
Los buenos datos de afiliación a la Seguridad Social y paro registrado del mes de mayo conocidos la en la última semana dejan algunas lecturas que no invitan al optimismo de cara al desempeño del mercado laboral en el presente ejercicio. Y es que a pesar del repunte de la ocupación y la reducción del desempleo, el trabajo mantiene uno de los males endémicos de España: su elevada dualidad. Algo a que parecía querer poner freno el Gobierno de Pedro Sánchez cuando accedió a La Moncloa el pasado mes de junio de 2018, con unos resultados que distan de los objetivos marcados en términos de dignificación de los empleos, tal y como anunció entonces el Ejecutivo socialista.
Pues bien, un año después de la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno, las cifras de contratación arrojan un incremento de las relaciones laborales temporales, mientras que la contratación indefinida vive su particular travesía por el desierto acumulando cuatro meses consecutivos de destrucción.
"Luchar contra el abuso y el fraude en la utilización de los contratos temporales". Este es el primer punto al que se refiere el glosario de medidas impulsadas por el Ejecutivo en el conocido como Plan Director por un Trabajo Digno 2018-2019-2020 y en el que también se exponen otras áreas de actuación como la lucha contra los abusos en la contratación a tiempo parcial, los excesos de jornadas y horas extraordinarias no pagadas ni compensadas –un punto que ha sido atendido a través del establecimiento obligatorio del control horario de la jornada laboral–, además de otros como regularizar la situación de los trabajadores y trabajadoras que se encuentren bajo la figura del falso becario o impulsar medidas para corregir los incumplimientos en materia salarial y los derivados de la externalización de actividades –centrando las represalias contra las empresas que abusen de la figura del falso autónomo–.
Más de cuatro años al alza
En este punto, parece que o bien los cálculos del Ejecutivo fallaron al no poder predecir los designios de la economía global o que la dualidad del mercado laboral español tiene una componente de perpetuidad inquebrantable –ligada a la elevada estacionalidad de los sectores productivos de mayor peso en la economía de nuestro país, como el turismo– pese a los esfuerzos de la administración pública, a tenor de los registros del último año y, más concretamente, de los meses transcurridos en 2019.
La temporalidad alcanza al 91,13% de los trabajadores asalariados en nuestro país
En este sentido, el pasado mes de febrero se rompió una racha de 50 meses consecutivos de crecimientos interanuales en el volumen de creación de contratos de carácter indefinidos, los que otorgan una mayor estabilidad en el puesto de trabajo.
En el segundo mes de la año la caída fue del 3,21%, cuando se alcanzaron los 168.697 contratos, una tendencia que se reprodujo en marzo con una reducción del 7,04% y un total de 179.821 contratos, al igual que en abril (-7,75%) con 174.980 y en mayo, con la caída de casi el 8% (-7,96%) registrando 184.161 contratos indefinidos en el mercado de trabajo, lo que supone que esta modalidad de relación laboral cubra al 8,87% de los empleados asalariados de nuestro país.

Y es que paralelamente a este proceso, la tendencia muestra un nuevo repunte de la temporalidad en los últimos meses. Concretamente, en esos mismos cuatro meses que llevan cayendo la contratación indefinida, la evolución de la temporal ha sido positiva, con un alza del 2,20% en febrero hasta contabilizar 1.402.320 de contratos con duración preestablecida. En marzo el avance fue del 5,27%, sumando 1.530.027 contratos, mientras que en abril el incremento interanual fue del 0,46% hasta el 1.590.205 contratos y en mayo fue del 1,79% respecto al mismo mes del pasado año, contabilizando 1.891.580 contratos. Todo ello, para acabar en el quinto mes del año representando el 91,13% de todos los contratos.
Según las cifras aportadas por el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, respecto a mayo de 2018 el paro se redujo el pasado mes en 172.639 personas, lo que sitúa su nivel de reducción interanual en el 5,31%. Así, la cifra total de parados registrados es de 3.079.491, el nivel más bajo en un mes de mayo de los últimos 10 años.
Además, la afiliación media a la Seguridad Social se situó en los 19.442.113 ocupados en el último mes, la cifra más alta en la serie de los meses de mayo y el segundo mayor registro de la serie histórica desde que se tienen datos.
Falta de confianza empresarial
Para explicar esta tendencia, el principal factor dinamitante es la falta de confianza empresarial, que se extrapola a los procesos de contratación, debido al contexto de desaceleración económica internacional y la inseguridad que generan algunas medidas del Gobierno de Pedro Sánchez, como la subida del 22% del SMI a 900 euros que si bien no parece estar frenando la creación de empleo se espera que tenga efecto a partir de septiembre -cuando finalice la campaña de verano-.
"Los efectos de la subida del salario mínimo que entró en vigor al inicio del año tenderán a moderar el dinamismo del empleo en los próximos trimestres", precisa el Banco de España en respuesta a la polémica suscitada esta semana por la secretaria de Estado de Empleo, Yolanda Valdeolivas, instando a la entidad supervisora a "pedir perdón" por generar temor social.