
En una jornada electoral marcada por la incertidumbre, la baja participación y los retrasos en el recuento, el PSOE ha perdido, tras casi cuatro décadas, su histórica hegemonía en Andalucía. Los socialistas de Susana Díaz no suman con Adelante Andalucía una mayoría suficiente como para gobernar, mientras que sí lo hace la eventual suma de PP, Cs y Vox.
Partido Popular, Ciudadanos y Vox pueden pactar para arrebatar el poder al PSOE. Las tres formaciones sumarían 59 escaños, cuatro por encima de la mayoría absoluta. El PSOE se queda en 33 escaños, el PP logra 26 diputados, Ciudadanos obtiene 21 parlamentarios, Adelante Andalucía llega a 17 escaños y Vox irrumpe en la cámara autonómica con 12 escaños.
Con todo, las elecciones autonómicas andaluzas del 2-D, que fueron interpretadas desde el primer momento como decisivas para marcar la oportunidad o no de un adelanto electoral en las generales, dejan a Pedro Sánchez ante el escenario de agotar el mandato o retrasar lo máximo posible un eventual adelanto electoral.
Con lo cual, tras unas elecciones-termómetro, mucho más orientativas que los CIS de Tezanos, el Gobierno se enfrenta al escenario de asumir su falta de apoyos a los Presupuestos para 2019, lo que implica que automáticamente se activará una prórroga presupuestaria que abocará a que Moncloa adopte su plan B, el que fuentes próximas al Gobierno explicaron a elEconomista: la activación de parte de su hoja de ruta económica a través de una ley ómnibus, heterogénea, que incorpore las subidas fiscales necesarias para financiar el mayor gasto, así como su agenda social, "para garantizar derechos", como explicó recientemente un miembro del Gobierno ante el escenario de adoptar el plan B alternativo a los Presupuestos.
Al margen de la interpretación en clave nacional y de las repercusiones del pinchazo del PSOE en las filas socialistas, se abre ahora el tiempo de los pactos y los posicionamientos de los distintos partidos de cara a que, casi cuatro décadas después, ingrese en San Telmo, una formación distinta al PSOE-A, algo inédito desde las primeras elecciones andaluzas, celebradas el 23 de mayo de 1982.
Moreno puede gobernar
El presidente del PP-A y candidato a la Presidencia de la Junta, Juanma Moreno, puede gobernar si las formaciones de derecha y centro derecha logran pactar. Aseguró, a su llegada la sede regional del partido, que veía "un escenario posibilista, que puede dar pie a un cambio de Gobierno" en Andalucía, como después se confirmó a tenor de los resultados, 26 escaños. El líder nacional del Partido Popular, Pablo Casado, trasladó anoche a Moreno que tiene por delante la tarea de liderar el cambio "histórico" en Andalucía y desalojar a los socialistas del Gobierno.
Díaz echa balones fuera
La presidenta de Andalucía en funciones, Susana Díaz, cuyo futuro está ahora en entredicho, culpó a la baja participación de los resultados y azuzó el fantasma de la extrema derecha ante el avance de la formación de Santiago Abascal (Vox).
Ciudadanos
Tras los resultados, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, exhibió la determinación de su partido por "echar al PSOE de la Junta de Andalucía", aunque también se abrió a cualquier otro pacto, incluso con los socialistas, que permita a Cs sumar para que sea su formación la que presida Andalucía. El candidato de la formación naranja, Juan Marín, ha obtenido 21 diputados en el Parlamento andaluz. Durante la noche electoral Ciudadanos se posicionó en el llamamiento a PP y Vox para sumar una mayoría de 59 escaños que garantizaría la salida de la izquierda del Gobierno andaluz, lo que supondría un relevo histórico.
Vox, el gran triunfador
El nombre propio de la jornada electoral en Andalucía fue sin duda Vox. El partido presidido por Santiago Abascal irrumpe en el Parlamento regional alcanzando 12 escaños y rompiendo sus mejores expectativas, que situaban su horquilla de diputados entre cuatro y seis. Ahora, tiene en su mano ser la llave para que la derecha gobierne en Andalucía. Los de Abascal, con el ex juez Francisco Serrano como cabeza de candidatura, consiguen representación en todas las provincias. En concreto, el nuevo partido logra dos escaños en cuatro demarcaciones (Almería, Cádiz, Málaga y Sevilla) y uno para cada una de las restantes (Huelva, Córdoba, Jaén y Granada).
Desde un principio, Vox planteó estas elecciones en clave nacional y el buen resultado e puede catapultar en la ronda de comicios que se avecina en 2019, con europeas, municipales y autonómica. La agrupación verde no ha presentado un programa de medidas diferenciadas para la región, sino que ha reiterado las medidas que ya ha sugerido a nivel nacional.
Como aseguraba Abascal en la entrevista con este diario el pasado viernes, Vox coincide con el PP y con Cs en varias de sus medidas, sobre todo en la eliminación de varios impuestos, como del de Sucesiones y Donaciones. "Una gran rebaja fiscal y un drástico recorte del gasto superfluo de las autonomías", fueron las recetas esgrimidas por Abascal que pueden suscribir tanto Casado como Rivera. También pueden tener puntos de encuentro en el IRPF, las pensiones o el salario mínimo. "A los empresarios hay que quitarles impuestos para que puedan pagar más salarios", explicaba Abascal . En otras cuestiones políticas, las posturas estarán más divididas. Vox proponía para estas elecciones en Andalucía eliminar consejerías superfluas y centralizar Sanidad, Justicia, Educación y Seguridad, un discurso más alejado de Cs aunque en línea con lo defendido por el PP.
Retroceso de Podemos
Adelante Andalucía, la coalición de Podemos, IU y varios pequeños partidos andalucistas sufrió un claro retroceso y pasa a ser la cuarta fuerza en el parlamento. La coalición liderada por Teresa Rodríguez obtuvo 17 escaños, lo que supone que la alianza pierde tres diputados con respecto al resultado que consiguieron Podemos e IU por separado en 2015. Podemos e IU habían conseguido en 2015 igualar el mejor resultado obtenido por un partido a la izquierda del PSOE, los 20 escaños que consiguió IU en 1994.