
Para aquellos que han mostrado cierta preocupación por el posible debilitamiento en el mercado laboral estadounidense, las últimas cifras siguen respaldando la fortaleza de la que se hace eco la Reserva Federal. En el mes de diciembre, el número de ofertas de empleo disponibles, el dato conocido como JOLTS y al que Janet Yellen y sus chicos prestan especial atención, alcanzaron los 5,6 millones, segundo récord histórico sólo superado por la cifra de julio, cuando se registraron un total de 5,7 millones de empleos disponibles.
Según los datos dados a conocer por el Buró de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés), "las ofertas laborales crecieron en distintas industrias a lo largo del año, con el sector sanitario y financiero experimentando los mayores cambios". Ambos sectores sumaron 172.000 y 99.000 vacantes respectivamente.
De hecho, si echamos un vistazo a las cifras de empleo dadas a conocer la semana pasada, tanto el área de salud como la industria financiera destacan como los principales creadores de empleo a este lado del Atlántico. Sólo en enero, el primero generó 37.000 empleos en enero y 470.000 puestos de trabajo el año pasado. En el caso del sector financiero, sólo en enero sumó 18.000 nuevos empleos y un total de 149.000 en el conjunto del año pasado.
Durante el mes de diciembre el número de bajas voluntarias y nuevas contrataciones alcanzaban niveles no vistos desde 2006. Aún así, los empleadores y compañías no están contratando a un ritmo lo suficientemente rápido como para suplir el número de vacantes disponibles. Parte del problema llega del incremento en el número de individuos que abandona sus puestos de trabajo, lo que está limitando la capacidad de muchas compañías de suplir los empleos disponibles.
Alrededor de 5,1 millones de estadounidenses abandonaron o fueron despedidos de sus trabajos, lo que incrementó la brecha laboral hasta niveles no vistos desde 2008. De la cifra total, el número de despidos tocó mínimos de los últimos trece meses en diciembre mientras que las bajas voluntarias superaron los 3 millones por primera vez desde 2006.