Economía

Por qué España se ha convertido en el gran rebelde de la OTAN: el impacto económico del 'rearme' tras décadas de abandono

 

Cruces de declaraciones entre Sánchez y la OTAN, baile de cifras… en los últimos días España se ha convertido en el baluarte contra la subida del gasto militar dentro de la alianza. El secretario general de la organización militar, Mark Rutte, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, han cargado con dureza contra Sánchez por su negativa al rearme. "España es un problema, la OTAN está teniendo un problema con ellos, y eso es muy injusto para el resto de los socios", declaró el mandatario norteamericano en un vuelo camino a la cumbre de la Alianza Atlántica en La Haya. Este miércoles la polémica se ha 'cerrado' por el momento con un acuerdo para, efectivamente, llegar al 5% de gasto, sin excepciones por países.

Pese a todo Sánchez se ha reafirmado que solo gastará el 2,1% del PIB y que no cumplirá con este requisito. Según el presidente español no hará falta llegar a esa cifra. "La clave es cumplir con las capacidades que se nos exigen". Las primeras reacciones no se han hecho esperar con el primer ministro de Bélgica, Bart de Wever, afirmando que "los estrategas han calculado la cantidad de dinero que será necesario. La gente no es tonta, saben de lo que hablan por lo que ese 3,5% (de gasto directo) probablemente sea necesario". En ese sentido al respecto de la postura de España ha expresado con ironía que "Si él (Sánchez) puede cumplir con las capacidades con un 2,1% es un genio. Una genialidad inspiradora".

Todos los miembros de la OTAN tienen claro que hay que aumentar el gasto militar. Por dos razones: en primer lugar, porque Estados Unidos ha amenazado con retirarse de la alianza si no lo hacen. En segundo lugar, por el temor a que Rusia invada la Unión Europea. El conflicto entre España y el resto de los socios de la OTAN ha llegado en el cuándo, cómo y cuánto. Este desencuentro ha arrojado a una confusión importante respecto a las cifras, pero, para entender el desencuentro y por qué España se ha convertido en el líder de los rebeldes, hay que entender el impacto económico que implica y la naturaleza de este rearme.

Ucrania rompe el 'dividendo de la paz'

Con la caída de la Unión Soviética y la supremacía de Estados Unidos como 'policía' del mundo, Europa empezó a desarmar sus ejércitos y congelar sus inversiones militares. En los 90 Washington advirtió que esta situación más tarde o más temprano debía cambiar y los europeos debían poder defenderse solos. El Viejo Continente hizo oídos sordos y el impacto de la crisis económica de 2008-2014 terminó por enterrar cualquier esperanza de rearme en el corto plazo.

En este contexto desde el Centro para el Análisis de Políticas Europeas (CEPA) señalan que España ha sido uno de los países que más se han dejado llevar por este 'dividendo de la paz' debido a "una histórica inversión social y falta de voluntad política", que han dejado la defensa en una situación más precaria que la del resto de sus aliados.

En 2014, ante la anexión de Crimea por parte de Rusia, la OTAN estableció por primera vez un objetivo de inversión en defensa. Todos los países miembros debían alcanzar un gasto militar directo anual del 2% del producto interior bruto y tenían 10 años de plazo para conseguirlo.

En 2024, diez años después de Gales, la propia OTAN estimó que la alianza había conseguido de media gastar ese 2%, pero había todavía muchos países por debajo de esa cota. España, en concreto, es el país que menos dinero gasta en inversión en defensa de toda la Alianza Atlántica (alrededor del 1,28% de su PIB).

¿Por qué ahora es el 5%?

En este contexto, Trump amenazó con que los países debían ahora alcanzar el 5% del PIB en gasto militar o EEUU abandonaría la OTAN. La cifra es completamente arbitraria y no se corresponde con ninguna referencia previa. Ningún país, ni siquiera EEUU, gasta esa cantidad de dinero. No obstante, el actual secretario general de la Alianza Atlántica, el ex primer ministro neerlandés Mark Rutte, la ha hecho suya y es la propuesta formal para la cumbre militar que ya se ha aprobado. Junto con la medida habrá que presentar un informe anual que muestre "un camino creíble y progresivo para alcanzar el objetivo".

En los últimos meses ha habido una cascada de anuncios por parte de los países miembros de la OTAN de planes de rearme y aumento del gasto público en defensa. La Comisión Europea presentó en marzo un plan de rearme con un paquete de préstamos para los Estados miembro de 150.000 millones de euros.

La presión internacional forzó a Sánchez a incrementar el gasto militar en España con una inyección extraordinaria de 10.000 millones de euros para alcanzar el objetivo del 2% del PIB este año y así aliviar tensiones de cara a la cumbre en La Haya. Sin embargo, ni Rutte ni Trump ceden en su objetivo de alcanzar el 5%. El secretario general de la OTAN, para tratar de aliviar algo los ánimos, descompone ese objetivo en dos partes:

  • Una inversión militar directa del 3,5% del PIB, lo que incluye tanques, misiles, rifles, soldados, etc.
  • Un gasto indirecto en defensa del 1,5% en áreas como la ciberseguridad, la protección civil o sistemas híbridos de seguridad interior y defensa militar.

Distintos países ven ese gasto militar excesivo. La OTAN establece un calendario inicial para que los países incrementen la inversión en defensa progresivamente con el objetivo de alcanzar la cota del 5% en 2032. La presión de naciones como Reino Unido e Italia ha llevado a que en los últimos días se prorrogue el calendario hasta 2035 y que haya una revisión del plan en 2029, cuando Trump en teoría ya no estará en la Casa Blanca.

El choque España-OTAN: ¿qué ha pasado?

La semana pasada, Sánchez, abiertamente en contra de este aumento del gasto militar, envía una carta a Rutte en la que rechaza ese objetivo del 5% alegando la soberanía nacional y el descuadre de las cuentas públicas de ejecutar dicha subida. La OTAN responde con otra carta en la que dice, con un lenguaje ambiguo, que España tiene "flexibilidad" para alcanzar dicho objetivo y le insiste en que en 2029 habrá una revisión. El presidente del Gobierno utiliza dicha misiva para declarar que ha acordado con la OTAN un plan de inversión militar distinto para España que para el resto de socios y anuncia que el país invertirá el 2,1% del PIB en gasto militar.

Rutte responde al día siguiente que en la OTAN no hay "cláusulas de exclusión" y en una rueda de prensa dice públicamente que España tendrá que cumplir con los requisitos de la Alianza Atlántica. "La OTAN está absolutamente convencida de que España tendrá que gastar un 3,5% en conjunto". La declaración de Rutte llama la atención: además de contradecir a Sánchez, cita el 3,5% de gasto militar directo y no el 5% de gasto conjunto que exige EEUU.

Para agravar más la situación, Trump declaró hace unos días que Estados Unidos no tiene obligación de alcanzar el 5% del gasto militar, aunque el resto de países de la Alianza Atlántica sí deben hacerlo: "Llevamos mucho tiempo apoyando a la OTAN. Así que no creo que debamos, pero creo que los países de la OTAN deberían absolutamente [alcanzar el 5%]".

España se convierte en el único país, junto con Bélgica y Eslovaquia, que se niega abiertamente a alcanzar el 5%. Por su peso económico en Europa, por ser el país que menos gasta y por los movimientos dialécticos con el secretario general para alcanzar un acuerdo aparte, ha captado todas las miradas del resto de aliados. Trump declaró ayer en el Air Force One de camino a la cumbre que "España es un problema para la OTAN".

¿Cuál es la cifra que gastar?

No está claro. La Moncloa ha insistido en que la cifra del 5% es inabarcable, pero Trump compartió un mensaje con Rutte que le decía que todos los países de la OTAN habían acordado gastar el 5%. Algunas voces señalan que el secretario general y el resto de países están tratando de calmar los ánimos del estadounidense y conseguir tiempo hasta que termine su segundo mandato presidencial.

Eso explicaría la revisión de 2029, cuando otra persona debería ocupar la Casa Blanca, y los mensajes en distintos momentos que insisten en el 3,5% de gasto militar directo del PIB. Por otro lado, la definición del segundo tramo del 1,5% del PIB en una colección de inversiones algo peregrinas parece una manera de que los países puedan disfrazar el gasto en seguridad pública y prevención como defensa sin necesidad de incrementar la partida presupuestaria. En la cumbre de La Haya debería salir la cifra final acordada y la metodología exacta para calcularlo.

Respecto a las cifras, Pedro Sánchez hablaba de que se ha logrado un acuerdo que llevaría el gasto al 2,1%. España sería el más afectado por la subida dado que solo gastó en 2024 el 1,28%. Esto la ha situado en el centro de los 'rebeldes'. Tiene un gran camino por recorrer que, de hecho, es la gran amenaza para el buen momento económico que atraviesa y las agencias creen que es lo único que puede turbar su horizonte macro.

Actualmente España gasta cerca de los 20.600 millones de euros. Bajo el plan actual que Pedro Sánchez ha comentado en público de elevar al 2,1% ese gasto para España las implicaciones serían añadir a esta factura unos 10.471 millones de euros. Si tuviera que elevarla al 3% o al 3,5% estaríamos hablando de un incremento anual de 29.800 millones de euros y de 38.500 millones. En el peor de los escenarios, un gasto del 5%, la cifra sería de unos 64.600 millones de euros extra.

En su último informe S&P Global señala que este es el principal problema para las perspectivas de España en el medio plazo. En sus escenarios negativos para la calificación destacan una desviación presupuestaria y argumentan que la fuente más probable para esto es "aumentos no abordados en defensa". Cuando ahonda más en este problema comenta que "las presiones para aumentar el gasto en defensa podrían ralentizar el ritmo de la consolidación presupuestaria dado que el gasto en defensa es del 1,3% del PIB, mucho menos que el objetivo de la organización".

Por otra parte, al margen del porcentaje concreto, están los timings. En la carta que el presidente español compartió en sus redes sociales en las se hablaba de mayor flexibilidad. Sin embargo Rutte se mantuvo públicamente en que todos tendrían las mismas condiciones, sin acuerdos paralelos. El gran desencuentro no es solo las cifras sino la falta de tiempo para lograr ese objetivo.

¿Financiar con deuda un gasto corriente como la defensa?

En ese sentido, ahí es donde entra uno de los grandes problemas para España de la inversión en la industria de la guerra: es el que más esfuerzo tendría que hacer. El castigo será para toda Europa, de hecho desde ING en su último informe aseveraba que "serán los hogares europeos los que paguen el rearme". El motivo es claro "la industria de defensa es pequeña, solo supone el 0,5% de la producción industrial total". Es por ello que la mayoría de los países del Viejo Continente se encuentran con que el impacto el PIB que retorna tras este gran sacrificio se vuelve limitado.

Según la Comisión Europea, solo se puede esperar un retorno de solo tres décimas y seis para 2028. Desde ING creen que se dará el escenario más pesimista (esas tres décimas) debido a esa "elevada cuota de importación". En resumen, si bien la mayor deuda podrá sostener la economía al principio, con el tiempo, no hay justificación para mantener esos mayores déficits por el gasto en defensa cuando se trate de algo recurrente. De este modo, acabará teniendo que cubrirse no con el mercado, sino con ingresos públicos que provengan de otras partidas".

En resumen, "quedarán dos opciones o limitar el gasto en sanidad, seguridad, social o educación… o alternativamente concretar una subida de impuestos". La firma neerlandesa apuesta por "una combinación de ambas". Un factor que afectará a la economía.

Coincide el último informe de Estabilidad Financiera del Banco de España, que advierte de que elevar el gasto militar mediante deuda restringirá con el tiempo el margen fiscal. Si se opta por el contrario por la vía de los impuestos o los recortes, esto acabará ralentizando la actividad económica. En ese sentido, España es el lugar donde más afectará esta tendencia. Sin embargo, hay buenas noticias, el último análisis de Munich Re muestra que España es el país donde puede haber un retorno económico mayor (a corto plazo) del rearme.

¿España es el mejor país para aprovechar el rearme?

En el último informe de la firma explican que España, dada su baja estructura militar, tiene realmente una industria que es más capaz que otras economías de su entorno de absorber la lluvia de millones que está por venir, al menos en el corto plazo. Debido a que España solo importa un 22,3% de las armas que utilizan sus fuerzas armadas, calculan que el multiplicador de la inversión será de 1,28. Es decir, por cada 1.000 millones de euros invertidos en defensa, se repercutirá en la economía local unos 1.280 millones.

Esto es más que en Alemania, donde solo hay un multiplicador de 1,23. Por no hablar de países como Italia donde directamente unas importaciones de armas superiores al 59% hacen que no sea rentable directamente a menos que haya cambios clave en la industria local. Concretamente estiman que por cada 1.000 millones de euros extra que Roma gasta en Defensa, solo retorna en su economía unos 740 millones de euros, es decir, la mayoría de ese dinero se pierde por el camino hacia fuera del país. Todo eso a pesar de que el retorno económico general es el más alto de los tres 1,82, la realidad es más de la mitad de ese impacto económico que se genera se va del país.

Volviendo a España, esta mayor rentabilidad se daría solo a corto plazo, dado que su industria es de las que está más diversificada dado el tamaño de sus Fuerzas Armadas, con empresas como Indra, Navantia y Santa Bárbara. En cualquier caso, estas son insuficientes para absorber la enorme cantidad de pedidos y con el tiempo ese multiplicador caería ante la necesidad de absorber pedidos.

Desde Funcas comentan que "el efecto multiplicador podría acabar siendo reducido debido al tamaño del sector de la defensa en nuestro país, y pese a disponer de capacidades relevantes en algunos nichos como la tecnología de los satélites y los radares. Una limitación generalizada atañe a la atomización de la producción, como es el caso de los carros de combate, encareciendo los costes de producción". Por otra parte, "en materia de armamento no está claro que el sector privado pueda complementar la inversión pública, al tratarse principalmente de bienes de consumo colectivo".

Además desde la institución añaden que hay que tener en cuenta el coste que supondrán los mayores costes de financiación en la economía. "Aunque Europa no computará el gasto en defensa en las reglas fiscales, los mercados lo ven a de otra manera y ya exigen un tipo de interés más elevado para sus compras de bonos, ante la previsible acumulación de deuda pública que será necesaria para financiar el rearme. La alternativa sería subir impuestos o recortar el gasto civil, lo que se encontraría con fuertes resistencias por parte de la ciudadanía".

Volviendo a las cifras de Munich Re, ya no es solo que implique una inversión con un retorno positivo para la economía, es que está casi al nivel de la Sanidad y supera a la educación. También resultaría en la creación de empleo directos más alta, con 2.880 puestos de trabajo directos y 3.110 indirectos por cada 1.000 millones de euros invertidos. Más del doble que Italia y más que los 3.840 millones de Alemania.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky