Economía

El dato de PIB en EEUU incrementa las expectativas sobre una subida de tipos en 2015

Si la decisión de la Reserva Federal de mantener los tipos de interés sin cambios el pasado miércoles no sorprendió a nadie, el debilitamiento durante el hastío estival del brio del pura sangre estadounidense tampoco dejó un sinsabor entre los expertos. Según la primera lectura elaborada por el Departamento de Comercio, el Producto Interior Bruto (PIB) de la mayor economía del mundo creció un 1,5 por ciento entre los meses de julio y septiembre, alrededor de 2,4 puntos porcentuales menos que en el segundo trimestre.

Aún así, las expectativas sobre una posible subida de tipos de interés siguieron ganando posiciones a pie de parqué, donde el 50,4 por ciento del mercado espera una subida de tipos el próximo 16 de diciembre, según el CME FedWatch, indicador que mide en tiempo real las expectativas futuras sobre un cambio de política monetaria. Una mayoría, que pone presión sobre la Reserva Federal, que de no cumplir con las expectativas podría generar una nueva pataleta en el mercado y entorpecer el esperado rally navideño. De todas formas, el panorama es mixto.

A simple vista, la principal losa para el crecimiento a este lado del Atlántico fueron los inventarios, que se redujeron desde los 114.000 millones de dólares hasta los 57.000 millones de dólares, restando cerca de 144 puntos básicos de la actividad económica estadounidense. "Es probable que sigamos viendo esta dinámica en el actual trimestre, aunque de forma más modesta, lo suficiente como para restar unas cuantas décimas del crecimiento", avisaba Brett Ryan, economista para EEUU de Deutsche Bank.

De no haber sido por este abrupto ajuste en los inventarios, el mayor registrado en los últimos cuatro años, el país debería haber registrado una expansión aproximada del 3 por ciento. "El PIB real en el tercer trimestre creció a menos de la mitad de la tasa anual registrada en el trimestre anterior pero esta mediocre cifra no debe considerarse como un menor crecimiento subyacente para la economía", incidía Nariman Behravesh, economista jefe de la consultora IHS.

En estos menesteres, el gasto de los estadounidense, el gorila sobre el que se apoya dos tercios de la economía, creció un 3,2 por ciento en el tercer trimestre, tras subir un 3,6 por ciento entre marzo y junio, mientras la inversión residencial creció un 6,1 por ciento, acumulando en los nueve primeros meses de 2015 un alza del 9 por ciento. Por su parte, el gasto público subió de forma algo más tímida, cerca de un 1,7 por ciento.

Dicho esto, en lo que llevamos de año, el gasto del consumidor ha crecido una media del 3,2 por ciento, un porcentaje relativamente modesto si consideramos que durante el año pasado EEUU registró una cifra récord en lo que a creación de puestos de trabajo se refiere y los ciudadanos degustaron una apetecible caída en sus facturas energéticas, ante la caída en los precios del crudo, que todavía hoy siguen sin estabilizarse. Tampoco hay que pasar por alto el encarecimiento del dólar, que según explica el economista Javier Santacruz Cano, se ha dejado notar en la demanda externa que pasó a terreno negativo (-0,03 puntos). Las exportaciones crecieron un 1,9 por ciento mientras las importaciones lo hicieron a un 1,8 por ciento.

Si echamos cuentas, la economía estadounidense se ha expandido a un ritmo del 2 por ciento en los últimos cuatro trimestres, por debajo del 2,2 por ciento de media registrado desde que la recesión terminó en el segundo trimestre de 2009. En su lectura nominal, el PIB se ha expandido un 2,9 por ciento, lo que supone su ritmo más lento desde el segundo trimestre de 2013. Bajo este contexto, no llama la atención que la inflación siga sin repuntar en la economía estadounidense. El deflactor del PIB creció entre julio y septiembre un 1,2 por ciento.

"Este informe es consistente con la evaluación realizada por la Fed sobre el crecimiento económico", indicó Behravesh quien añadió que las probabilidades de que el banco central estadounidense aumente la tasa de fondos federales en diciembre dependerá de los próximos datos, particularmente lo de empleo de octubre y noviembre. Sin embargo, desde Deutsche Bank consideran que el dato del PIB del tercer trimestre ha sido más débil de lo asumido por los funcionarios de la Fed. "La economía no es tan saludable cuando su actividad nominal crece por debajo del 3 por ciento", aclaró Ryan. El economista del banco alemán considera que Janet Yellen y los funcionarios del Comité de Mercado Abierto (FOMC), "podrían haber perdido ya el momento perfecto para una subida de tipos".

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