Economía

Sánchez oculta el 'sablazo fiscal' de su Gobierno a 19 días del 26-M

  • Casado reinvindica el liderazgo de la oposición en su visita 'informal' a Moncloa
Pedro Sánchez y Pablo Casado en su reunión en La Moncloa. Foto: Reuters.

Pedro Sánchez no ha querido entrar y aun menos profundizar en su encuentro del lunes con el jefe de la oposición, Pablo Casado, en las grandes reformas que le afectan a España, más allá que la mención a los epígrafes del Pacto de Toledo -por ende las pensiones-, el impulso a la Ciencia o la transición ecológica.

Sobre el aumento del déficit al 2%, y sobre los 26.000 millones de euros que hará crecer la presión fiscal sobre el bolsillo de los españoles, apenas hizo comentario a 19 días de las elecciones locales, autonómicas y europeas que se celebrarán el 26 de mayo, pese a que, y según fuentes populares, la presión fiscal es muy elevada, y "los cálculos que se están haciendo ahora atisban a que dicha presión será bastante superior".

La reunión entre Pedro Sánchez y Pablo Casado en La Moncloa discurrió en un tono correcto, cordial, sin desarrollar agenda ni concretizar asuntos mollares de la política española, dado que el marco en el que tuvo lugar fue de carácter extraordinario, ya que el ganador de las urnas es presidente en funciones todavía, el Rey aún no ha convocado la ronda de contactos, y tampoco parecen claros hacia dónde irán los pactos de investidura, al menos hasta después del 26-M. El encuentro con los líderes solo tendrá como protagonistas al Partido Popular, Ciudadanos y, por último, Unidas Podemos.

Con estas premisas de informalidad del contacto entre el presidente en funciones, Pedro Sánchez, y el jefe de la oposición, Pablo Casado, este quiso recalcar que el Partido Popular no se opondrá a un Gobierno socialista, si éste logra formar Ejecutivo en solitario y no depende de los independentistas.

Ante las dudas de que esa 'no oposición' se traduzca a la postre en una abstención, Casado precisó que votará 'no' en las dos votaciones, matizando que éste no es el caso de la legislatura de Mariano Rajoy, cuando fue menester la abstención en votos del Partido Socialista, pues ahora hay otras "sumas" que sí dan los números, sumas "con Cs, con quien ya pactó en 2015", rememoró. Así pues, esto no obliga a que el PP se sitúe en la tesitura que entonces precipitó la salida de Sánchez del Congreso y de la Secretaría del PSOE. De lo contrario, afinó Casado ante un panorama de Ejecutivo en coalición, o con el voto de los independentistas, "estaremos ante un Gobierno débil y nosotros haremos una oposición frontal".

Sobre los pactos de Estado se mostró el líder del PP abierto a llegar a acuerdos que respeten la materia constitucional y la unidad de España. En su opinión, es positivo que PP y PSOE, a pesar de las discrepancias, sean capaces de pactar. No obstante, lamentó el jefe de filas popular, de que este contacto se haya producido a 20 días del 26-M, y por el contrario, antes se estableciera un cordón sanitario con el PP.

Este martes, Sánchez se reunirá con Albert Rivera y más tarde lo hará con Pablo Iglesias, receloso de ser el tercer en la lista, pese a ser su socio natural.

El PP pide a Rivera que se abstenga

Pablo Casado aprovechó el lunes para sugerir que no ve mal que Cs se abstenga en la investidura de Sánchez, si con ello evita que los independentistas entren, aunque sea de manera colateral, en el nuevo Ejecutivo Socialista. Explicó Casado que Cs ya ha adelantado que pactará en algunas CCAA con el PSOE , razón por la que colige, que no le importará echarle una mano a Sánchez. Casado recordó que por Reglamento es el jefe de la oposición, y por congreso, el de su partido, tiene cuatro años para seguir presidiendo el Partido Popular.

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