
El Banco Central de Rusia (BCR) ha decidido en su reunión de este viernes mantener estables los tipos de interés en el 11%, donde permanecen sin cambios desde julio de 2015. Esta decisión está dentro de lo previsto: 35 de los 42 analistas consultados por Bloomberg esperaban este paso. En cualquier caso, el organismo monetario ha subrayado su disposición a incrementar las tasas en caso de que se "amplifiquen" los riesgos inflacionistas.
La inflación sigue siendo uno de los puntos clave de la política monetaria del país y aunque los precios se han desacelerado en los últimos seis meses siguen estando por encima del objetivo a medio plazo del banco central, que es del 4%.
En este sentido, los legisladores rusos creen que la inflación se situará por debajo del 6% este año, aunque a su parecer "siguen existiendo riesgos" de que los precios puedan superar este porcentaje a finales de 2017.
"Los riesgos de inflación son mayores que los de debilidad económica, incluso a pesar de la mejora de las condiciones externas", señaló Dmitry Polevoy, economista jefe de ING en Rusia.
Empeora sus previsiones de crecimiento
En cuanto a las previsiones de crecimiento, el banco central calcula que la economía rusa se contraerá este año entre el 1,3% y el 1,5%. El organismo pronostica que el país comenzará a salir de la actual recesión a finales de 2016.
"Según nuestras previsiones, la economía se ralentizará un 1,3-1,5% en 2016. La economía sigue adaptándose a los bajos precios de los hidrocarburos", informó la entidad emisora. En su anterior pronóstico, el PIB ruso únicamente descendía entre un 0,5% y un 1%.
El banco central espera que la economía nacional comience a crecer a finales de este año gracias al proceso de sustitución de importaciones y al aumento de las exportaciones de productos desligados de las materias primas.