
No es ninguna novedad. España sigue mostrando fortaleza en sus métricas macroeconómicas en medio de un débil crecimiento en el conjunto de la zona euro. Más allá de analizar los ya machacados factores que han permitido este impulso en los últimos ejercicios (la inmigración, el boom del turismo, los fondos europeos...), los analistas ponen el acento en que, de momento, no se desvanecerá. Con los indicadores adelantados de actividad de agosto sobre la mesa y a la espera de que lo confirmen los datos 'duros', todo apunta a que el crecimiento seguirá siendo sólido en el tercer trimestre, lo que apoya la tesis de España como uno de los principales motores económicos de Europa ahora mismo.
La confianza empresarial en España bajó un poco en agosto, pasando de 54,7 puntos en julio a 53,2, pero sigue estando en terreno expansivo, según los datos de PMI publicados este miércoles por S&P Global y Hamburg Commercial Bank (HCOB). En estos índices de gestores de compras (PMI por sus siglas en inglés), elaborados con encuestas a los encargados de compras de las empresas del sector privado, los 50 puntos son la marca que separa la expansión de la contracción.
En el caso de España, esta ligera caída se debió principalmente a un descenso en la confianza en el sector servicios, que bajó de 55,1 puntos a 53,2, lo que refleja la incertidumbre actual sobre las perspectivas económicas. Sin embargo, además de matizar que el índice de actividad de los servicios sigue siendo el más alto de la zona euro, es importante destacar que la caída en los servicios se vio compensada por un fuerte repunte en la confianza del sector manufacturero, que subió de 51,9 en julio a 54,3 en agosto, su nivel más alto del año.
"El sector servicios sigue en buena forma", señala, pese a la leve caída de agosto, Jonas Feldhusen, economista junior de HCOB en el informe con los PMI. "El desempeño económico de España se mantiene fuerte, especialmente en comparación con sus homólogos de la zona euro", constata. "Ir en bicicleta demasiado despacio puede hacer que uno se vuelque. Ese es el riesgo al que se enfrenta la zona euro. Si bien la economía ha estado creciendo desde principios de año, el ritmo es dolorosamente lento. En agosto, el PMI Compuesto de Actividad Total se situó en 51 puntos, apenas por encima de la velocidad de estancamiento", advierte Cyrus de la Rubia, economista jefe de HCOB, en el informa con los PMI del conjunto de la eurozona.
"Con lecturas de PMI cercanas a los niveles de 2024, cuando el PIB de España creció un 3,2% anual, los datos apuntan a un sólido crecimiento en el tercer trimestre", extrapola Ruben Dewitte, economista de ING en una nota para clientes. Cabe recordar que el PIB español avanzó un destacado 0,6% en el primer trimestre del año y un aún más fuerte 0,7% en el segundo. Para el conjunto del año, el Banco de España recoge en sus proyecciones un crecimiento del 2,4% (tras recortar en junio la proyección en tres décimas).

La previsión para el tercer cuarto se apoya en datos como los de la utilización de la capacidad, que ha aumentado hasta el 78,6%, frente al 77,5% del cuarto trimestre de 2024, y del volumen de pedidos pendientes, que registró su mayor aumento mensual en los últimos diez meses, según recoge el informe de S&P y HCOB. En respuesta a ello, las empresas están señalando un aumento de la contratación tanto en el sector servicios como en el manufacturero.
"Cabe destacar que España contribuyó de manera significativa al crecimiento global del empleo en la zona euro en el segundo trimestre de 2025, reforzando su posición como uno de los principales motores de la expansión económica en Europa", prosigue Dewitte desde ING. La tasa de desempleo sigue tendiendo a la baja, situándose ahora en el 10,3%, frente al 10,6% de finales de 2024, y los indicadores PMI no reflejan síntomas de flaqueza. "Las expectativas de empleo se mantuvieron en territorio expansivo por tercer año consecutivo, lo que demuestra que la fortaleza del mercado laboral español no está disminuyendo", explica Paolo Grignani desde Oxford Economics.
Puesto que los pedidos pendientes aumentaron notablemente en medio de un incremento de las ventas, algunos encuestados también mencionaron la escasez de capacidad y de personal como factores clave de este repunte. Como resultado, la demanda de personal ha aumentado, y su correspondiente índice ha registrado la referida expansión continua durante casi tres años, explica Feldhusen desde HCOB.
Aunque el crecimiento para 2025 se situará con toda seguridad por debajo del 3,2% del año pasado, más analistas comparten las buenas sensaciones de cara a los próximos trimestres. "Esperamos un peso preponderante de la demanda interna en el crecimiento económico, impulsada por la senda descendente de los tipos de interés, una cierta recuperación del poder adquisitivo, la tracción de los fondos europeos Next Generation y la fortaleza del mercado laboral a lomos del crecimiento demográfico", señalan los economistas de Caixabank Research.
"España siguió siendo el país con mejor rendimiento de la eurozona en el segundo trimestre gracias al fuerte crecimiento tanto del consumo de los hogares como de la inversión. Esperamos que la fuerte demanda interna, impulsada en parte por la elevada inmigración, siga impulsando la economía española en los próximos trimestres", coinciden desde Capital Economics.
A vueltas con los precios
En otro punto importante de los PMI, el relativo a los precios, las preocupaciones sobre el aumento de las presiones inflacionistas parecen seguir siendo limitadas a pesar de la fortaleza de la actividad económica reciente y de las advertencias que hace el informe de S&P y HCOB. La nota con los PMI sugiere modestos aumentos en los costes de los insumos y la mano de obra, junto con una creciente disposición de las empresas a repercutir estos costes en los consumidores.
"La inflación de los precios del sector servicios en España se mantiene persistentemente alta. Tanto la inflación de los precios de compra como la de los precios de venta siguen superando los promedios históricos y registraron una aceleración en agosto. Los participantes de la encuesta señalaron con frecuencia los fuertes aumentos de los precios por parte de los proveedores, junto con la subida de los costes del combustible y los gastos del personal. Gracias a las fuertes ventas y la demanda sostenida, las empresas se mostraron positivas y repercutieron estos costes a sus clientes a través de un aumento en el precio final. Debido a esta tendencia persistente, la inflación de los precios del sector servicios se está convirtiendo en un motivo de creciente preocupación", escribe Feldhusen.
Desde ING, no obstante, mandan un mensaje tranquilizador: "La inflación general en agosto se situó en el 2,7%, lo que indica que la inflación aún no ha vuelto a los niveles objetivo, aunque durante los meses de verano se esperaba en general un aumento. No obstante, los riesgos parecen estar controlados. Las condiciones de la zona euro siguen favoreciendo una dinámica inflacionista moderada, ayudada por la estabilidad de los precios de la energía y la evolución favorable de los tipos de cambio".
Las expectativas sobre los precios de venta, según las encuestas empresariales de la Comisión Europea, se encuentran en sus niveles más bajos de los últimos diez meses. Además, las últimas lecturas mensuales de inflación, del -0,1 % y el 0%, no sugieren que se esté formando una clara tendencia al alza, remachan desde el servicio de estudios del 'banco naranja'.