
El Banco Central Europeo (BCE) vigila la situación de BBVA ante el caso Villarejo. El organismo guarda bajo la manga dos herramientas para actuar sobre él que analizará aplicar a partir de que el magistrado de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón impute a la entidad, a alguno de sus altos cargo o si BBVA comienza a mostrar signos de inestabilidad.
La institución que encabeza Mario Draghi analizará la posibilidad de iniciar un expediente para sancionar a la entidad una vez sea imputada o a raíz de los hechos que se vayan descubriendo durante la investigación judicial. No obstante, el BCE no tiene potestad para abrir una investigación a una persona física, solo jurídica, por lo que si considerara este extremo, podría solicitar al Banco de España que iniciara un expediente sancionador sobre la cúpula del banco, algún miembro de la misma, o algún antiguo directivo, como ocurrió en el caso de la caída del Banco Popular.
Además, por otro lado, el supervisor europeo también tiene la capacidad de exigir cambios en la cúpula de la entidad si considera que alguno de sus miembros no es apto para continuar en el cargo. Si la investigación por el escándalo de espionaje avanza y carga contra altos cargos del banco, el BCE podría aplicar el procedimiento Fit and Proper (acto e idóneo en inglés) para examinar si la presencia de estos directivos es adecuada.
Vigila la reputación
Este procedimiento se basa en examinar a los gestores de la compañía a través de cinco criterios para constatar si su permanencia puede suponer un impacto reputacional para el banco. Entre los criterios, destaca el análisis de los procesos judiciales en los que estén implicados los directivos.
No obstante, el organismo europeo descarta la posibilidad de intervenir la entidad puesto que el banco no muestra síntomas de debilidad en su solvencia. El BCE solo llega a ese extremo cuando una entidad está a punto de caer.