
La Comisión Europea (CE) ha propuesto sustituir de forma paulatina la unanimidad que requiere una reforma de la fiscalidad en la Unión Europea por mayorías cualificadas. Es un impulso que llega tras el fracaso al intentar aprobar un impuesto a las grandes tecnológicas. Bruselas admite que la equiparación de los tipos impositivos solo se puede abordar de forma voluntaria, por lo que su acción se limita a la armonización de las reglas y la lucha contra el fraude y la evasión. En una segunda fase se ampliará la mayoría cualificada a las iniciativas contra el cambio climático. Valère Moutarlier, director de Fiscalidad de la Comisión, responde a elEconomista en un acto de la Universidad Pontificia de Comillas.
¿Por qué se plantea ahora el debate para acabar con la unanimidad?
Pensamos que ha llegado el momento después del discurso del Estado de la Unión del presidente Juncker el pasado septiembre. En la UE comenzamos con muchísimas políticas que debían decidirse por unanimidad. Todas ellas han evolucionado durante estos años para acercarse a las mayorías cualificadas, pero no así las impositivas que mantienen esa necesidad de apoyo unánime. Esto es algo que es muy difícil de reconciliar con los objetivos políticos que tenemos. El primero es tener un sistema rápido de toma de decisiones, que pueda ayudarnos a hacer frente a las necesidades de un mundo cambiante y a las expectativas de los ciudadanos para ante la evasión de impuestos y el fraude fiscal. Eso requiere decidir rápido y para ello la unanimidad es un problema.
Pero algunos Estados entienden que eso puede limitar su soberanía...
Es cierto que la unanimidad es entendida por algunos de los Estados miembros como vía de preservar su soberanía, pero vamos a ser honestos. En un mercado único fragmentado como en el que estamos, si no actuamos juntos, si tenemos menos información, tendremos una menor capacidad de actuar frente a cualquier multinacional que opere aquí. Hay una gran desproporción entre las herramientas que necesitamos y lo que saben de nuestra propia situación. La unanimidad supone retrasos y en ocasiones obstruye la capacidad de decidir. Es realmente un problema para la UE y por eso debemos afrontar esta situación.
¿Cuáles son los pasos a seguir?
Lo que debemos reconocer es que no podemos hacer un cambio repentino del sistema de unanimidad a mayorías cualificadas. Por eso, la Comisión ha propuesto abrir un debate, tener una discusión profunda con los Estados miembros y lo que sugerimos es que vayamos paso a paso hacia un sistema de mayorías cualificadas de voto que debe también involucrar al Parlamento Europeo. Es muy importante porque supone mejorar la base democrática de nuestra discusiones y que en materia fiscal las decisiones no se tomen solo por los ministros de Finanzas sino por los representantes elegidos por los europeos. Es un gran cambio y necesitamos tiempo para ello.
¿Cree que será posible el acuerdo?
¿Por qué no ir paso a paso y empezar a tomar medidas contra la evasión fiscal o el fraude? Por lo que hemos visto en los tres o cuatro últimos años, los Estados miembros son capaces de llegar a un acuerdo, pero necesitamos que sea rápido, una negociación dinámica con la que se logre un buen resultado. Los Estados están preparados para avanzar hacia la mayoría cualificada. Porque no se trata solo de la elección de una política fiscal sino en la forma en la que cooperan entre ellos los Estados miembros en esta materia.
Y se propone también una mayoría cualificada para progresar en medidas que permitan avanzar en otras áreas, como la lucha contra el cambio climático...
En una segunda fase, entendemos de una forma más amplia que la fiscalidad es una herramienta para apoyar otros objetivos y saber hacia donde va la Unión Europea, por ejemplo, en la lucha en efecto contra el cambio climático. El mérito de la unanimidad es que nos ha permitido saber que cualquier sistema de fiscalidad energética hoy es contraproducente, no tiene elementos que contemplen el CO2 y no está ayudando a mejorar la lucha de la Unión Europea contra el cambio climático. Estos son dos elementos que creemos que deben estar sujetos a la mayoría cualificada rápidamente. Es por ello que la Comisión ha solicitado al Consejo Europeo lanzar la cláusula paralela, prevista en el Tratado, para consultar a los parlamentos nacionales y si finalmente se aprueba consultar al Parlamento Europeo.
¿A qué más afectaría?
Hay también otros puntos sensibles como la reforma de normas fiscales ya armonizadas a nivel comunitario como el IVA. Esperemos que la mayoría cualificada se aplique a decisiones como la creación de una base común del Impuesto de Sociedades, pero eso llevará más tiempo, hasta 2025.
¿Habrá nuevas tasas verdes o una armonización?
Si recuerda, la Comisión Europea propuso en 2011 una revisión de la fiscalidad energética, pero se abandonó porque no ha habido manera de progresar. Lo que estamos haciendo actualmente es lanzar una evaluación del sistema actual con el objetivo de presentar una nueva propuesta, que se deberá evaluar ya probablemente a principios próxima Comisión. No se trata de necesariamente de aprobar nuevos impuestos energéticos sino de analizar la forma en la que se fija la fiscalidad a la energía para estar seguros de que es la mejor en la lucha contra el cambio climático.
¿Qué podría cambiar?
Por ejemplo, ahora mismo hay una fiscalidad solo sobre los volúmenes que no tiene en cuenta las emisiones de CO2 de las diferentes fuentes de energía. Creemos que eso no tiene sentido. Entonces, proponemos un examen de la situación y después presentar una propuesta para mejorar el uso de la fiscalidad para conseguir los objetivos propuestos en la lucha contra el cambio climático.
¿No será más difícil si como se prevé crecen los populismos en las próximas elecciones europeas?
No voy a especular sobre las elecciones y su impacto en la Comisión. Hay que esperar a que los ciudadanos europeos voten y valorar entonces la situación. Lo que queremos es abrir el debate y la discusión con los Estados, con los parlamentos nacionales y con los diferentes stakeholders. Es una oferta que ponemos sobre la mesa para discutir. Lo contrario es insostenible si queremos responder a las expectativas de los ciudadanos europeos.
¿Cree que se logrará?
Por supuesto, necesitamos un acuerdo unánime del Consejo Europeo Si me pregunta si va ser fácil conseguirlo, la respuesta es no. Si me pregunta cómo podemos lograr las herramientas para luchar contra el fraude fiscal, la evasión, la ingeniería fiscal agresiva o el cambio climático, no veo como lo podemos hacerlo si no logramos que sea por mayoría cualificada. En el pasado reciente se ha demostrado que los Estados pueden alcanzar acuerdos, hemos hecho muchos progresos. No deberíamos esperar a estar sometidos a la presión de que se produzca una filtración, por ejemplo, de los Papeles de Panamá o Wikileaks para ser capaces de avanzar y tomar decisiones por mayoría cualificada.
Pero hay países como Irlanda que defienden su soberanía fiscal...
Es verdad que algunos Estados miembros son muy sensibles a las decisiones que se puedan adoptar respecto a políticas fiscales pero de lo que estamos hablando aquí no es de ninguna decisión sobre impuestos sino del tipo de decisiones que se toman a nivel europeo, que es una parte muy pequeña de la política fiscal. Lo que está en discusión no son las políticas de los estados miembros o como se tributa por sucesiones, o que impuestos hay en los estados miembros o si los impuestos personales deben ser progresivos o no.
Y centrarse en la lucha contra el fraude...
Sí, lo que sugerimos en concentrarnos en la lucha contra el fraude y la evasión fiscal. Todos los estados han sido muy activos en esta materia y no veo que nadie vaya a oponerse hoy a que se pueda colaborar y facilitar automáticamente información de cuentas financieras. Eso es inconcebible. Incluso los países más reacios están dispuestos a entrar en el debate.
¿Es imposible aprobar ahora una tasa digital por unanimidad?
Hemos tenido una discusión en diciembre en base a una propuesta de la Comisión con el ánimo de gravar la facturación generada por determinadas actividades digitales, como publicidad, marketplace, venta de datos....y no fue posible alcanzar un acuerdo. Francia y Alemania ofrecieron la posibilidad de discutir gravar únicamente la actividad publicitaria y los ministros volverán a tratarlo en febrero. La unanimidad hace que sea muy difícil. Algunos estados están presionando para actuar de forma unilateral porque no ven un acuerdo unánime. Es el caso de España, Francia, Austria y Hungría... y será el caso de muchos más países porque es el tipo de medidas que están justificadas y que los ciudadanos esperan.
La Comisión ha acusado a algunas tecnológicas de no tributar como les correspondía en el pasado, ¿qué cantidad calculan en total que no se ha pagado?
No puedo comentar si hay ayudas de Estado y si algunos Estados pueden dar, sobre unas bases, un tratamiento selectivo a algunas compañías, y eso es algo que la comisaria Vestager deberá analizar para determinar si es una manera de reducir la carga de algunas compañías. Por otro lado, el resultado de nuestro estudio cuando preparamos la propuesta de la tasa digital el pasado marzo es que, de media, las compañías que se asientan en un negocio centrado en lo digital terminan teniendo una menor carga del Impuesto de Sociedades que aquellas con un modelo tradicional. Nuestro informe mostraba un ratio de 1 a 2, así que básicamente aquellos que están en el negocio digital pagan una tasa efectiva de entre el 9 al 10% frente al 20% del modelo tradicional.
¿Y se puede avanzar en la tasa sobre las transacciones financieras?
La tasa sobre transacciones financieras es también un ejemplo interesante. Aunque ha mejorado la cooperación sigue siendo bastante difícil converger porque no hay unanimidad. Es cierto que el Parlamento Europeo y los ciudadanos han estado esperando durante mucho tiempo para una conclusión final de la tasa sobre transacciones financieras. Espero que seamos capaces de lograr un acuerdo.
¿Podemos ver a EEUU en la lista negra de la UE?
Este año los ministros revisarán el encargo del año pasado sobre las reformas para lograr una mayor trasparencia fiscal y la eliminación de sistemas dañinos, fijando los requisitos para la jurisdicciones de cero o muy baja fiscalidad. Este es el primer hito que debemos discutir a nivel europeo, hemos recibido una cantidad masiva de legislación que se ha adoptado a finales del año pasado. Si las jurisdicciones no cumplen estas normativas acabarán en la lista negra. Y cuando adopten una legislación que resulte satisfactoria saldrán de ella.
¿EEUU está en la buena dirección?
En febrero, Estados Unidos no está en discusión porque ya ha sido aprobada su legislación el año pasado, pero en junio los criterios europeos serán mucho más exigentes en transparencia. Sabemos que por el momento, EEUU no ha firmado el reconocimiento multilateral y eso es lo que se revisará y cuál es la situación. Esto no solo afecta a EEUU sino que también incluye a otras muchas jurisdicciones y tendremos que evaluar cuál es la situación sobre transparencia fiscal.
¿Qué opina de los presupuestos presentados por España?
Esa discusión se hará cuando presentemos las recomendaciones fiscales y de reformas para cada país. Ahora, no es el sitio ni el lugar para dar una opinión al respecto, lo siento.