El índice de precios al consumo (IPC) del Reino Unido bajó hasta situarse en el 2,7% el pasado febrero, el porcentaje más bajo desde julio de 2017, frente al 3% registrado en enero de 2018, divulgó hoy la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS).
Este dato es ligeramente inferor al 2,8% esperado por los analistas, y la libra ha reaccionado con ligeras caídas, que borran algunas de sus ganancias anteriores.
La caída de la inflación rebaja la presión sufrida por el Banco de Inglaterra para elevar los tipos de interés de cara a su siguiente reunión para valorar sus políticas monetarias, que se celebra el próximo jueves.
El pasado noviembre, ese indicador llegó a alcanzar un máximo, al situarse en el 3,1%, en un periodo de seis años.
En un comunicado difundido en su web oficial, ese organismo señaló entre los factores que explican la bajada de ese índice la caída en el precio del petróleo, la reducción del coste de los servicios del transporte y un aumento menor que el registrado hace un año en los precios de los productos alimenticios.
Caída de los precios de alojamientos
Los analistas apuntaron, además, al descenso detectado en el precio de los servicios de alojamiento en el país, que también provocaron un efecto a la baja de la inflación.
Por contra, el incremento experimentado por el coste del calzado "equilibró" esa bajada, de acuerdo con los analistas.
Phil Gooding, responsable del índice de precios al consumo (IPC) en el citado organismo, afirmó hoy que "una pequeña bajada en los precios de la gasolina junto con el hecho de que los precios de los alimentos hayan subido de manera más lenta que el pasado año han contribuido a empujar la inflación a la baja".
Ese experto agregó que "muchas de las subidas de los precios registradas a comienzos de 2017, que se debieron a la previa depreciación de la libra, han comenzado a resolverse dentro del sistema".
"También han caído los precios de los hoteles y el coste de los billetes del ferry ha subido de manera más lenta que el año pasado", dijo.
