
La operativa de la Cámara de Comercio de Barcelona retrasará los planes de la próxima cúpula directiva independentista. Y es que la planificación del día a día de la entidad, que funciona con previsión y ofrece servicios que se organizan con calendario anual, hace que este año ya esté todo pensado, aunque cambie la dirección de la entidad. Esto también afecta a una de las herramientas que la candidatura Eines de País considera clave para sus planes de trabajar en favor de la república catalana: el servicio de estudios, que tiene informes encargados para lo que queda de año, según han indicado a elEconomista fuentes próximas a la entidad cameral.
Las mismas fuentes indican que hay "cola" de encargos, que le llegan desde la propia Cámara, desde la colaboración con otras cámaras y desde múltiples instituciones públicas, como la Generalitat o la Diputación de Barcelona, además de informes periódicos que son de elaboración fija.
Un ejemplo de los encargos pendientes es la Memoria Económica de Cataluña, un balance anual de la evolución de la economía catalana dirigido por la Cambra de Barcelona, realizado con la colaboración de las cámaras catalanas y editado anualmente por el Consell de Cambres de Catalunya.
Personal limitado
Solo este informe supone ya una gran dedicación, ya que contiene un análisis del contexto internacional y español, así como de la economía catalana y sus comarcas. También integra artículos cortos y trabajos monográficos sobre temas de actualidad económica firmados por expertos. Y son precisamente estas colaboraciones las que dan potencia y prestigio al servicio de estudios de la Cámara de Barcelona, ya que el personal propio se limita a tres técnicos. Su valor radica en su red de contactos con académicos, colaboradores y universidades, que les ha permitido conformar una fuente de datos con credibilidad.
Esto ahora está en riesgo si Eines de País cumple su intención de convertir estos informes en una fuente de datos con interpretación soberanista para crear argumentos en favor de la independencia. Pretenden empezar por los supuestos agravios del Estado hacia Cataluña, como ya publicó elEconomista, pero deberán esperar a 2020.
Además de la Memoria Económica de Cataluña, el servicio de estudios está realizando un encargo de la Generalitat de Cataluña sobre riesgos de deslocalización de empresas en la comunidad autónoma, que prevé presentar a final de año.
Asimismo, realiza informes trimestrales sobre la coyuntura de la economía catalana, y también opta -mediante licitación todavía por adjudicar- a realizar análisis del impacto económico del Puerto y del Aeropuerto de Barcelona.
A todo ello se suman acuerdos como el del Observatorio Barcelona, un informe sobre Barcelona en el mundo en 30 indicadores clave. Se trata de un proyecto conjunto de la Cámara de Barcelona y el Ayuntamiento que tiene por objetivo comparar anualmente la ciudad con las principales ciudades europeas y del mundo.
Se estructura en seis ámbitos: los negocios, el conocimiento, el turismo, la sostenibilidad y la calidad de vida, los precios y los costes, y el mercado laboral y la formación. Su finalidad es ofrecer datos útiles para la toma de decisión de los agentes económicos interesados en hacer negocios en Barcelona o en establecerse en esta ciudad, así como contribuir a atraer talento y para fundamentar la presentación de candidaturas a acontecimientos o sedes.
Reaprovechar datos
La única opción que tiene Eines de País para agilizar sus estudios es aprovechar datos de informes pasados y añadirles su enfoque soberanista.
El primer estudio que ya han encargado es sobre el coste de oportunidad de las inversiones comprometidas por el Estado en Cataluña y todavía no ejecutadas, especialmente en el caso de la Disposición Adicional Tercera del Estatut, referente a inversiones en infraestructuras por un valor equivalente al peso de la autonomía en el PIB estatal. Ahí también se incluirían inversiones presupuestadas pero no ejecutadas.
El equipo directivo actual de la Cámara de Barcelona ya realizaba estudios sobre infraestructuras necesarias pendientes y sobre porcentajes de ejecución presupuestaria, pero ahora se debería añadir un modelo que calcule el impacto económico que supone la ausencia de estas inversiones.