Economía

¿Volverá el BCE a activar el 'modo crisis'? La economía coge a Draghi a pie cambiado

  • "Un cambio en la hoja de ruta podría ser visto como una sobrerreacción"
  • El crecimiento económico y la inflación están en plena desaceleración
Mario Draghi, foto de Reuters

El Banco Central Europeo anunció el fin del programa de estímulos (QE por sus siglas en inglés) cuando la economía de la Eurozona crecía a un ritmo del 2,3% interanual y la inflación crecía al 2%, el nivel coherente con la estabilidad de precios del propio banco. Ahora, la situación es muy diferente. El crecimiento ha perdido mucha fuerza, los precios también, la volatilidad domina los mercados y todo ello ha coincidido con el fin de los estímulos netos. El mercado y algunos expertos empiezan a pedir al BCE que tome cartas en el asunto y ponga en marcha las herramientas necesarias para revertir la situación (aunque el único mandato del BCE es la estabilidad de precios).

El BCE se reúne este jueves. El contexto para el cónclave es complejo: el crecimiento del PIB y la inflación han caído hasta el 1,6% (se prevé que sigan perdiendo fuerza), los mercados se han mostrado como mínimo erráticos en los últimos meses, la demanda exterior pierde fuerza y la incertidumbre política es elevada.

Oxford Economics: "Un cambio en la hoja de ruta podría ser visto como una sobrerreacción"

Carsten Brzeski, economista jefe de ING para Alemania, cree que "hay pocos signos de remisión en la reciente debilidad y pérdida de 'momentum' de la economía. Con la persistencia de un posible Brexit sin acuerdo y sin ningún tipo de presión inflacionaria, las llamadas para que el BCE vuelve al 'modo crisis' (estímulos o mayor flexibilidad con la liquidez) están creciendo cada vez con más fuerza".

Esperar es la mejor opción

No obstante, este economista cree que aún es demasiado pronto para que el BCE cambie su hoja de ruta. Aunque la situación sea mucho peor hoy que hace siete meses, Draghi debe mantenerse dentro las líneas marcadas por dos razones: "La situación no es (todavía) lo suficiente amenazante como para activar el modo crisis... y por ahora es mejor ser un tipo frío en alerta, en lugar de entrar en pánico con una decisión impulsiva". Esto último podría ser contraproducente y causar más miedo a los mercados que otra cosa.

En la misma línea se muestran los analistas de Oxford Economics. Resulta evidente que el contexto se ha deteriorado sobremanera, pero "un cambio en la hoja de ruta podría ser visto como una sobrerreacción".

No obstante, el BCE podría reconocer que los riesgos para el crecimiento y la inflación son ahora superiores, mientras que "la debilidad de la inflación subyacente (descontada energía y alimentos frescos) y los riesgos para el crecimiento han desplazado la primera subida de tipos para 2020".

La inflación subyacente seguirá por debajo del objetivo durante los próximos años

El BCE podría verse obligado a recalcular su estrategia aunque no anuncie nada de forma oficial en esta reunión. Por un lado, "la inflación general va a seguir bajando por la caída de los precios del petróleo... si el petróleo se mantiene en niveles actuales (unos 60 dólares el barril), la inflación podría caer hasta el 1% o incluso menos para finales de 2019", señalan desde Oxford Economics.

Aline Schuiling, economista senior de ABN Amro, asegura que la inflación subyacente se mantendrá por debajo del objetivo del BCE "en los próximos años". Schuiling cree que los salarios reducirán su crecimiento este 2019, mientras que el debilitamiento de la actividad reducirá la creación de empleo. A esto hay que sumar "esperada apreciación del euro que presionará a la baja los precios de importación y la inflación en general".

Lo que si es probable es que se hable de "la inminente llegada de nuevas rondas de financiación a largo plazo. Mediante estas operaciones se ofrecen préstamos a la banca a un plazo mucho más largo que el vencimiento que presentan las operaciones de política monetaria convencionales. 

Aún así, al igual que el resto de grandes banqueros centrales, Draghi ya reconoció que la evolución reciente de la economía ha sido más débil de lo que se esperaba durante un discurso el pasado 15 de enero. El euro ha retrocedido un 1% frente al dólar desde que el italiano pronunció ese discurso en el que omitió que los factores que estaban reduciendo el crecimiento eran 'temporales', como si había hecho en alocuciones anteriores.

Es posible que Draghi dé algunas pistas y use un tono más dovish (sí, todavía más) que en otras reuniones. Sin embargo, queda prácticamente descartado el anuncio de nuevos estímulos, bajadas de tipos o el uso de otras herramientas que pudiesen enviar una señal de extrema debilidad a los mercados, lo que podría causar más daños que beneficios sobre la economía y los precios.

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