
Dinamarca es posiblemente junto con Suiza el país que más experiencia tiene con los tipos de interés negativos. Los expertos económicos de este país se han pronunciado sobre los efectos de la relajación de la política monetaria en la distribución de los ingresos. Una cuestión que gana peso en los países desarrollados, que han confiado la recuperación económica a la política monetaria. | Los bancos centrales han hecho a los ricos mucho más ricos.
Según el último informe del Consejo Económico Danés, un grupo de expertos formado por académicos de prestigio en Dinamarca, estos años de tipos de interés ultra bajos han beneficiado a los ricos más que a los pobres.
Con esta política monetaria se han reducido los tipos de interés, lo que ha coincidido con un incremento significativo de los ingresos del capital. Los expertos señalan que "unos costes por intereses más bajos" han beneficiado la rentabilidad obtenida por el capital, una mejora que ha sido superior a la que se ha producido sobre la renta disponible de los hogares. En definitiva, los bajos tipos de interés han intensificado la desigualdad.
Inflación en activos y no en precios
En otras palabras, los más pobres de Dinamarca no se han beneficiado del incremento del precio de los activos impulsado por años de dinero barato. El rendimiento del índice de referencia de renta variable de Dinamarca ha rebotado un 120% desde que los tipos entraron en territorio negativo por primera vez a mediados de 2012.
La política monetaria expansiva ha tenido un efecto inmediato sobre los precios de los activos financieros, que están normalmente en manos de los agentes con mayor renta y riqueza. Por el contrario, en esta ocasión la política monetaria no ha conseguido estimular los precios de la mayor parte de los bienes y servicios 'reales'. Sin inflación, la deuda real neta de los agentes que no cuentan con grandes cantidades de activos financieros se mantiene intacta, lo que incrementa la desigualdad.
El argumento de que la relajación monetaria agrava la desigualdad no es nuevo y aún no se ha resuelto. Según un estudio de junio de 2015 realizado por economistas de Brugel, un think tank con sede en Bruselas, "los tipos de interés bajos, las compras de activos y otras medidas de política monetaria flexible tienden a incrementar el precio de los activos y por tanto benefician a los segmentos de la sociedad más ricos, al menos a corto plazo".
Pero según Ben Bernanke, ex presidente de la Reserva Federal, este argumento no recoge la totalidad de los efectos de la política monetaria. De hecho, una política monetaria adecuada ayuda a proteger la igualdad al promover "una mayor estabilidad y prosperidad económicas para la economía en su conjunto".
Una política monetaria laxa también puede impulsar la inflación, la cual reduce el peso de la deuda para los miembros más pobres de una sociedad, y fomenta la creación de empleo. Sin embargo, esto aún no se ha materializado. En Dinamarca, la inflación anual ha estado cayendo desde que los tipos de interés descendieron por primera vez a territorio negativo.
Lo que es más importante, la desigualdad de ingresos es "una tendencia a muy largo plazo" resultante de "unos cambios estructurales profundos" durante muchos años. El efecto de la globalización, el cambio tecnológico y el envejecimiento de la población tienen fuertes efectos sobre la distribución de la riqueza y la renta, según mantiene Bernanke. Estos son temas que conciernen a los gobiernos y no a los bancos centrales.
No es nada nuevo
Si bien el país sigue siendo la tercera sociedad más igualitaria del mundo, según datos de la OCDE, la desigualdad ha ido en aumento desde la década de 1990. En aquellos tiempos el coeficiente de Gini, un indicador de la distribución de ingresos que expresa la desigualdad absoluta como 1 y la igualdad absoluta como 0, era solamente de 0,20. En el año 2015, este indicador ha aumentado hasta 0,274.
La desigualdad ha aumentado también por la fortaleza relativa (fortaleza por sectores) de la economía, que agrava las diferencias entre aquellos que tienen empleo y aquellos que viven de las prestaciones sociales. Excluyendo los ahorros en pensiones, los datos muestran que durante los últimos 25 años los ingresos del 10% más rico aumentaron mucho más que los del 10% más pobre.
Esto no significa que los pobres de Dinamarca se empobrecen, simplemente que los ricos se enriquecieron más todavía.