
La guerra comercial entre EEUU y China, la cada vez mayor posibilidad de un Brexit sin acuerdo y la decisión que tomará en noviembre la Administración Trump acerca de los aranceles por valor de 25.000 millones de euros a las exportaciones de vehículos de la UE componen una verdadera bomba de relojería para la actividad de la eurozona en los próximos meses.
Así, este abanico de amenazas podría mermar el desempeño de los países del euro si se convierten en un shock para la economía en el segundo semestre de 2019. De hecho, según explicó el Economista Jefe para Europa de Bank of America Merrill Lynch, Rubén Segura-Cayuela, "hay muchas posibilidades de que estos shock terminen por provocar una crisis". Concretamente el director del equipo de economistas europeos de la entidad estima que si el avance del PIB de los países del euro se prevé para el próximo 2020 en el 1,2% un agravamiento de la guerra comercial entre EEUU y China restaría de golpe cinco décimas porcentuales al crecimiento dejando el avance medio del año en el 0,7%.
Sin embargo, el próximo mes de noviembre la Administración Trump deberá decidir sobre las actuaciones arancelarias contra las exportaciones europeas de automóviles, y estas previsiones descartan un posible gravamen anunciado por Washington de 25.000 millones de euros para la venta en suelo norteamericano. Pero las tentaciones proteccionistas de EEUU parecen no languidecer y la UE podría verse involucrada en una escalada arancelaria de no llegar a un acuerdo con el gobierno estadounidense. De hecho, un recrudecimiento de la pugna entre Trump y Xi Jinping, "es más probable de lo que parece, a pesar de la tregua del G-20", explica Segura-Cayuela atisbando que lo peor aún está por llegar.
En este sentido, y ante la imprevisibilidad de los acontecimientos, el experto de Bank of America Merrill Lynch mantiene las reservas acerca de la decisión que pueda adoptar el Departamento de Comercio norteamericano sobre el sector automovilístico europeo.
De hecho, si se confirmasen las peores noticias, el tasazo a las exportaciones de vehículos europeos restaría al crecimiento de la zona euro entro otro 0,2% y 0,3%, de modo que el crecimiento medio de 2019 sería plano, del 0,5%.
Destaca el escaso avance de la inflación esperado para este y el próximo ejercicio
Y más allá, esto sería una lectura anual ya que, según advierten desde Bank of America Merrill Lynch, en los registros intertrimestrales se podrían llegar a producir episodios de recesión técnica. Por todo ello, el experto que presentó el viernes en Madrid la primera edición de previsiones económicas de la entidad en España, asegura que "las previsiones de los organismos están siendo muy optimistas con el desarrollo de conflictos como el Brexit y la guerra comercial".
En este sentido, otro de los aspectos que resalta en sus previsiones la entidad financiera es el escaso avance de la inflación esperado para este y el próximo ejercicio. Concretamente, estas estimaciones sitúan un alza de los precios del 1,1% en este año. Y al margen de la incapacidad de la economía para generar presiones inflacionistas, la estimación del Bank of America cuenta con dos lecturas adicionales: la previsión del Gobierno del 1,6% para el conjunto del año era errónea y la subida de las pensiones en base a esta previsión sería mayor que la necesaria para el mantenimiento del poder adquisitivo de las clases pasivas. Concretamente, estos disfrutarían de una subida de 0,5 puntos porcentuales extra.
Necesaria reforma de las pensiones
Dos de las sugerencias que lanza la entidad financiera Bank of America Merrill Lynch de cara a preparar la economía española ante la presente desaceleración y una eventual crisis pasan por llevar a cabo las reformas estructurales necesarias para sostener las cuentas públicas -donde destaca la necesaria transformación del sistema de pensiones- y la equiparación del nivel de presión fiscal con los países del entorno comunitario con el objetivo de rearmar al sistema con liquidez ante eventuales desequilibrios.
Concretamente, en este último punto, la entidad bancaria se refiera a una de las recomendaciones ya expresada con anterioridad por la Comisión Europea en la que expone que la presión fiscal de nuestro país es un 3% inferior que la media del continente. De equipararnos con nuestros vecinos en este aspecto, la recaudación del Estado por la vía de los impuestos sería de 36.000 millones de euros más cada año.
Esta cifra es el doble del déficit que registra cada año la Seguridad Social, en el entorno de los 18.000 millones de euros. Precisamente debido al elevado coste de la nómina mensual de las pensiones, y a la insuficiente aportación vía cotizaciones sociales.