
Desde el año 2008 estamos inmersos en una fuerte contracción de la economía, especialmente en la zona Euro. El origen de la misma es un exceso de endeudamiento del sector privado, espoleado por unos tipos de interés muy bajos durante la década de los 2000, lo que llevó a familias y empresas a rebasar su capacidad de pago de deudas si los tipos de interés subían.
Como así fue. En el verano de 2008 el euribor alcanza su techo en el 5,4% y las economías europeas descubren que no pueden pagar sus deudas, convirtiendo, como siempre, un problema de exceso de deudas en un grave problema financiero que contaminó a buena parte del sector bancario europeo.
El intento de salida de la crisis, como es habitual desde los tiempos de Keynes, consistió en una expansión monetaria y fiscal, generando unos abultados déficits públicos en todas las economías Europeas, pero muy especialmente en la periferia.
Desde el año 2012, con Draghi a los mandos del Banco central Europeo, se pone en marcha un aumento de compra de activos de deuda pública, a fin de facilitar el proceso de desapalancamiento de las economías, una estrategia que consigue bajar el interés en toda la curva de tipos.
Y así estamos desde hace casi cuatro años. Con el BCE suministrando liquidez y bajando tipos, y con los políticos aprovechando la coyuntura para no hacer ninguna reforma estructural, que siempre acarrean costes electorales.
Con esta situación hemos llegado a finales de 2015 con una inflación próxima al 0%, el petróleo en los 40 dólares el barril, tipos de interés muy bajos y un euro rozando la paridad con el dólar, lo que hace que aumente la competitividad europea. Bueno, pues si con este entorno no somos capaces de crecer, mejor hacer las maletas y emigrar.
La renta variable en Europa
Para 2016 están sentadas las bases para un buen comportamiento de la renta variable europea. Los indicadores de desempleo, confianza de los consumidores y empresarios mejoran cada mes. Claramente la economía europea está en el comienzo de la fase expansiva, si bien nos encontramos con un escenario desconocido en más de un siglo.
EEUU está en la fase final de su ciclo expansivo, lleva seis años creciendo y ha conseguido situar el desempleo en el entorno del 5% y amenazando con empezar a subir tipos de interés a nada que la FED detecte tensión en los precios. ¿Podrá la bolsa europea iniciar un despegue sin subidas en el mercado norteamericano? Es decir, ¿podrá Europa liderar las subidas mundiales con Estados Unidos tocando techos?
Con respecto a la renta fija, es de esperar un mejor comportamiento de la deuda en dólares, por que la renta fija europea no tiene mucho recorrido. Es más, si al final la estrategia de salida de la crisis funciona, no sería raro que a finales de 2016 pudiésemos tener una inflación próxima al 1%. Si este fuese el caso ¿aceptaríamos un bono alemán a 10 años, con una rentabilidad del 0,4%? Dicho de otro modo, ¿podríamos asumir perder con la inflación un 0,6% los próximos 10 años? Por tanto, mucho ojo con la renta fija europea, porque como salgamos de la crisis con algo de fuerza, podemos tener pérdidas importantes en los fondos y carteras de renta fija.
Mario Santos. Profesor de Bolsa y Mercados Financieros del CEF.- Centro de Estudios Financieros