través de Gmail al tiempo que más de 155 millones de empresas usan Office 365.

Alarma en los reguladores

Sin embargo, desde que el año pasado se destapara el cambalache en la gestión de la privacidad de sus usuarios que Facebook realizó en el caso de la consultora Cambridge Analytica, los reguladores de todo el mundo hicieron sonar las alarmas sobre el alcance que un limitado número de empresas tienen sobre los datos de miles de millones de personas. Por aquel entonces, Mark Zuckerberg, compareció ante el Congreso de EEUU o el Parlamento Europeo entonando el mea culpa y buscando enmendar sus errores.

A este lado del Atlántico, la red social ha sido multada con 5.000 millones de dólares por la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) para solventar esta pifia. Aún así, la compañía registró un beneficio neto de 2.616 millones de dólares en su segundo trimestre fiscal. No obstante, esta semana, Bloomberg volvía a sacar los colores a Zuckerberg al descubrir que contratistas humanos de la compañía revisaban y transcribían los mensajes de voz de su Messenger.

La Comisión de Protección de Datos de Irlanda, que lidera la supervisión de la red social en Europa, dijo estar revisando estas informaciones ya que la empresa podría haber violado la regulación europea. El regulador irlandés confirmó estar buscando detalles y determinar cómo Facebook puede creer que dicho procesamiento de datos cumple con sus obligaciones bajo las reglas de privacidad de la UE.

Cuatro de las cinco compañías han cesado el uso de humanos para la transcripción de mensajes

Pero no se preocupen, que Facebook no está solo. Amazon fue sorprendido haciendo esto en abril, Google y Apple hace un mes y Microsoft la semana pasada. Cuatro de las cinco compañías han cesado el uso de humanos para la transcripción de mensajes en servicios como Siri, Alexa o Google Home. En la empresa liderada por Satya Nadella se han actualizado las normas de privacidad para alertar que sus empleados pueden escuchar las comunicaciones realizadas con Cortana o Skype.

El tamaño y las prácticas de los titanes de la tecnología ha provocado la ira de los legisladores, tanto demócratas como republicanos, así como de los reguladores. En estos momentos, tanto el Departamento de Justicia como la Comisión Federal de Comercio han abierto investigaciones sobre estas compañías, repartiéndose la supervisión. El primero mira a Google y Apple mientras que el segundo se centra en Facebook y Amazon. Microsoft parece librarse dado que en 1998 ya fue objeto de los reguladores.

Los senadores demócratas y candidatos presidenciales Elizabeth Warren y Bernie Sanders han presentado propuestas para regular a las grandes tecnológicas mientras el economista Paul Romer o el propio cofundador de Facebook, Chris Hughes, apoyan el despiece de compañías como la red social. Por su parte, la Comisión Europea también continúa investigando tecnología estadounidense imponiendo multas y exigiendo modificaciones de comportamiento.

Después de pagar 8.000 millones de dólares en dos casos antimonopolio en la UE, la compañía recibió otra multa de casi 2.000 millones de dólares relacionados con prácticas anticompetitivas sobre la publicidad de búsqueda online. Los riesgos para Facebook son incluso mayores que otras compañías, dado el presunto monopolio y los problemas de privacidad. Spotify ha demandado a Apple en Europa por su comportamiento en la App Store. Del mismo modo, el Tribunal Supremo de EEUU ha permitido que avance el caso donde consumidores patrios desafían el control de la compañía sobre el mercado para aplicaciones de iPhone. El ascenso de Amazon más allá del comercio electrónico, con una creciente cuota de mercado en negocios como la nube y el entretenimiento, también se ha convertido en un problema para los reguladores a ambos lados del Atlántico.

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