
Otra vez el 'helicóptero del dinero'. Este tipo de herramienta sigue protagonizando los debates entre académicos y expertos en economía. Su puesta en marcha es defendida por grandes economistas, pero es que sus detractores no son pocos ni pequeños. Sin embargo, este debate está logrando que la propuesta del 'helicóptero del dinero' se vaya concretando, refinando y cogiendo forma. Para que sus resultados sobre la economía sean positivos, el helicóptero debería estar limitado, muy controlado y de un tamaño reducido. Su puesta en marcha podría evitar la japonización de la Eurozona.
Adair Turner, ex director de la Autoridad de Servicios Financieros del Reino Unido, ha sido uno de sus grandes defensores. En su última publicación en Project Syndicate concreta su propuesta a la par que argumenta la defensa del 'helicóptero del dinero', que según Turner debe tener un limite prefijado (imprimir una cantidad determinada) para que los efectos no sean contraproducentes para la economía.
Como explicaba Ben Bernanke, expresidente de la Reserva Federal de EEUU, "'el helicóptero del dinero' es una política fiscal/monetaria expansiva (sirve para incrementar el gasto público o recortar impuestos) que financia de forma permanente por un incremento de la oferta de dinero", explica Bernanke. Es decir, se permitiría a los Gobiernos gastar más y bajar los impuestos sin incrementar su deuda pública, puesto que estas políticas estarían financiadas por un incremento permanente de la oferta monetaria.
Detractores y errores del helicóptero
Pesos pesados como Michael Heise, economista jefe de Allianz, Koichi Hamada, economista jefe del consejo asesor del primer ministro de Japón o un informe recientemente publicado por Deutsche Bank, advierten de que el 'helicóptero del dinero' es una herramienta muy tentadora y una vez que se use se da pie a que se termine abusando de ella. Políticos y gobernantes podrían utilizarla para 'sobre-estimular' la economía cuando se acercasen unas elecciones o cuando les convenga, dejando que otro cargue con los efectos a largo plazo.
Turner reconoce que la República de Weimar en su día y varias economías emergentes hoy muestran que esta política ha desembocado en tasas de inflación muy elevadas: "El argumento de los peligros puede ser válido cuando la se abusa de este tipo de financiación, lo que debe ser prohibido de forma severa".
Sin embargo, este economista británico cree que "si nuestro único camino para estimular la economía son los tipos negativos, estamos condenados a repetir los errores del pasado". Para Turner, la deflación es igual de peligrosa que la hiperinflación y sin el 'helicóptero del dinero' la Eurozona y Japón corren serio riesgo de caer en una bajada continuada de los precios.
Un helicóptero pequeño y limitado
Por eso, tanto Turner como Bernanke defienden la puesta en marcha de esta política pero con límites. Por ejemplo, el banco central puede ser el encargado de aprobar una cantidad máxima de financiación monetaria. Una cantidad que los expertos de la máxima institución monetaria consideren adecuada para alcanzar el objetivo de inflación.
"La financiación monetaria moderada y estricta puede combatir los riesgos de deflación a la par que servir de ayuda. De modo, que más que prohibirla, deberíamos asegurar su uso responsable", explica Adair Turner.
"Japón lleva esquivando mucho tiempo la financiación monetaria, ahora tiene tanta deuda pública (250% sobre el PIB), que si fuera financiada probablemente desembocaría en un fuerte incremento de la inflación", explica Turner. De todos modos, este economista cree que monetizar la deuda pública de Japón será "resultado inevitable", pero se tendrá que hacer como sumo cuidado y poco a poco.
"Si Japón hubiera seguido los consejos de Bernanke en 2003 y hubiera financiado los estímulos con emisión de dinero, hoy tendría unos precios más elevados y una deuda sobre PIB más baja", explica el experto británico.
Para concluir, Turner sentencia que "la lección de Japón es clara: es mejor reconocer que la situación requiere la financiación monetaria (helicóptero del dinero) y luchar contra los peligros de esta política, que prohibirla radicalmente y acumular mayores peligros para el futuro".