China y EEUU parecen coincidir en que el acuerdo comercial entre ambas potencias ha entrado en su fase definitiva y no hay marcha atrás. Las negociaciones de las delegaciones económicas que han tenido lugar estos días en Washington han suscitado el optimismo.
Si el miércoles Myron Brilliant, vicepresidente ejecutivo de Asuntos Internacional de la Cámara de Comercio de EEUU, aseguraba que estaban llegando a "la fase final del juego" y que el acuerdo "estaba cerrado al 90%", este viernes la delegación china ha anunciado que se han logrado "nuevos consensos".
El pacto busca poner freno a la guerra arancelaria que actualmente grava 360.000 millones de dólares de productos de ambos países.
En un encuentro con el presidente estadounidense, Donald Trump, en la Casa Blanca, Liu indicó que los equipos negociadores de ambos países habían "mantenido reuniones fructíferas y alcanzado nuevos consensos en temas tan importantes como el texto del acuerdo económico y comercial".
El viceprimer ministro chino, que lidera la delegación negociadora del país asiático desplazada a EEUU, ha señalado que ambas partes "continuarán con las consultas para lograr mayores progresos en asuntos de preocupación mutua a fin de concluir las negociaciones lo antes posible".
Hasta la fecha, ambos equipos negociadores han trabajado en distintos memorandos de entendimiento, que cubren seis áreas entre las que se incluyen la transferencia forzada de tecnología y robo cibernético, derechos de propiedad intelectual, servicios, divisas, agricultura y barreras no arancelarias.
Trump reiteró la semana previa a la reunión en Washington que las negociaciones avanzan y que es probable que ambos logren un acuerdo para aliviar las tensiones de una guerra comercial que desde hace ocho meses atosiga a la economía global. Aun así, el mandatario sugirió que Washington podría mantener los aranceles a las importaciones chinas por un tiempo pese a que Pekín presiona para se reduzcan o eliminen como parte de cualquier acuerdo.