
La escalada de precios de Reino Unido, provocada por las presiones inflacionistas derivadas del Brexit, ofreció un respiro en diciembre a la economía. El IPC descendió una décima al 3% gracias al tirón a la baja del sector servicios que cayó a mínimo de nueve meses gracias al descenso de tarifas aéreas. l Saltan las alarmas en la economía británica ante el año clave del Brexit
La apreciación de la libra en 2017, con una revalorización de más del 10% frente al dólar, y el buen arranque de años (con una apreciación de más del 3%), está reduciendo los efectos inflacionistas sobre la economía británica provocados por la espiral inflacionista tras el referéndum de 2016.
Por primera vez en seis meses, los precios han retrocedido en diciembre. Aunque ha sido una décima testimonial al 3%, los expertos y el Banco de Inglaterra anticipaban un punto de inflexión para final de año, teniendo en cuenta que en 2018 esperan que la tasa de inflación baje al 2,4%.
La caída en diciembre fue impulsada en gran medida por una nueva ponderación técnica de las tarifas aéreas en la canasta de inflación. Los precios del sector servicios, donde se engloba las tasas aeroportuarias, cayeron al 2,5%, la más baja en nueve meses.
La posible desaceleración de la inflación traería un alivio a las familias que han visto que sus salarios pierden poder adquisitivo por la escalda de precios. El consenso de analistas no esperan a que se mejore el consumo hasta 2019.
De abrirse este escenario, también daría oxígeno al Banco de Inglaterra que elevó los tipos de interés por primera vez en una década el pasado mes de noviembre para meter en cintura a los precios. Un movimiento que se produjo a pesar del limitado crecimiento de la economía británica.