
El transporte marítimo de mercancías, responsable de entre el 80% y el 90% del comercio mundial, cerró 2024 con un notable aumento de actividad, a pesar de la presión sobre los costes logísticos y las disrupciones en algunas de sus principales rutas. Según un análisis elaborado por Solunion, el tráfico global de contenedores creció un 6% interanual, hasta alcanzar los 183 millones de toneladas, en un entorno de tensiones geopolíticas, restricciones climáticas y volatilidad comercial.
El repunte del volumen contrasta con la fuerte escalada de precios. El coste medio de un contenedor de 40 pies se duplicó respecto al año previo hasta suponer un 136% respecto al de 2023: 3.948€. No obstante, sigue por debajo del máximo registrado en septiembre de 2021, cuando el precio superó los 10.300€. Esta evolución errática, con repuntes intermitentes, refleja la inestabilidad estructural del sector.
Santos Gutiérrez, analista de riesgos de Solunion España, subraya que esta dinámica está alimentada por "tensiones que afectan a la oferta y dificultan la operativa de las rutas comerciales". El conflicto en el Mar Rojo, la sequía en el Canal de Panamá o las incertidumbres arancelarias entre las principales potencias han sido determinantes.
La persistencia de los ataques en el Mar Rojo, especialmente en el estrecho de Bab-el-Mandeb, obligó a muchas navieras a desviar sus rutas por el Cabo de Buena Esperanza, lo que alargó los plazos de entrega y ha elevado los costes operativos y medioambientales. Aunque se trata de una solución provisional, se ha consolidado como una respuesta a la falta de previsibilidad en esta ruta clave para los flujos entre Asia y Europa.
A este problema se suma la severa sequía que ha afectado al Canal de Panamá. En 2024, el número de buques que cruzaron esta infraestructura cayó un 29%, y la carga transportada, un 17%. La Autoridad del Canal ya trabaja en medidas estructurales para reforzar su operativa a largo plazo, como nuevos embalses y mejoras en el uso del agua, pero por ahora su capacidad sigue limitada.
Un 2025 incierto por la tensión geopolítica
El arranque del año en curso no ha despejado el panorama. La guerra entre Rusia y Ucrania continúa sin una solución a la vista, mientras que Estados Unidos sorprendió a los mercados con el anuncio de nuevos aranceles no negociados y hasta ahora congelados. Las empresas estadounidenses, anticipándose a posibles restricciones, adelantaron sus compras, lo que desvirtuó temporalmente las cifras de comercio.
Según Allianz Trade, la guerra comercial ya está impactando en las proyecciones del comercio global: se espera una caída del -1,5 puntos básicos en 2025 y del -0,7 en 2026. Aunque recientemente Estados Unidos y China alcanzaron un acuerdo sobre aranceles, el sector considera que las relaciones siguen lejos de estabilizarse.
A corto y medio plazo, el transporte marítimo seguirá condicionado por cuatro grandes factores: la reconfiguración de las relaciones comerciales globales, los cuellos de botella geopolíticos y climáticos, la evolución macroeconómica (inflación, tipos) y las crecientes exigencias medioambientales, que empujan hacia buques más sostenibles y procesos más digitalizados.
Los puertos españoles ganan peso... temporalmente
En España, el tráfico de mercancías también repuntó en 2024, hasta los 557,7 millones de toneladas, un 2,7% más que el año anterior, gracias a la reorganización de rutas y el empuje de enclaves como Valencia, Algeciras o Barcelona. Sin embargo, el inicio de 2025 muestra un cambio de tendencia.
En enero, las condiciones meteorológicas adversas provocaron una caída del 6,4% en el tráfico, a la que siguió una contracción más moderada del 1,7% en febrero. En marzo, la actividad se recuperó parcialmente, y el primer trimestre se saldó con una caída acumulada del 0,8% respecto al mismo periodo de 2024. El contexto de incertidumbre económica y comercial sigue pesando sobre el ritmo de operaciones portuarias.