
Las 'treguas' comerciales de Trump están a punto de llegar a su fin. A pesar de que ha logrado acuerdos con Vietnam y Reino Unido, solo quedan cinco días para que venza la moratoria y se activen los gravámenes masivos anunciados el Día de la Liberación. A pesar de que el próximo objetivo parece ser la Unión Europea, con conversaciones activas la incertidumbre es total y ambas partes parecen lejanas por ahora. En consecuencia, las empresas de EEUU temen que un desencuentro lo trunque todo y empiezan a comprar masivamente para llenar al máximo sus almacenes y prepararse para una suerte de invierno o glaciación comercial provocada por el caos arancelario que puede venir a partir del 9 de julio, la fecha clave.
Como las hormigas antes de la llegada del invierno, las empresas de Europa y EEUU están llenando sus 'despensas' ante la llegada de un positivo invierno. Aunque aún no hay datos de importación concretos, esto se está viendo claramente en el comercio marítimo, que actúa con pedidos adelantados. Según el último informe de S&P Global "se ha generado un ambiente en el que no hay ninguna certeza sobre lo que pasará en las conversaciones y los transportistas están colocando una gran capacidad en la ruta Europa-EEUU ante esta situación".
Según los datos de la agencia, la capacidad desplegada por la industria marítima para julio es de 332.811 TEUs (medida náutica que significa Unidad Equivalente a 20 pies). Para entender la magnitud de este dato, se trata de las cifras más altas en los últimos doce meses. Y ya no es solo que hayan puesto sus barcos preparados para un tsunami de pedidos desde la Costa Este, sino que la gran mayoría ya están cerrados, por lo que ese gran acopio ya parece una realidad. Según datos tan solo se han quedado en blanco una capacidad de 24.849 TEU, es decir, solo un 7,45% sin adjudicar para todo el mes pese a la capacidad récord.
Y estas buenas cifras vienen, precisamente en un entorno de debilidad, con la demanda caída en el primer trimestre del año. Las importaciones desde el norte de Europa a EEUU ascendieron a 196.580 TEU en mayo, una cifra inferior al máximo alcanzado en lo que va del año de 212.730 TEU en marzo, según PIERS, también parte de S&P Global. Casper Ellerbaek, director global de transporte marítimo de DHL Global Forwarding, explicaba que en esta tendencia se podía ver "cierto grado" de adelantamiento en las rutas transatlánticas en dirección oeste en algunos sectores, pero señaló que, dada la incertidumbre que rodea a esa ruta comercial, era pronto para garantizar al 100% el motivo.
Desde la Asociación de Cargadores de España explican su preocupación por lo que ocurrirá a partir de ese 9 de julio si no hay acuerdo cuando esperan que toda esta actividad de un giro de 180 grados. "De hacerse efectiva la reposición de los aranceles (del 11% al 50%) a partir del 9 de julio es muy probable incentive a muchos importadores a congelar compras (si es que todavía existe interés por hacer pedidos, luego del adelanto de la temporada alta), con el fin de evitar tarifas más altas. Esto a su vez impulsará a las líneas navieras a disminuir sus servicios, incrementando nuevamente el número de 'blank sailings'".
La tregua se acerca a su fin
¿Qué es lo que ocurrirá el 9 de julio si nada cambia? La realidad es que en el momento que acabe el periodo de gracia entrará en vigor un arancel general del 50%. Actualmente, la mayoría de los productos ya tienen un arancel general del 10% pese a las negociaciones. También hay gravámenes del 25% a los automóviles y piezas y un 50% al acero y el aluminio.
La opción más probable en cualquier caso es que la sangre no llegue al río. El propio Scott Bessent, secretario del Tesoro de EEUU, hablaba de que el acuerdo con diversos países estaba avanzando correctamente, pero que lo más probable sería que se necesitase ampliar un poco el plazo. "Si logramos cerrar 10 o 12 de los 18 acuerdos importantes creo que podríamos tener el comercio resuelto para el Día del Trabajo (1 de septiembre)". Esto implicaría un acuerdo de mínimos para extender unos meses las negociaciones y la tregua.
Trump no se ha mostrado de acuerdo aunque el republicano suele jugar fuerte durante las negociaciones. Este declaraba que por su parte, no sería necesario ampliar las negociaciones y la tregua, que o bien era suficiente con el tiempo que ya hay sobre la mesa, o bien se seguían las conversaciones con los gravámenes nuevos activos.
"El resultado más probable parece ser una combinación de acuerdos muy limitados que permitirían a Estados Unidos conceder nuevas prórrogas"
Desde Europa consideran que es imposible llegar a tiempo a un acuerdo completo, pero sí a una base. Así lo expresó este jueves la misma presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, alegando que "es imposible lograr un acuerdo al detalle". Eso sí, afirmó que se podría lograr un "principio de acuerdo" que sirva como base para seguir las conversaciones. Según la misma la idea sería lograr un consenso con Washington con el que dejar los gravámenes en un 10%. Algo que parece tener buena aceptación pero el problema es como aterrizarlo en industrias y sectores específicos a los que se ataca o se ven afectados de diversa manera. Como, por ejemplo, la industria farmacéutica, el motor o la siderurgia.
Desde Capital Economics explican que "el resultado más probable parece ser una combinación de acuerdos muy limitados que permitirían a Estados Unidos conceder nuevas prórrogas sin perder prestigio". De hecho, "Trump ha declarado que una pausa más larga no sería un gran problema. Pero dada su imprevisibilidad, no descartamos la posibilidad de que algunos países se enfrenten a aranceles por el Día de la Liberación a partir de la próxima semana". A pesar del acuerdo con Vietnam, "sospechamos que otras economías del Sudeste Asiático podrían ser las más vulnerables, dados sus grandes desequilibrios comerciales con Estados Unidos y su limitada influencia diplomática".
Impacto en la economía y datos
Estos movimientos provocados por la incertidumbre comercial no benefician a nadie. Por un lado, se incrementan sobremanera los costes del comercio marítimo, como se ha destacado anteriormente. Se producen cuellos de botella que aumentan precios, elevan la inflación y provocan retrasos en las cadenas globales de producción. Aunque la sangre no ha llegado al río, esto supone una sería amenaza de caos en el comercio internacional.
El Índice de Carga de Contenedores de Shanghái (SCFI) está subiendo a un ritmo del 30% semanal. El fuerte aumento de las tarifas spot de contenedores se produce en respuesta al acuerdo alcanzado entre China y EEUU. Este principio de acuerdo ha tenido un efecto doble sobre la demanda de contenedores. Por un lado, el optimismo ha llevado a que se recupere de forma repentina la actividad. Al mismo tiempo, el miedo a que las negociaciones estallen ha provocado que las empresas empiecen a acumular a toda prisa los bienes y mercancías que necesitan, lo que está poniendo a prueba todo el transporte marítimo.
"El reciente y repentino fortalecimiento a corto plazo del equilibrio entre la oferta y la demanda en el transporte marítimo mundial de contenedores ha revertido la tendencia de tarifas a la baja que había comenzado en enero", comentan desde la firma especializada en transporte marítimo Drewry.

El Gobierno chino ha insistido en recientes declaraciones que no aceptará ningún acuerdo comercial con EEUU que contravenga sus intereses a pocos días de que expire la fecha límite del 9 de julio propuesta por Donald Trump para intentar cerrar los términos definitivos de la negociación en medio de una tregua en su guerra arancelaria.
El Ministerio de Comercio indicó el pasado viernes que el gigante asiático y Estados Unidos confirmaron los detalles del marco de acuerdo alcanzado a principios de junio en Londres por el que Pekín acelerará las solicitudes de exportación de "productos controlados", mientras que Washington levantará "una serie de medidas restrictivas" contra el país.
Ahora, el Ministerio ha endurecido su mensaje y avisado que "China se opondrá firmemente a cualquier acuerdo alcanzado a expensas de sus intereses para la supuesta reducción arancelaria… si eso sucede, China nunca lo aceptará y se opondrá resueltamente para salvaguardar sus legítimos derechos", ha hecho saber un portavoz del Ministerio, en declaraciones al diario estatal chino 'Global Times'.
El impacto sobre la economía de este tipo de movimientos ya se pudo ver en el primer trimestre del año, la economía de EEUU sufrió una contracción económica por el repentino aumento de las importaciones (entran en el PIB restando). Aunque estos movimientos suelen ser cortos y puntuales, sí afectan a las expectativas de los agentes y pueden generar una reducción del consumo y la inversión por precaución, disminuyendo de forma más duradera la actividad económica.
"Tenemos aranceles vigentes que probablemente destruirán cerca de dos tercios del comercio que teníamos con China. Eso no me suena a paz comercial"
No solo eso, los académicos a lo largo de la historia reciente han demostrado la estrecha relación que existe entre el crecimiento del comercio internacional y el de la economía. Si el comercio internacional sufre, la economía lo hará también, pudiendo generar pérdidas de empleo, dinamismo y actividad.
El trabajo The Heterogeneous Effects of Uncertainty on Trade, elaborado por Ibrahim Nana, Rasmane Ouedraogo y Sampawende Jules Tapsoba, economistas del FMI, investigaba empíricamente cómo la incertidumbre afecta al comercio internacional. Utilizando un modelo aplicado a 143 países entre 1980 y 2021, los autores concluyen que "una desviación estándar en la incertidumbre global se asocia con una caída del 4,5% en el comercio bilateral". Esta caída es más acusada cuando la incertidumbre proviene del país importador, lo que indica que los efectos de la demanda son más severos que los de la oferta. La investigación demuestra además que el comercio de productos industriales y combustibles es especialmente sensible a los picos de incertidumbre.
Aunque no lo parezca, el caos está lejos de haber terminado, según Paul Krugman, premio Nobel de Economía y uno de los mayores expertos del mundo sobre Comercio Internacional: "Este no es el fin de una guerra comercial", afirma el profesor Krugman.
"Tenemos aranceles vigentes que probablemente destruirán cerca de dos tercios del comercio que teníamos con China. Eso no me suena a paz comercial", aseguraba el experto en comercio internacional.
Con todo, haya acuerdo o no, el comercio internacional, probablemente, no volverá a ser el mismo. Los acuerdos a los que ha llegado Trump hasta la fecha dejan un marco mucho más proteccionista del que había previamente. Mientras tanto, el riesgo de que las negociaciones descarrilen con grandes socios como la UE o China podrían llevar al mundo a una especie de invierno o glaciación comercial que harían retroceder a esta importa parcela de la economía global a niveles no vistos desde hace unos 80 años.